El panorama económico de Guatemala para el 2024 y 2025 muestra signos alentadores de estabilidad y crecimiento, según los datos presentados por el Banco Central.
Sin embargo, estos resultados no están exentos de riesgos tanto internos como externos que podrían influir en su evolución futura.
Internamente, la economía ha demostrado ser resiliente, ante los efectos externos, lo cual se refleja en las principales variables macroeconómicas.
Esa resiliencia se observa con crecimiento de la producción, medido por el PIB, cercano a su potencial (3.5%) y una inflación dentro del rango (4%). Además, se observa un tipo de cambio estable (Q7.83).
Y con estimaciones de un crecimiento dinámico en sectores como el crédito bancario (10.5%) y el pronóstico de una recuperación en exportaciones (5.50%).
Las proyecciones muestran un crecimiento del 3.5% para este año y del 3.6% para el próximo, destacándose como una de las economías más sólidas en comparación con sus pares en Latinoamérica, explicaron las autoridades del Banco de Guatemala (Banguat).
Por otro lado, el flujo de divisas por concepto de remesas familiares sigue en aumento. Se estima que este año se recibirán alrededor de US$21,685 millones y las proyecciones para el 2025 son de US$23 mil millones.
DESAFÍOS PARA LA ECONOMÍA DE GUATEMALA
Sin embargo, los riesgos externos plantean desafíos significativos. La posibilidad de un aumento en los precios del petróleo y de los alimentos, así como un menor crecimiento económico en Estados Unidos, podría impactar negativamente la economía guatemalteca.
«Los principales canales por los que los riesgos se presentarían son la inflación, el crecimiento económico, la inversión extranjera directa y las remesas familiares», explicó Johny Gramajo, gerente económico del Banguat.
En el caso de la inflación, el principal riesgo radicaría en el aumento de los precios del petróleo, así como en la posibilidad de que los alimentos, como los cereales, trigo y maíz, sigan aumentando, ya que estos suelen correlacionarse con el precio del petróleo, añadió Gramajo.
“Las cotizaciones futuras del petróleo a menudo son especulativas. Se adquieren contratos que no se liquidan normalmente, con la intención de obtener ganancias». Cuando existen expectativas de un aumento en el precio, se observa este tipo de comportamiento especulativo. Además, los factores estructurales, como las tensiones en Medio Oriente, ejercen presión al alza en el precio del petróleo, lo que podría afectar la inflación.
Por el momento, las autoridades del Banguat no anticipan un decrecimiento económico en EE. UU., en el escenario actual, pero es un riesgo posible. Esto impactaría las exportaciones guatemaltecas, especialmente en el sector de vestuario.
Mientras que las remesas familiares han demostrado ser resilientes; “no se vislumbra ningún impacto en el escenario contemplado, a pesar de la posibilidad de que la economía de EE. UU. termine por debajo de la proyección del 2.7% estimada por el FMI”, enfatizó Gramajo.
FACTORES INTERNOS
A nivel interno, la economía es resiliente. Los impulsores del crecimiento económico muestran pocos riesgos. El consumo se ha mantenido sólido, registrando un crecimiento superior al 4%, aseguró el gerente económico del Banco Central.
«La inversión está experimentando una recuperación después del período electoral. En el primer año de gobierno, el gasto no mostrará una aceleración significativa como podría esperarse”.
Además, los riesgos en el entorno interno no parecen ser lo suficientemente relevantes como para alterar los escenarios centrales. Los riesgos para el país generalmente provienen del entorno externo, finalizó Gramajo.