POR VIRGINIA CONTRERAS
vcontreras@lahora.com.gt

Tras el frustrado (y absurdo) intento de sanear el lago de Amatitlán con una “fórmula mágica”, distintos sectores interesados se reunieron para revivir el plan inicial, uno que toma en cuenta la magnitud social, ambiental y de salubridad del problema, y que busca generar acciones que frenen el proceso de degradación de los recursos naturales. De cumplirse con el proyecto, los expertos consideran que el lago podría recuperarse poco a poco; pero de lo contrario, advierten que el proceso de contaminación seguirá su curso hasta acabar con el ecosistema.

_Repo6_1bEl pasado 22 de octubre, en el Palacio Nacional de la Cultura, se realizó la presentación del Plan de Manejo Integrado de la Cuenca y del Lago de Amatitlán y su mecanismo de Coordinación Interinstitucional para la Rehabilitación del Ecosistema (Plandeamat), un proyecto que existía desde 2003, pero que nunca fue ejecutado con efectividad.

“Lo que nunca se había hecho con este plan es legitimarlo con acuerdo gubernativo. Ahora, estimamos que en unos dos meses tenemos el acuerdo aprobado para que sea vinculante en su cumplimiento. El acuerdo lo emitirá el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, por ser la entidad competente”, explicó Marlon Valladares, director de la Autoridad para el Manejo Sustentable del Lago de Amatitlán (AMSA).

Valladares, indicó que la implementación del plan tendrá un costo de más de Q1 mil millones, los cuales serán asumidos por las instituciones involucradas.

Entre las medidas a implementar para el rescate de la cuenca está la reparación de las plantas de tratamiento de las aguas residuales, así como un mejor manejo de los desechos sólidos y líquidos. Además, el plan incluye programas de reforestación, promoción de la implementación de planes de ordenamiento territorial y la creación de una ley de aguas y otra normativa ambiental.

El proyecto fue entregado al vicepresidente Juan Alfonso Fuentes Soria y propone que sean las municipalidades las encargadas de administrar el relleno sanitario ubicado en cercanías del lago, el cual, tiene un ingreso promedio de 1 mil 200 toneladas cúbicas cada día y apenas 2 o 3 años de vida útil.

INVERSIÓN SIN RESULTADOS

_23 marzoAnalistas consultados advierten que el plan solo podrá ser eficaz si existe la voluntad política para llevarlo a cabo, ya que en ocasiones anteriores, la inversión de recursos públicos no ha dado resultado por la falta de compromiso de las entidades involucradas.

De acuerdo a Informes de Gestión y Ejecución de Gastos trasladados por AMSA, correspondientes al período 2004-2014, el monto total de inversión en programas y políticas técnicas para reducir agentes contaminantes que afectan al lago de Amatitlán, sus cuencas tributarias y los mantos freáticos, asciende a Q1.87 millardos.

Según la entidad, los diversos desembolsos a lo largo de esos 10 años responden a proyectos de educación ambiental, planificación urbana, ordenamiento territorial, operación y mantenimiento; así como acciones de control, calidad y manejo del recurso hídrico en el lugar.

Pese a que La Hora solicitó la información detallada, en los datos enviados por AMSA los egresos totales no se desglosaron con precisión.

LA FÓRMULA MÁGICA

El mejor ejemplo del derroche inútil de recursos por parte de las entidades estatales a cargo de la recuperación del manto acuífero es la firma de un contrato con la empresa israelí M. Tarcic Engineering Ltd, que resultó en una estafa para el Estado.

A inicios del presente año AMSA contrató los servicios de Tarcic Engineering Ltd, por Q137.8 millones, para adquirir 93 mil litros de un supuesto líquido aplicable en el lago de Amatitlán, el cual consistía en una “fórmula mágica” que supuestamente limpiaría el recurso hídrico en menos de 10 meses.

AMSA realizó la adjudicación por medio del portal electrónico Guatecompras, donde la empresa israelí fue la única que participó. Tras la concreción del negocio se realizó un primer pago de Q22.8 millones por la compra del limpiador y posteriormente se desembolsarían Q115 millones más.

La “fórmula mágica” inventada por el israelí Hanan Elraz fue vetada en su propio país. En un comunicado emitido el 31 de diciembre de 2013 por el Ministerio de Salud del Estado de Israel, la cartera advirtió que las sustancias creadas por Elraz pueden suponer un peligro para la salud humana.

Pese a ello, el proyecto fue respaldado por la entonces vicepresidenta Roxana Baldetti, quien incluso realizó un paseo en lancha por el referido lago, luego de promover la aplicación de la fórmula.

El absurdo proyecto motivó una serie de pronunciamientos por parte de organizaciones ambientalistas y académicos, quienes denunciaron que la sustancia era un engaño y que la implementación de dicho plan evidenciaba un desconocimiento total del problema y sus raíces.

Tras dicho llamado de atención, la población en general se tornó contra el controversial proyecto, provocando un rápido cambio en la postura inicial de AMSA y obligando al Estado a rescindir el contrato.

Valladares refirió que los 22 mil litros de la “fórmula mágica” derramados en el lago no causaron daño alguno, de acuerdo con los análisis físico químicos posteriormente realizados. Sin embargo, su aplicación tampoco tuvo un impacto positivo.

“Básicamente nos vendieron algo que no servía para absolutamente nada y tienen razón cuando dicen que es agua con sal, ya que el 95% del producto es agua marina y el otro 5% pertenece a sustancias orgánicas, que por la extensión de agua del lago no causó ningún efecto”, explicó.

En la actualidad, el Ministerio Público investiga las implicaciones penales que pudieron conllevar la firma del contrato y la aplicación del líquido en el lago.

ENTENDIENDO EL PROBLEMA

_1departamentalLa contaminación del lago de Amatitlán data desde hace décadas, debido a que no existen planes de tratamientos de aguas, ni sanciones contra las empresas, municipalidades o personas que destruyen el entorno natural.

Entre los principales focos de contaminación del lago se encuentran los desechos de las comunidades que se han desarrollado en sus alrededores. Datos de AMSA refieren que desde el año 2000 ingresan a este lago 474 toneladas de basura.

Hace cinco años, los ríos Pansalic, Pinula, El Zacatal, Platanitos, Villalobos y Pampumay aportaban un promedio de 2 mil 481.8 miligramos por litro de sólidos disueltos totales en las aguas del lago.

Debido a que las alcaldías no cuentan con planes de manejo de desechos, las aguas servidas, provenientes de la mayoría de casas y chalets van a parar directamente al lago.

En sus 380 kilómetros, la cuenca del lago está formada por catorce municipios, siendo estos: Guatemala, Amatitlán, Villa Nueva, Villa Canales, San Miguel Petapa, Santa Catarina Pinula, San Pedro Sacatepéquez, Mixco, Fraijanes, San Lucas Sacatepéquez, Santiago Sacatepéquez, Magdalena, Santa Lucía y San Bartolomé Milpas Altas.

De los mencionados, siete tienen una mayor influencia sobre la degradación del lago a causa del crecimiento poblacional que presentan.

Asimismo, los productos químicos de las industrias que poseen fósforo, nitrógeno, solventes, fertilizantes, combustibles y productos derivados del petróleo son contaminantes frecuentemente encontrados en las pruebas de laboratorio realizadas por AMSA.

La mencionada entidad informó que en la cuenca se ubican unas 900 empresas dedicadas a la industria textilera, metalúrgica, alimentaria, química y a la elaboración de productos de plástico, hule y caucho, madera, yeso y cerámica.

AMSA indicó que solo un 32 por ciento de tales empresas da tratamiento adecuado a sus aguas residuales y desechos, generando 1 mil 500 toneladas diarias de sedimentos en el lago, 60 mil 300 metros cúbicos al día de aguas servidas y más de 618 mil metros cuadrados de basura anualmente.

De igual forma sucede con los detergentes, jabones y cloro que utilizan las personas para lavar ropa en los diferentes ríos y que también contribuyen a su deterioro. Aunado a dicha situación está la falta de cuidado de los lancheros que derraman aceite y combustible de las embarcaciones, al desplazarse por el lugar.

SOLUCIÓN DEBE SER INTEGRAL

Derivado de las situaciones anteriormente descritas, y ante la inconformidad ciudadana con la falta de efectividad de las políticas hasta hoy implementadas, fue que se decidió retomar el Plandeamat; un proyecto que contempla 58 acciones que deberán ser ejecutadas por las catorce municipalidades que integran la cuenca, el Gobierno Central e instituciones públicas y privadas, con una meta enfocada para el año 2028.

Juventino Gálvez, director del Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente (IARNA) de la Universidad Rafael Landívar, fue uno de los académicos que se manifestó contra la fórmula. Gálvez insiste en que el rescate del lago requiere eliminar los contaminantes externos, como las aguas negras del río Villalobos y los desechos sólidos, principales causantes del deterioro ambiental.

El Director del IARNA expresó que el proceso para la limpieza del cuerpo lacustre requiere de un plan a largo plazo. “Se debe trabajar unos 8 o 10 años sistemáticamente si es que queremos rescatar el lago”, dijo.

Gálvez señaló que el proyecto vendido por Tarcic Engeneering no era lógico, porque incluso en su presentación se señalaba que solo eliminaba algunos microorganismos, pero no los contaminantes.

A la postura de Gálvez se unió la de un grupo de 86 científicos guatemaltecos, quienes hicieron un listado de recomendaciones preventivas para que el lago no recibiera el impacto de la contaminación.

El grupo recomendó reducir los basureros clandestinos, ampliar la planta de tratamiento del río Villalobos para tener un mejor control de los desechos sólidos que atraviesan sobre el río, aumentar los procesos de reciclaje, desarrollar un sistema de colecta de residuos sólidos y fomentar la reforestación.

El ambientalista del Centro de Acción Legal-Ambiental y Social de Guatemala, Yuri Melini, considera que la reconversión del deterioro del lago tiene que ver con una política pública que incluya poner en marcha el Plandeamat, reforzar el ordenamiento de la cuenca y asignar los suficientes recursos para tratar las aguas contaminadas que entran a este.

“Prácticamente el problema del lago no es más que el mal manejo de los desechos líquidos del área metropolitana y municipios como Villa Nueva, Villa Canales, San Miguel Petapa y Mixco”, aseguró.

Por su parte, César Barrios, de la Fundación para el Ecodesarrollo y la Conservación, opinó que las estrategias deben partir de una plataforma política, con institucionalidad y presupuesto, así como un abordaje integral para contar con la participación de todos los actores interesados.

Carmen Torcelli, de la Asociación de Organizaciones no Gubernamentales Ambientales, destacó que no se trata solo de la conservación del lago, sino del comportamiento social, ya que a su criterio es más importante prevenir que resarcir. La ambientalista indicó que se debe invertir en plantas de tratamiento de aguas residuales con el objetivo de tratar las aguas servidas que llegan al lago.

Torcelli explicó que los recursos para llevar a cabo el plan de recuperación deben salir de todas las comunas y entidades estatales, como lo establece la ley, para que de esta forma se pueda regular la reducción de la vulnerabilidad y se pueda llevar a cabo la adaptación obligatoria ante los efectos del cambio climático.

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