Homenaje a las heroínas, héroes y mártires guatemaltecos que con su entrega y coraje dieron la vida en 1962.
En 1962 gobernaba el general Miguel Idígoras Fuentes, un militar histriónico; se recuerda por antidemocrático, nepotista, por enorme corrupción en el sector público, políticas represivas, signos autoritarios y la entrega de la soberanía nacional al autorizar el uso del territorio a militares estadounidenses que entrenaron tropas mercenarias para invadir Cuba y derrocar a los revolucionarios que tomaron el poder en la isla caribeña en 1959.
La gota que rebalsó el vaso, fue un descarado fraude electoral en las votaciones realizadas el año anterior (1961), para imponer un Congreso Nacional con diputados espurios y usurpadores.
La juventud estudiosa dirigió la protesta contra el fraude, los estudiantes de la Universidad de San Carlos (USAC), representados en la centenaria Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) hermanados con el Frente Unido del Estudiantado Guatemalteco Organizado (FUEGO), que agrupaba a estudiantes de secundaria, iniciaron la resistencia pacífica el 1 de marzo de 1962, cuya progresión terminó con una violenta escalada represiva del régimen militar.
Sobre estas jornadas de lucha, transcribo fragmentos testimoniales de algunos protagonistas. Manuel Colom Argueta, dirigente revolucionario, académico y ex alcalde de ciudad Guatemala, ejecutado el 22 de marzo de 1979 por la dictadura militar del general Romeo Lucas García, escribió: “¿Qué es marzo y abril en el proceso histórico que vivimos? Fueron gestas populares, en las que el nivel de organización logró una resistencia contra un sistema antidemocrático y represivo. Marzo y abril no es un hecho aislado, forma parte de un proceso histórico social que no ha terminado aún, frente a un sistema de dominación de una minoría económica oligárquica, subordinada al capital extranjero, que aprendió a usar formas fascistoides de represión para coartar el desarrollo de la organización popular por la liberación de los pueblos”.
El doctor Jorge Solares, dirigente de AEU 1962, afirma: “Referirnos a las jornadas de marzo y abril 62 significa abordar una de las grandes rebeliones juveniles contra el poder en el Siglo XX en Guatemala. El primer levantamiento popular plural contra el poder después de la supresión del régimen democrático con el derrocamiento de Árbenz en 1954. Mueve a reflexión sobre aquella juventud, el resultado de la desaparición de tantos protagonistas, el testimonio de eventos y personas que merecen la exaltación ciudadana. Tributo a aquellas legiones juveniles que dieron lo mejor y más grande de sí mismos: el desafío, el valor, la entrega y hasta la vida en esos turbulentos y sangrientos meses de marzo y abril de 1962”.
Gabriel Aguilera Peralta, abogado y sociólogo, dirigente universitario en 1962, refiere: “Me involucré en las jornadas de marzo y abril 1962 debido a mi militancia en el Frente Estudiantil Social Cristiano (FESC), vinculado a la Democracia Cristiana. Después del fraude electoral de noviembre de 1961, compartíamos la indignación que se extendía en la sociedad por la masiva vulneración de los resultados de las elecciones a diputados y alcaldes. Entre el movimiento estudiantil y popular la indignación era más profunda, constituía una expresión del repudio al régimen político instaurado después del derrocamiento de Árbenz en 1954. Asimismo, el interés que había generado el alzamiento de oficiales el 13 de noviembre de 1960 y el primer manifiesto del movimiento guerrillero MR-13 en febrero de 1962”.
Vinicio Cerezo Arévalo, ex presidente de la República, sostiene: “Las jornadas de marzo y abril 62, fueron un movimiento estudiantil contra el fraude electoral organizado por el gobierno del general Idígoras Fuentes, movilizaron la conciencia de los políticos, del pueblo de Guatemala y demostraron que se podía encontrar la democracia perdida con la caída del presidente Árbenz en el 54, a través de la movilización organizada”.
Estos fragmentos testimoniales los tomé de la antología “Jornadas patrióticas de marzo y abril de 1962”, publicado por la Editorial Universitaria en 2012, de la que soy compilador y coautor.