Hemos reconocido con justicia el enorme mérito que tiene el trabajo de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala que, sin duda, nos ha ayudado a abrir brecha para avanzar a fin de que impere la ley en Guatemala y que se termine con la eterna impunidad que ha sido generadora no sólo de la corrupción sino también de una gama inmensa de delitos que van desde los que atentan contra la vida hasta los que tienen que ver con el despojo de propiedades.

Sin embargo, por fin tenemos que reconocer que también localmente vemos avances en el campo del Ministerio Público, lo que se confirma con los golpes que han propinado en los últimos días a diferentes formas del crimen organizado. El Ministerio Público empezó a operar con mística y mayor eficiencia en la anterior gestión de la doctora Claudia Paz y Paz, aún con la limitación de que en el campo de la corrupción no movieron un dedo para atacar ese crimen que es fuente de tantos males en el país. Pero se inició una tecnificación que, combinada con la depuración de ciertos cuadros, permitió avances importantes.

Ahora, bajo la conducción de Thelma Aldana, resulta que la Fiscalía General de la República dio un giro trascendental y ahora puede concentrar su esfuerzo no sólo en temas relacionados con el conflicto interno que tanto daño le hizo al país, sino que también está tocando puntos sensibles de la corrupción y atacando de manera frontal a otras expresiones del crimen organizado.

El desempeño de la Fiscal General ha sido una agradable sorpresa porque cuando fue electa se pensó que honraría el eterno pacto al que obligan antes de formalizar la designación, relacionado con apañar los actos de corrupción que pudieran implicar a los gobernantes de turno. Los mismos funcionarios del régimen recientemente terminado han dicho que ellos confiaban en que Aldana actuaría de esa manera, pero resultó todo lo contrario porque cerró filas con Iván Velásquez para atacar de manera frontal, decidida y valiente, además de patriótica, a los responsables del saqueo del erario y del escamoteo de recursos para la cobertura de los servicios básicos esenciales que la población demanda y requiere.

Esta semana vimos golpes contra diferentes organizaciones criminales dedicadas a distinto tipo de delitos que incluyen el narcotráfico y como resultado se han desmantelado varias estructuras.

Falta mucho por hacer porque llevamos años enteros en los que no se ha hecho absolutamente nada contra el crimen organizado y la corrupción, pero hay avances importantes que nos permiten suponer que vamos por una mejor senda.

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