GINEBRA
AP
Esta vez, Jerome Champagne está oficialmente en la carrera por la presidencia de la FIFA.
«Envié a la FIFA mi carta de solicitud y ocho cartas de nominación el lunes por la noche», dijo a Associated Press Champagne, exdiplomático francés, en una entrevista antes de lanzar el viernes su campaña para dirigir el organismo que rige el futbol mundial.
«Es una misión emocionante», dijo el otrora director de relaciones internacionales de la FIFA, que envió un manifiesto de 7 páginas a las 209 federaciones que forman parte del ente.
El detallado documento de Champagne incluye planes para modernizar cómo se dirige el asediado organismo, combatir la desigualdad -lo que incluye recortar los puestos de Europa en la FIFA y el Mundial- y poner a prueba el uso de repeticiones en vídeo como ayuda para los árbitros.
Champagne hizo campaña para las elecciones pasadas, que ganó en mayo su antiguo jefe y aliado Joseph Blatter, pero no consiguió el respaldo necesario de cinco miembros para convertirse en candidato.
Ahora compite con Michel Platini, el príncipe Ali Bin al-Hussein y David Nakhid, un exjugador de Trinidad y Tobago, que presentaron sus candidaturas antes de la fecha límite del lunes para los comicios extraordinarios del 26 de febrero. Se espera que se presenten más aspirantes.
Platini, que ayudó a forzar la salida de Champagne de la FIFA en 2010, está suspendido por el comité de ética de la FIFA y es improbable que sea aceptado como candidato. El presidente de la UEFA ha apelado su sanción, relacionada con un pago de 2 millones de dólares que él atribuye a salarios que se le debían por haber trabajado nueve años antes como asesor personal de Blatter.
Blatter, también suspendido por pagar a Platini con fondos de la FIFA en 2011, convocó las elecciones en junio en medio de un gran escándalo de corrupción. El directivo anunció sus planes de abandonar el cargo apenas cuatro días después de ser reelegido pese a que la FIFA era ya objeto de investigaciones penales en Estados Unidos y Suiza por acusaciones de soborno y lavado de dinero.
Así, los escándalos han dado a Champagne una segunda oportunidad de aspirar a dirigir la FIFA.
«La diferencia es todo lo que ha ocurrido desde el 27 de mayo», dijo en alusión al día en que las autoridades registraron las oficinas de la FIFA para buscar pruebas y detuvieron a siete directivos, incluidos dos vicepresidentes de la FIFA.
El exdiplomático se sumó a las propuestas actuales de reformar el organismo al sugerir un límite de 12 años en todos los cargos electos, cuotas para asegurar que las mujeres se ven representadas en todos los organismos futbolísticos de todo el mundo, y un proceso «abierto y competitivo» en la concesión de todos los contratos comerciales.
El desarrollo en países más pobres es otra prioridad, y el candidato se opone desde hace tiempo a la concentración en Europa de riqueza y jugadores de todo el mundo.
También marcó un objetivo de construir 400 campos de hierba artificial en todo el mundo en cuatro años, que se financiarían en parte reduciendo lo que se dedica a gastos operativos de los 1.000 millones de dólares que ingresa la FIFA cada año.
Champagne afirmó haber gastado «un poco menos» de 50 mil euros (unos 55 mil dólares) de su propio dinero en la primera campaña, y todavía no tiene grandes contribuyentes financieros. Prometió transparencia a la hora de identificar a cualquiera que se sume a su campaña.