Por: Ángel Elías
La mañana debe seguir gris, de la escritora Silvia Molina, es una novela que ahora forma parte de la colección Popular, del Fondo de Cultura Económica y que nos regala un relato de amor y romance.
Silvia Molina es narradora, editora y docente. Estudió Antropología y es licenciada en Letras por la Universidad Nacional Autónoma de México. Su obra ha sido traducida diversos idiomas y entre sus letras destacan títulos para público infantil y novelas. Este libro ganó el premio Xavier Villaurrutia en 1977. Y posiblemente sea su novela más entrañable y que la sitúa como una de las grandes narradoras en México.
No es para menos, este relato nos sitúa en Londres a finales de la década de 1960, con una historia de amor entre la protagonista y el poeta mexicano José Carlos Becerra. Es un escrito de ficción con muchos pasajes autobiográficos. Ya que la escritora narra como el amor invade la vida de los personajes en un momento en el que ambos estaban lejos de su país de origen, México.
A modo de diario, la autora cuenta intimidades y secretos de esta pareja y cómo se fue desarrollando la relación en la que nace el romance. Molina entonces se convierte en la narradora que revela esos detalles que se dan entre una pareja joven que vive lejos de su país, en Londres.
Pero esto no evita que ambos no se enfrenten a las vicisitudes y adversidades que conlleva mantener una relación en una estructura familiar estricta y conservadora. Pero esto, no necesariamente le resta fuerza a la historia, al contrario, le da un empuje rebeldía a lo que se cuenta, a los encuentros furtivos, a sus planes de escape y los besos robados.
Ambientada en la década de 1960, una generación que se atrevió a retar los paradigmas de una sociedad en la que las formas eran importantes y que volvió a esta juventud transgresora. Pero ¿Qué juventud no transgrede? ¿Qué amor no es rebelde? ¿Qué tipo de corazones enamorados no palpitan al unísono? Eso nos deja esta novela. Una historia que transgrede, que intima y que nos cuenta a modo de susurro lo que pasa con esta pareja en una relación joven.
Muchos de los pasajes que cuenta Molina sucedieron, otros fueron adecuados a la historia, pero todos tienen su razón de ser. Para estas fechas de amor y amistad, esta es una novela para regalar y pasar una lectura agradable. Pero no se engañen, el final lo describe la contraportada, no es sorpresa. Pero sí es sorpresa cómo dos enamorados se encuentran para que las mañanas londinenses no dejen de ser grises y así perpetuar el recuerdo.
LAS RESEÑAS
Amor de ciudad de grande, de Vicente Quirarte
Recorrido por la Ciudad de México a través del tiempo y de la gente que la ha habitado, visitado o escrito sobre ella, desde sus comienzos como refugio de españoles hasta su transformación en una de las ciudades más grandes del mundo. Vicente Quirarte ofrece con este libro un retrato de la ciudad, representada como un personaje que cobra vida gracias a la constante actividad y renovación de sus habitantes.
Deseo de noche, de Alonso Cueto Caballero
Alonso Cueto da un toque romántico a este thriller sobre un maestro de escuela con una vida solitaria, aburrida y monótona, llamado Julián. Su vida da un giro radical cuando Laura, una misteriosa y bella mujer, lo aborda en un café al confesarle que acaba de asesinar a un hombre y le pide ayuda para limpiar la escena del crimen. A partir de este oscuro suceso, Julián y Laura inician una relación pasional, en apariencia son almas gemelas. Sin embargo, no todo es lo que parece, y lentamente el amor perfecto se va transformando en sospechas, celos y secretos.
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