Jóvenes por la Transparencia

post author
Linda Alay Medina
Instagram: @lindamedina__
TikTok: @lindamedina_ 
X (Twitter): @LindaMedina502 
Correo electrónico: linda.alay1@gmail.com 
fcccmarcodeaccion@gmail.com

El 14 de febrero, día que evoca imágenes de romance y afecto, también revela la idiosincrasia guatemalteca alrededor de la idea del amor, en particular, en las relaciones de pareja: la presión social por cumplir roles y continuar con los estereotipos de género. Mientras muchas personas intercambian flores y peluches e idealizan “el amor romántico”, es imperativo mirar más allá y reconocer la persistente desigualdad entre hombres y mujeres, y esas expectativas vinculadas a la sumisión y al sacrificio. 

A pesar de que en el país las mujeres son el 52% de la población (INE, 2018), el 53% de las universitarias (INE, 2019) conformaron el 54% del padrón en las recientes elecciones (TSE, 2023), las estadísticas revelan que enfrentan desafíos significativos. La brecha laboral persiste, la escasa presencia de mujeres en ámbitos políticos y la violencia de género continúan siendo preocupaciones apremiantes.

Por ello, no se puede pasar por alto la ironía de la situación. El 14 de febrero, algunos hombres que entregan regalos a sus parejas pueden ser los mismos que, otros días, las golpean y las violentan. Recientemente, un vídeo estremecedor circuló en las redes sociales, mostrando la agresión sexual a una niña por parte de un hombre en su carro. Este incidente no solo es una aberración individual, sino un reflejo de la violencia de género arraigada en la sociedad. 

Esta fecha se convierte, entonces, en una oportunidad para no solo expresar amor sino también para reflexionar sobre la urgencia de erradicar la violencia de género. En el país, cada día, 4 mujeres desaparecen, 2 son asesinadas de forma violenta y 20 son violadas sexualmente, según datos del Observatorio de las Mujeres del Ministerio Público (2023). Estas cifras no son solo números: son vidas rotas, sueños truncados y familias desgarradas. No se puede dar la espalda a esta cruda realidad. 

En ese contexto, la iniciativa de ley de prevención y atención del acoso sexual y acoso callejero representa un paso en la dirección correcta. Se debe fortalecer y respaldar la iniciativa, garantizando que se traduzca en medidas concretas que partan de una visión de sociedad que valora y respeta a todas sus ciudadanas y ciudadanos. 

A pesar de los desafíos, hay señales de progreso. La posibilidad de que las mujeres participen en procesos de selección gubernamental, como la convocatoria para las direcciones Departamentales de Educación o la oportunidad de ser gobernadora Departamental, muestra que se están abriendo espacios para la participación femenina en roles de liderazgo.

Estas oportunidades son importantes no solo en un sentido simbólico, sino que también muestran un cambio real en cómo se percibe a las mujeres en la sociedad. Nuevamente, hay voluntad política de no dejar a las mujeres en un segundo plano y de que la sociedad deje de ser testigo pasivo ante la violencia de género. Es necesario construir un presente y un futuro en el que todas las mujeres puedan vivir sin miedo y violencia, y tengan las mismas oportunidades, responsabilidades y obligaciones que sus pares, en todos los ámbitos. Feliz día del cariño, el amor y las resistencias.

Artículo anteriorBrasa caliente para el Presidente  Arévalo y Sociedad Civil representada en los CODEDES 
Artículo siguienteJusticia a la carta