HEBRÓN, Cisjordania
AP
Un palestino que vestía un chaleco con la palabra «prensa» hirió a puñaladas a un soldado israelí en la ciudad cisjordana de Hebrón hoy y a su vez fue muerto a tiros por los soldados, prolongando una ola de incidentes similares en el último mes.
El ataque tuvo lugar a pocos metros de un enfrentamiento entre palestinos que lanzaban piedras y soldados israelíes. Un fotógrafo de The Associated Press que cubría el choque vio el apuñalamiento y luego escuchó varios disparos. Los soldados acudieron al lugar, ayudando al soldado herido que al final fue llevado en una ambulancia.
La Asociación de la Prensa Extranjera para Israel y los territorios palestinos dijo que el ataque fue realizado por alguien que se hizo pasar por periodista y pidió a todas las organizaciones de medios palestinos locales que verifiquen todas las credenciales de sus miembros.
En Naplusa, otra población cisjordana, palestinos atacaron con bombas molotov un sitio que algunos judíos veneran como la tumba del personaje bíblico José. Las llamas tiznaron los muros exteriores de la pequeña estructura de piedra que ha sido escenario frecuente de choques en el pasado.
Ocho israelíes han muerto, en su mayoría apuñalados, en los ataques palestinos del último mes. En el mismo período las fuerzas israelíes mataron a tiros a 33 palestinos, 15 de ellos considerados agresores por los israelíes y los demás en enfrentamientos entre personas que arrojaban piedras y el ejército.
Muchos de los agresores palestinos provienen de Jerusalén oriental, el sector de la ciudad tomado por Israel en 1967 y que los palestinos reclaman como futura capital de su estado. Los ataques recientes han sido perpetrados por individuos sin vínculos con grupos milicianos.
En sus represalias, Israel ha tomado medidas inéditas como la instalación de retenes en los barrios árabes de Jerusalén. En uno de esos retenes, los hombres eran obligados a ponerse en fila y alzar sus camisas para mostrar que estaban desarmados antes de dejarlos pasar.
Israel impuso restricciones a los oficios religiosos musulmanes en la mezquita de Al-Aqsa, el tercer ligar santo islámico dentro de los muros de la Ciudad Vieja. Se prohibió la asistencia al santuario de hombres menores de 40 años y cientos de jóvenes extendieron sus mantas de oración en las calles que conducen a la Ciudad Vieja.