Raymond J. Wennier

Continuando con el tema, terminamos el artículo anterior diciendo que las diferencias son causadas por los individuos que son diferentes. En cuanto al currículo, si dividimos el currículo en tres subpartes podemos hacerlo así:

1. Contenido. Cantidad de información que puede cambiarse rápidamente y así no poder satisfacer las necesidades diversas de los alumnos. El macrosistema también está en necesidad de nuevos profesionales para cubrir nuevas fuentes de trabajo o aumentar las posibilidades de crecimiento. ¿Cómo podemos estar seguros de que un curso de matemáticas servido hoy será lo que los niños necesitan para el futuro? He oído a muchos padres de familia decir, “yo no entiendo la matemática moderna y no puedo ayudar a mis hijos”. Cabe mencionar que sus hijos están en los primeros años de primaria.

¿Será que la matemática de hoy es lo que los niños necesitarán en su vida del futuro?

2. Habilidades. Lectura, escritura y alguna forma de matemáticas seguirán siendo necesidades básicas para el futuro. Aunque hay dudas sobre su aplicación debido a los progresos de la televisión, radio, máquina de escribir, calculadora y teléfono. Cuando yo puedo comprar un videodisco, que tiene más información que la enciclopedia británica, y una computadora conectada al video, ¿será necesario leer y escribir de la misma manera que hoy día?

Aún las matemáticas han cambiado tremendamente en los últimos años. Podemos sacar la raíz cuadrada en cuestión de segundos con una calculadora de mano. No tenemos que usar ni lápiz ni papel.

3. Proceso. Solamente el aspecto de proceso del currículo llena el criterio “esencial” para preparar a los jóvenes adecuadamente a confrontar el futuro y los problemas del futuro.

B. La nueva meta de educación es producir gente inteligente:

Un sistema educativo incapaz de predecir qué conocimientos o qué comportamiento serían necesarios para funcionar en el futuro, tendrá que concentrarse más bien en la producción de personas capaces de resolver problemas no predecibles. Es eso precisamente, la esencia de la inteligencia. El sistema educativo tendrá que dirigirse hacia la producción de personas inteligentes. Para poder lograrlo, la educación tiene que concentrarse en el desarrollo y crecimiento de personas, más bien, que en el contenido y habilidades requeridas en una asignatura.

Los ciudadanos del año 2015 tienen que ser solucionadores de problemas, eficientes, personas capaces de escoger entre alternativas, y pensar rápidamente en soluciones viables.

C. Educación orientada hacia el proceso:

Solucionar problemas eficientemente no es fácil, en realidad hay que aprenderlo. Se aprende teniendo la oportunidad de hacerlo.

Hay que confrontar eventos, definir el problema, trabajar con data e información, experimentar con las alternativas, siempre buscando la solución efectiva, luego hacer una decisión.

El solucionar problemas requiere el uso del cerebro y todos los recursos necesarios para la búsqueda de soluciones. Es un proceso creativo no ligado a una asignatura específica.

Al solucionar problemas se aprende mejor confrontando problemas reales y no artificiales. Pocas veces se pide a los alumnos confrontar un problema personal y relevante. La mayor parte de establecimientos educativos están más preocupados de que los niños aprendan datos e información de una asignatura que con la solución de problemas como una meta primordial de la educación. Tenemos que dejar a los alumnos experimentar no sólo en las aulas sino también fuera de las aulas, hacia la comunidad.

William Ventil ha escrito sobre la relevancia de la educación. ¿Qué relevancia tiene la educación para los jóvenes hoy día? Yo veo que la relevancia está interrelacionada con la motivación de cada niño. Si usamos situaciones reales y relevantes para los jóvenes veremos que ellos se automotivan para lograr aún más. Continúa.

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