Portland (EEUU
Agencia/dpa

Las autoridades en Oregon dieron a conocer hoy los nombres de las nueve personas, cuatro mujeres y cinco hombres, que murieron en la matanza perpetrada por un hombre de 26 años el jueves pasado en un colegio universitario de Oregon, en el noroeste de Estados Unidos, al parecer por motivos religiosos.

De acuerdo con la declaración leída en voz alta por un funcionario, las víctimas tenían entre 18 y 67 años. Según se desprende de testimonios de los familiares de estudiantes que sobrevivieron al ataque en el colegio Umpqua Community College, en Roseburg, el autor de la masacre tenía en la mira a cristianos.

Entre los fallecidos se encuentra Jason Dale Johnson, de 33 años. Era una cristiana devota y estaba «orgullosa» de haberse inscrito en el colegio, señaló su familia. Por su parte, Lucas Eibel, de 18 años, era un voluntario apasionado en un centro de cuidado de la vida silvestre.

«No sé cómo vamos a seguir adelante con nuestras vidas sin Quinn», manifiestan los padres de Quinn Glen Cooper, un joven de 18 años, que también murió a causa de los disparos. «Nuestras vidas se rompieron sin posibilidad de reparación».

Entre las víctimas también se encuentra el profesor Lawrence Levine, de 67 años. Además murieron Lucero Alcarez (19), Rebecka Anne Carnes (18), Treven Taylor Anspach (20), Kim Saltmarsh Dietz (59) y Serena Amanecer Moore (44).

Autumn Vicari, hermana de uno de los estudiantes que sobrevivió, dijo al canal NBC que, de acuerdo a lo que le contó su hermano, el agresor entró a un aula y pidió a los presentes que contestaran si eran cristianos. Los que dijeron que «sí» recibieron un tiro en la cabeza, mientras que los que contestaron otra cosa o no dijeron nada recibieron un tiro en otra parte del cuerpo, en general en la pierna.

Por su parte, Stacy Boylan, padre de una estudiante herida, contó al canal CNN que el agresor le dijo a su hija: «Porque eres cristiana, estarás pronto ante Dios». «Hace años que esperaba poder hacer esto», habría dicho también el atacante antes de matar a un profesor.

Los agentes federales informaron hoy que encontraron 13 armas en la escena del crimen y en la casa del agresor.

Celinez Nunez, de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) dijo en conferencia de prensa que los investigadores encontraron seis armas, un chaleco antibalas y cinco revistas sobre municiones en el colegio Umpqua Community College y siete armas más y municiones en el apartamento donde vivía el agresor.

La mujer dijo que siete de las armas habían sido compradas por el agresor o un familiar dentro de los últimos tres años. El atacante fue ultimado por la policía tras matar a las nueve personas dentro del colegio universitario.

Mientras tanto, los investigadores tratan de verificar los indicios que apuntan a que el hombre, de 26 años, había anunciado la masacre en Internet.

De acuerdo con el diario «The New York Times», el agresor se presentaba en su perfil de hace un tiempo en una página de citas como «una persona introvertida, que siente aversión por la religión organizada».

Cientos de personas participaron en una vigilia nocturna en honor a las víctimas de la matanza. «En nuestro dolor recordaremos y honraremos a aquellos que perdimos hoy», dijo la gobernadora de Oregon, Kate Brown, según el diario «Oregonian».

El portavoz policial John Hanlin se negó a pronunciar su nombre. «No quiero magnificar al agresor, no quiero magnificar su nombre, no quiero magnificar sus intenciones», dijo hoy Hanlin a CNN. Otros pidieron durante la vigilia en la localidad de Roseburg que el agresor no fuera incluido en las plegarias.

Además, Brown ordenó hoy que todas las banderas ondearan a media asta en los edificios del gobierno del estado.

Por su parte, el presidente Barack Obama dijo que los estadounidenses no son más violentos que los ciudadanos de otros países. No hay señales para que así sea, señaló Obama en la Casa Blanca. Los hombres jóvenes son más violentos que el resto de la población, pero eso no es un problema puramente estadounidense.

«Los niveles de violencia en Estados Unidos están a la par de los otros países avanzados», enfatizó el mandatario estadounidense.

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