POR GRECIA ORTÍZ
gortiz@lahora.com.gt

El proyecto de presupuesto del Estado contemplado para 2016 asciende a Q72, 430 millones, y aunque es superior al plan de gastos vigente, aún resulta insuficiente para hacer frente a los retos en seguridad, desarrollo social e impulso económico, de acuerdo con Carlos Martínez analista económico independiente entrevistado por La Hora Departamental.

¿Considera que el proyecto de presupuesto de Q72, 430 millardos sería suficiente para cubrir las necesidades?
Respecto a necesidades, en realidad es un presupuesto muy pequeño, porque aun cuando no existiera
corrupción, el país necesita mucha inversión. Por ejemplo, en materia de educación se necesita un porcentaje en presupuesto, igualmente en salud se necesitan recursos equitativos, también en el desarrollo rural. Es decir, en términos de necesidades nacionales y locales el presupuesto es menor a lo esperado.
El problema es que así como está la situación, hoy el Estado no tiene la capacidad de reunir esos Q72, mil 430 millones. Los ingresos tributarios están deteriorados y no hay ninguna certeza sobre lo que pueda ocurrir el próximo año en materia de recaudación. Por otra parte, el nivel de deuda pública que contempla este presupuesto también es elevado, es desmedido. Alrededor del 17 por ciento de los recursos del presupuesto estarían destinados a pagos de comisiones intereses y amortizaciones de la deuda pública.

¿Qué sucederá si el nivel de endeudamiento continúa elevándose, y no se observan avances significativos en el país?
El problema es que cada vez es mayor la proporción de recursos que se destina a pago de deuda. Cada vez aumenta esa proporción, entonces los ingresos fiscales tienen cada vez menos capacidad para que los Gobiernos atiendan las necesidades y presten servicios básicos; la deuda se incrementa y eso compromete la salud y la educación, entre otros factores, como la infraestructura.

¿Cuáles podrían ser los factores que contribuyen a que no existan avances?
Existen varios factores que inciden en que la ejecución del presupuesto no sea efectiva. La primera es que los niveles de corrupción son altos, y eso se refleja en una infraestructura e inversiones de mala calidad; el presupuesto es reducido, entonces si se consume una quinta parte en corrupción, lo que se destina realmente a gasto efectivo del Estado es poco en verdad.
Realmente los Gobiernos hacen una mala planificación, entonces finalmente el gasto prioritario se atiende de manera deficitaria, por eso no se refleja el desarrollo en el presupuesto que tenemos, solo reproducen o agravan una situación preexistente.

¿Entonces cuáles serían las áreas prioritarias es decir las que necesitan mayor cantidad de recursos?
Los recursos se necesitan en mayor medida en el área de salud, educación, desarrollo rural, infraestructura básica de carreteras, también apoyo a programas de generación de empleos que puedan impulsar al Estado.
Apoyo a las microempresas y empresas pequeñas; sin embargo, ese apoyo debería ser significativo, por ejemplo en los últimos años los montos destinados a inversión han disminuido significativamente, entonces yo creería que es necesario recuperar los niveles de inversión pública, tomando en cuenta lo mencionado.

¿Qué pasa con las crisis permanentes en el Estado?
El sistema hospitalario se desenvuelve en una crisis permanente; el país no tiene la capacidad para atender las necesidades de la población es decir, es una subatención la que se presta; el hecho de que no se asignen los recursos suficientes y que no se corrijan los problemas que hay en la gestión hace el sistema continúe en franco deterioro hasta finalmente colapsar.

¿Qué deficiencias tiene el proyecto del presupuesto general correspondiente al 2016?
La primera es que contempla un nivel de ingresos que demuestran la deficiencia que posee el Estado en materia de recaudación, porque es un proyecto de presupuesto diseñado bajo supuestos ingresos basados en optimismo; el segundo gran problema es que tiene incorporado un nivel muy elevado de deuda pública, se financiaría muy significativamente con la contratación de deuda pública.
El otro problema es que hay una deficiencia en la asignación presupuestaria hacia las áreas más sensibles. Hay una tendencia de caída en lugar de aumentar; entonces hasta cierto punto hay un conjunto de situaciones que solo duplican los problemas que ya existen, funciones que hacen otras instituciones y que no se corrigen, por lo que habría que evaluar muy bien cómo está la institucionalidad del Estado, para saber exactamente cuántos recursos se necesitan para el funcionamiento del aparato burocrático.

¿Podría una mejor fiscalización mejorar el manejo del presupuesto?
Por supuesto. Yo estoy convencido que esa fiscalización debe realizarse, deberá existir una mejor fiscalización en el diseño del presupuesto público, en la formulación deberán de estar contemplados también el fortalecimiento de fiscalización del gasto público de las instituciones oficiales, como el trabajo que realiza la Contraloría General de Cuentas, la Secretaria de la Transparencia, el sistema de Guatecompras y todos los mecanismos que sirvan para la fiscalización, deberían estar fortalecidos para lograr un gasto efectivo.

“El problema es que así  como está la situación, hoy el Estado no tiene la capacidad de reunir esos Q72, mil 430 millones. Los ingresos tributarios están deteriorados y no hay ninguna certeza sobre lo que pueda ocurrir el próximo año en materia de recaudación.  Por otra parte, el nivel de deuda pública que contempla este presupuesto también es elevado, es desmedido. Alrededor del 17 por ciento  de los recursos del presupuesto estarían destinados a pagos de comisiones intereses y amortizaciones de la deuda pública”.

“Existen varios factores que inciden en que la ejecución del presupuesto no sea efectiva. La primera es que los niveles de corrupción son altos, y eso se refleja en una infraestructura e inversiones de mala calidad; el presupuesto  es reducido, entonces si se consume una quinta parte en corrupción, lo que se destina realmente a gasto efectivo del Estado es poco en verdad”.

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