Lucía Mariana Alejandra Molina Cifuentes
Lucía Mariana Alejandra Molina Cifuentes. Nació el 3 de marzo de 2003 en Quetzaltenango, Guatemala. Graduada de Magisterio bilingüe intercultural y estudiante del Profesorado en enseñanza media en psicología y pedagogía en la Universidad Rafael Landívar, como también de la Licenciatura en Ciencias jurídicas y sociales, abogacía y notariado en la Universidad San Carlos de Guatemala (CUNOC).
Inició su amor por la poesía cuando tenía 10 años, en un concurso literario del colegio donde estudiaba, en el cual obtuvo el tercer lugar. Desde entonces ha participado en otros concursos escolares utilizando siempre el seudónimo Sauce y fue invitada en la Primera Edición del Ciber ART Fest. |
De poema a poeta
Si los versos tuvieran libertad,
se quejarían de los poetas
de su falsa realidad
y del sentimiento ser marionetas.
Si las estrofas fueran libres de ordenarse,
Terminarían en inicio y empezarían en final
porque los escritores suelen expresarse
con mil pretextos y de último lo esencial.
Si con libertad actuaran las rimas,
dejarían de oírse con musicalidad
para que estos sentimentalistas
eviten vulnerar su humanidad.
Si el poema se creara solo
extrañaría al artista,
porque no habría corazón de oro
de la vida un verdadero protagonista.
Una nueva guerra
Me aterra pensar en el fuego
sentir que de pronto me quemo,
percibir lástima de los poderosos con ego
que toman decisiones con desenfreno.
Soy tan susceptible a la humanidad
me hacen reír, me hacen llorar,
y aunque solo busco hallar bondad
únicamente maldad puedo encontrar.
Dejaré de escuchar las noticias
no soportaré muertes de acendrados,
las políticas siguen siendo injuriosas
solo existen esclavistas tiranos.
Arrancaré mis ojos para quitar el pesar
bastará no observar el sufrimiento,
imaginar en la oscuridad que todavía existe el amar
y borrar el miedo y el sentimiento.
Que se apiaden de la vida
perjurio ocultaron gritando paz,
ya sé, no hay nada que lo impida
aniquilarán toda incauta faz.
Y si este es el sentir de una espectadora
no querrán imaginar el de un actor,
solo queda rogar, implorar una aurora
que traiga la calma, que quite el dolor.
En duelo con el tiempo
Estoy en una lucha con el tiempo
camina rápido y no lo alcanzo,
digo: No me acelero, siempre miento
pues mi andar se ha quedado descalzo.
Te tiene a ti allá y a mí aquí
y jamás se preocupa por juntarnos,
grito cada vez que se adueña de ti
y que ni una palabra intercambiamos.
Lo invito con legalidad a un duelo,
mi espada es la fuerza con la que ruego
cada noche retenerlo un momento,
para consensuar tan solo un encuentro.
Será el reloj su instrumento,
para alarmar mis ojos y desorientar
mi sensatez hasta hacerla quebrar,
y creer que no habrá un resuelto.
Pero tal vez soy yo la que peca
al culpar al inocente tiempo,
por creer que es él quien frena
cuando eres tú el verdadero incierto.
Demasiado
Soy demasiado para ti,
no en el sentido de resaltar tus defectos
si por tus cualidades fue que te elegí,
pero no marchan bien tus sentimientos.
Tengo un corazón lleno de amor,
soy un libreto de romance y poesía
y tú tienes fachada de un emperador,
te apena la ternura y su alegría.
Doy sin preguntar y sin pedir,
si me hace falta un beso, me das un abrazo;
a ti te gusta cada vez más exigir,
si me hace falta un abrazo, me das un beso.
No soy una princesa, pero gustaría serlo.
Sí, soy capaz de hacer cualquier cosa;
pero un gesto caballeroso para ti es un revuelo
porque el orgullo atenta la imagen poderosa.
Suéltame y déjame escapar para volar,
porque prefiero dejarte y que aprendas a amar
que quedarme para intentar arreglar
algo que ni un libro te podría aclarar.
Detener el amor
Se está desvaneciendo mi alma
como la tinta de una antigua pluma,
la oscuridad reina sobre mi observar
no existe nada más que pueda expresar.
Los recuerdos vagos del amor
son motivo de suicidio al corazón,
veo el cielo estrellado con temor
no hay compañía para la ocasión.
El aire se hace escaso y precoz
la vista torpe y desenfocada,
no existe infortunio más atroz
que el dejar de ser amada.
Al cansancio he llevado el sentimiento
ya no hay ruegos ni ojos piadosos,
el despojo del enamorado pensamiento
ha hecho mis amores penosos.
Alivio en libertad el corazón
detengo la posibilidad de querer,
encariñarse ya no es tentación
no hay nada más que pueda perder.
Mi vino
Eres como el vino,
tu color entra por los ojos,
tu aroma embriaga la habitación
y tu sabor, es afecto a paladares sabios.
Eres repugnante a quienes no saben de la vida
y por eso tú eres único,
porque pocos te entienden
y muy pocos te disfrutan.
Pero si soy yo quien debe tomarte,
prometo ser catadora y de sorbo en sorbo,
dándote la libertad de airearte,
decidas quedarte en mi gusto de forma permanente.
Lo que necesito
Necesito más
necesito un estimulante que asegure amor puro en el futuro
necesito más que palabras y más que caricias
necesito objeción a cualquier duda.
Necesito que proclames que, como yo, para ti no hay ninguna;
necesito ausencia de miedo y no un enmudecido beso
necesito presencia de un amor que nunca termine de crecer
uno que estrangule el orgullo y no titubee al hablar.
Necesito que mis ojos reconozcan el brillo de tus estrellas
y no teman nunca ser una opción.
Necesito estar segura de ser una constante
necesito saber de forma universal que sí es un amor significante.
No somos desconocidos
Sé que nuestras miradas no se han conocido
que nuestra piel no se ha tocado
que un frente a frente no ha ocurrido
pero no somos desconocidos.
Conoces mis inseguridades y mis fortalezas
podrías gritar mis gustos y cantar mis canciones favoritas
yo conozco tus acciones y lo que te hace reír
sé lo que te gusta y lo que prefieres evitar.
No somos desconocidos
somos almas que exploraron la vida del otro
sin necesidad de tocarse.
Te escribí un sincero poema
¿Quieres escuchar que te escribí un poema?
Habla de los besos y miradas que nos dimos
expresa la desnudez de cada problema
que al final nos acecha y siempre escondemos.
¿Quieres leer este escrito con rimas?
Suena melódico si ignoras el contenido
al parecer cuando hablas de un clima
no debes mencionar la tormenta de un nido.
Observa las estrofas que lo componen,
hay cualidades cálidas de amor
la mayoría suenan al frío dolor,
pero mejor para enamorarse no razones.
¿Ves la inexacta y frustrante métrica?
Me recuerda lo que tú y yo construimos;
a veces corto, a veces largo, olvidamos la estética
probamos lo dulce hoy y mañana, no sabemos.
Tal vez ni siquiera te guste la poesía
y yo me esfuerzo al querer dedicártela,
podríamos dejar de fingir esta alegría
yo irme con mis rimas y tú arrancártelas.
Selección de textos Roberto Cifuentes Escobar