Una de las noticias relevantes de ayer fue el anuncio conocido en el Congreso de la República que declaraba independientes a los diputados del Movimiento Semilla, como consecuencia de la notificación remitida por el Registro de Ciudadanos que acordó la suspensión de la personería jurídica de esta agrupación. Según mi opinión y la de otros analistas políticos esta decisión es improcedente porque, según la ley de la materia, no ha concluido el periodo electoral.
Anteriormente, se establecía que, ante la solicitud de inscripción de un partido político, correspondería al Ministerio Público investigar a sus directivos y a su plataforma ideológica. También se contemplaba que cualquier ciudadano podría oponerse a la inscripción. Tales normas impidieron, en su momento, la inscripción de partidos progresistas (socialistas y similares), ante lo cual los constituyentes del 85 despenalizamos la formación de los partidos para que solamente el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y sus dependencias intervinieran en los procesos de formación y funcionamiento de estas agrupaciones.
La búsqueda frenética sobre cómo cancelar a Semilla o cómo anular las adjudicaciones de quienes fueron electos, con el ánimo de causar caos e incluso anular las elecciones, son acciones que al igual que yo, analistas de respeto en el área constitucional, no compartimos porque, reitero, según el artículo 92 de la Ley Electoral, el proceso electoral no ha finalizado; por lo tanto el Ministerio Público tiene limitaciones para actuar.
Rodolfo Rohrmoser, y algunos constituyentes con quienes integré la Comisión de la Ley Electoral y de Partidos Políticos de la Asamblea Nacional Constituyente, coinciden conmigo al indicar que ningún tribunal, que no sea el TSE, puede emitir resoluciones sobre la materia electoral, y que únicamente pueden ser impugnadas en la forma que lo establece la ley constitucional de la materia, que está por encima de las leyes ordinarias. Por lo tanto, al no haberse dado impugnaciones (en su formación), el partido Semilla ha adquirido legal y legítimamente el derecho a ser reconocido como tal, pudiendo ejercer sus funciones sin interferencias.
En cuanto a la posibilidad de repetir las elecciones, el constitucionalista Mario Fuentes Destarac, recuerda que la única vía que lo permitiría es que la suma de votos nulos fuera más de la mitad de los votos válidos o cuando más de un tercio de las juntas receptoras de votos hubiere declarado la nulidad. Y aunque la resolución judicial pretende dejar al margen al Movimiento Semilla, la repetición tendría forzosamente que incluirlo con todos sus candidatos.
Aislando a Semilla en el Legislativo, toma claridad la postura “jalada” y la intención escondida del presidente Giammattei al haber declarado, después de las elecciones, que entregaría el cargo al Congreso en caso no hubiese presidente el 14 de enero a la media noche. Semilla sabe que van tras su cancelación y afronta la preocupación de prisión para algunas de sus figuras. Sin embargo, esa preocupación no es solamente de este partido, debe ser de todos los guatemaltecos, porque estos extremos podrían ser utilizados para romper el orden constitucional.
NO SE VALE, que por malévolos intereses de quienes perdieron las elecciones y se nieguen a aceptar su derrota; o bien por aquellos que sin demostrarlo gritan fraude sin poder comprobarlo, se siga debilitando, a pasos agigantados, la democracia del país cuya consolidación cobró tantas vidas.
YA ES HORA de que los guatemaltecos veamos, desapasionadamente, lo que implica la suspensión de la personería de Semilla y las repercusiones para su actual bancada. No hay duda de que el Congreso de la República aplicará lo que dicen las leyes en cuanto al transfuguismo e interpretará que hay una renuncia tácita, aunque esta renuncia sea obligada por un tribunal al suspender provisionalmente la personería de Semilla. Sin embargo, mientras un partido no esté cancelado, en definitiva, queda prohibido a las organizaciones políticas y a los bloques legislativos incorporar a diputados que hayan sido electos por otra organización política. Ante este panorama es clara la perversidad de las resoluciones judiciales en torno a Semilla, que, aunque sea declarada nula será solo para atrasarla hasta el 31 de octubre. ¿Y cuál es la verdadera intención de cancelar el partido a estas alturas? (CONTINUARÁ)