Flaminio Bonilla

Abogado, escritor, comentarista, analista de prensa, columnista en “Siglo XXI” de 1991 y luego en La Hora del año 1991 a la fecha con mi columna “sin esconder la mano”. En la política nacional fue miembro del Partido Democracia Cristiana Guatemalteca, su Vicepresidente del Consejo Político Nacional y Director Nacional de la “Organización Profesional Demócrata Cristiana”. Soy un hombre de izquierda y soy socialdemócrata. Fui Registrador General de la Propiedad del 1982 al 1986; Registrador Mercantil General de la República del 1986 al 1990 y luego 15 años Representante Judicial y Consultor Jurídico del Registro Mercantil. Ha sido profesor universitario en la Facultad de Derecho de la USAC y en la Facultad de Derecho de la Universidad Rafael Landívar. Especialista en Derecho Mercantil Corporativo y Constitucional. Soy graduado en Guerra Política del Colegio Fu Hsing Kang de Taipéi, Taiwán.

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La democracia guatemalteca continuamente está intimidada, amenazada, en   peligro latente por el descontento social. Nuestra sociedad desde   años se ha producido la fragmentación en un   país inorgánico, hay carencia de valores y   una ausencia de objetivos nacionales comunes a todos los sectores, que posibiliten estructurar un proyecto de Nación sostenido en la democracia real, en el consenso y en la efectiva   participación consciente y consecuente de todos los actores sociales.   Tenemos un   gobierno fascista radical de derecha, que ha tenido una agenda diferente porque está absolutamente divorciado   de la realidad.  Y ahora   quieren asesinar al binomio presidencial, Bernardo Arévalo y Karin Herrera.

Por este suceso es que se habría denominado así al plan para asesinar al presidente electo, Bernardo Arévalo, revelado este jueves 24 de agosto por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), otorgó   medidas   cautelares al presidente electo de Guatemala César Bernardo Arévalo de León, y   a Karin Herrera Aguilar, del partido Movimiento Semilla, por el riesgo que corren sus vidas.

Efectivamente, la CIDH recibió el 24 de julio el 2023 la solicitud de medidas cautelares que presentaron Alfredo Ortega Franco y Christian González Chacón, quienes instaban a la Comisión para que requiriera al Estado de Guatemala la adopción de las medidas necesarias para proteger los derechos e integridad de Arévalo y Herrera porque estarían en riesgo”.  Los solicitantes de las medidas cautelares indicaron que el equipo de seguridad de Arévalo había recibido información que calificaron como preocupante porque advertía sobre un plan para asesinarlo y en él participarían agentes estatales e individuos particulares”.  En un documento menciona que los solicitantes expresaron que al menos tres fuentes dentro de instituciones estatales, con alto grado de fiabilidad, les advirtieron sobre la existencia del plan Colosio, en referencia al asesinato del político mexicano Luis Donaldo Colosio Murrieta el 23 de marzo de 1994.”

Este plan se implementaría para acabar con la vida de Arévalo; también la Fiscalía contra las extorsiones del Ministerio Público (MP) alertaron de otro plan que ejecutarán miembros de una clica de la Mara Salva trucha (MS13).   El Ministerio Pública (MP) jamás van a investigar quienes son los que pretenden eliminar y quitarle la vida al binomio presidencial, porque la Fiscal General Consuelo Porras   Argueta y Cía., José Rafael Curruchiche Cacul son ahora son los poderes fácticos con objetivos, infames   y despreciable   del EstadoHay magistrados, jueces, fiscales, el Presidente Giammattei, el celador y su amante Luis Miguel “Miguelito” Martínez el “Jefe de Jefes”, muchos parlamentarios, el    organismo Ejecutivo, el gran capital y los poderes objetivos de oposición, parte del CACIF y la   conservadora   oligarquía criolla, que cada vez quiere darnos una bofetada con la aberración de la Justicia.  En nuestro país, hace años que el derecho, la equidad, rectitud e imparcialidad, está anarquizada, pisoteada, envilecida y   prostituida, con inmoralidad, con  arbitrariedad   y con abuso.

En 1985 con responsabilidad,   empezamos   a  construir  nuestra   democracia,  a  través  de  la  participación   y   el   diálogo,  señalando  con  severidad  todo  lo  que  pueda  perjudicar  el  afán  democratizador  y  manteniendo  el ejercicio  de  la   autocrítica   en   todos   los  niveles,  para   que  se  depuren  sistemas  y  mecanis­mos,  y  que  del   análisis   periódico  y  ordenado,  vaya   surgiendo   y  delineándose   una  fuerte   tradición   ideológica   de  nuestra  democracia.   Debemos rescatar para bien de las generaciones   que nos sucedan el   elevado   concepto de dignidad   humana, elaborando   una   nueva cartilla de principios de respeto y honestidad, y   de   trabajo   solidario   y disciplinado.

 Todos  los     ciudadanos     estamos    en  la  obligación    de  mantener,  incrementándose en toda  su  extensión  y  profundidad,  una   honesta  vocación  no sólo  por  la  labor  teorizante  y  filosófica  de la  democracia,  como  el  mejor  medio  de  conviven­cia  humana,  sino   sobre  todo de  un  constante  ejercicio  y  aplicación  de  los  postulados  constitucionales,  que  nunca  deben  quedarse   inmovilizados   en   sus   folios,   sino   dinamizarse constantemente,  a  manera  que  su comprensión,  ejercicio  y  aplicación  se  vuelva   parte   vital   de  todo  guatemalteco,  para que  defiende  con  ahínco   inclaudicable  e inquebrantable   su  amor   y   derecho  a  la  libertad,  pero   que  a  la vez  con  igual   civismo  y   entusiasmo,   asuma  sus  obligaciones  dentro  del  entorno  político  y  social  de   Guatemala,   propiciando  así,  que  esta  avance  todos los  días  buscando  la  seguridad  de  su  destino;  y   que  la  esperanza   y  horizontes  de  nuestra  Patria  se  amplíen,  para  el  mejor futuro  de  nuestros   hijos  y  nietos,  a   quienes   debemos  hacer  el  legado  de  un  país  moral  y  materialmente  saneado,  que  provoque  el   respeto de  la  comunidad  internacional;  y  donde  se  erradique  de  una  vez  por todas la imagen   distorsionada  y  angustiante  de  los inescrupulosos  que  anteponiendo  sus  intereses   personales,   han   degradado  y   desangrado   a   nuestro  país. 

Por ello es igualmente   rechazable y condenable   la postura de aquellos, reales o supuestos conocedores de la doctrina   política de la democracia, que   por el sólo   afán de notoriedad o por los intereses   conexos   de   sus   banderillas políticas, tergiversan el concepto   político de   la   libertad   y   de   la diversidad   ideológica.   Hay  de todo   han  conspiración, está    una   inmadurez   política  y   una   total   y  absoluta   irresponsabilidad, porque   siguen  existiendo  los   estigmatizadores,   producto  de  la  derecha  a   ultranza,  de  los  neoliberales   y   de  los  Mac artistas reaccionarios   y   fascistas,  que  nunca  se  han  esforzado  para  prepararse  y  habilitarse  en  el entendimiento  y  percepción  de  la democracia, pues ellos siguen  con  equipo  obsoleto  porque  se  han  inmovilizado  en  sus  concepciones,  mientras  que  los   pueblos  avanzan  en la  conquista  de  sus  derechos. 

Debiéramos   revisar juiciosa, lo que está pasando de un asesinato de los candidatos electos, no se puede que un sistema político no puede solapar la negra de nuestra historia  y sus profundas divisiones y dar paso   a la verdadera democracia con penetrante respeto, comprensión y    solidaridad    hacia todos   los estamentos   sociales.  Darse   cuenta   que nuestro    método     no   es el   mejor ni más perfecto, que únicamente es mejorable y perfectible; que debe reformarse sus impurezas para lograr a un plazo corto el rescatar de las instituciones democráticas.     Es atinado un fragmento     de un párrafo del Dr. Francisco   Berlín Valenzuela   jurista y politólogo    mexicano    quien su   obra “Derecho    Electoral” afirmó: “.  nadie puede negar que la vocación democrática del pueblo. Cuenta ya con firma tradición capaz de crear, con ingeniosidad sin par, sus propios instrumentos   institucional   para   avanzar por el camino de su superación, en un mundo parcelado que le presiona a aprovechar en ocasiones la coyuntura   que las   circunstancias   le presentan, o bien las ventajas que le permiten la elaboración de planes y programas formulados   sobre la marcha. 

Por eso debemos aglutinarse a los hombres y mujeres con pensamiento realmente democrático, que con angustia y horror vemos como cada día se socaba nuestra dignidad, se vulneran las instituciones, se violan los derechos humanos individuales, sociales, culturales, económicos y políticos y que se sigue utilizando el recurso del miedo, del terror y del asesinato, para dirimir conflictos sociales. Y qué no decir del crimen organizado y del narcotráfico, que han cooptado a los poderes del Estado, están en confabulación, para desaparecer la República. 

Tener que matar, es un crimen del   binomio presidencial, debe investigarse hasta las últimas consecuencias, ahondar y escudriñar en la pesquisa y procedimientos.  Nosotros creemos que se trata   de un crimen de Estado, orquestado y planificado    por grupos poderosos de mentes   enfermas, no es de un fanático   aislado.  Pero   si   las   cosas no son así, que las autoridades investiguen, procesen y   sanciones a todos los responsables. Sería   contraproducente   que   hoy se le abriera el camino   a los candidatos perdedores, a través de un reguero de sangre.  No habrá sacrificio de caídos   y muertos   para reconstruir   la    resquebrajada    cimentación   de la Nación   guatemalteca.   

Y cierro mi columna   sobre   de querer asesinar al binomio     presidencial, tiene    firma   y   concertación del gobierno de   Alejandro    Giammattei Falla, Miguel “Miguelito” Martínez Morales, María Consuelo Porras Argueta, José Rafael Curruchiche Cacul, el gran capital fascista y anti-democrático y del todavía al sector de la línea   dura del Ejercito Nacional   etc.  etc.  Con    respaldo de la historia, cuando   el 12 de octubre de 1936 y en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, su rector, el filósofo Miguel de Unamuno, se enfrentó al general y golpista José Millán-Astray, dijo: ¡Muera   la intelectualidad   traidora! ¡Viva la muerte!

 

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