Por Sara Lemel
Tel Aviv/Gaza,
Agencia dpa
En el plazo de un mes, israelíes y palestinos tendrán que viajar a El Cairo para unas conversaciones en las que deberán abordar cuestiones complicadas. Si no se alcanza un acuerdo, en la región podría volver a desatarse la violencia.
Mark Regev, portavoz del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dio a conocer hoy los puntos esenciales del acuerdo para un alto el fuego mediado por Egipto. «Todas las actividades violentas serán suspendidas, sin excepciones», afirmó. La medida también se aplicará a los asesinatos selectivos de milicianos palestinos en la Franja de Gaza.
Además, se abrirán todos los pasos fronterizos entre Israel y la Franja para el paso de mercancías y ayuda, una medida que también debería facilitar la reconstrucción de Gaza. «Volvemos a la situación de antes de los combates», anunció el portavoz.
Según fuentes palestinas, los salarios de los funcionarios de Hamas serán pagados en el futuro por la administración que dirige el presidente palestino, Mahmud Abbas. El cese de las transferencias de dinero a la Franja de Gaza había sido uno de los principales puntos de discusión entre Israel y Hamas, la facción palestina que controla la zona.
Según el portavoz israelí, Egipto ya puso sobre la mesa una iniciativa de este tipo tan sólo una semana después del inicio de la guerra. Israel la aprobó entonces, pero Hamas la rechazó. Visto así, podría pensarse que Hamas luchó durante un mes para nada, mientras el número de palestinos fallecidos se elevaba a 2 mil 130.
Pero la organización radical islámica se considera la vencedora de la guerra, y así lo ven también algunos comentaristas en Israel.
«A pesar de los ataques israelíes por aire y por mar, a pesar de la fuerza empleada en tierra y de una protección casi absoluta contra los cohetes (palestinos), Israel no está en situación de vencer a una organización terrorista relativamente pequeña que está aislada en el mundo árabe», apuntó hoy un analista del diario israelí «Jediot Achronot».
El principal objetivo de Israel en las próximas negociaciones será evitar el rearme de Hamas. Según cálculos israelíes, a la organización palestina sólo le quedan en torno al 30 por ciento de los 10 mil misiles de distinto alcance con los que contaba. Y con la destrucción de la mayor parte de los túneles de contrabando que llevaban a Egipto, a Hamas le resultará ahora mucho más difícil recuperar su arsenal.
Israel quiere que a largo plazo el control de los pasos fronterizos con Gaza lo asuman la administración de Abbas y observadores internacionales. Estos controlarían también que el material destinado a la reconstrucción de Gaza no sea empleado para fabricar nuevos túneles destinados a atacar a Israel.
En el caso de la Autoridad Nacional Palestina (el partido de Abbas) asuma en el futuro un papel más importante en Gaza, aumentará también la presión sobre Israel para alcanzar una amplia solución en la región. Y es que hasta ahora Israel echaba en cara a Abbas que no hablase en nombre de todo el pueblo palestino durante anteriores conversaciones de paz.
Hace una semana, Netanyahu anunció un «nuevo horizonte diplomático» y mostró esperanzas respecto a nuevas conversaciones de paz con los palestinos. Ahora habrá que ver si realmente habla en serio.
Por su parte, Abbas quiere ahora emplearse a fondo en lograr un calendario claro para el fin de la ocupación israelí y la creación de un Estado palestino. Para ello quiere pedirá ayuda a la comunidad internacional y al Consejo de Seguridad de la ONU. Si Netanyahu no contribuye a estos esfuerzos, Abbas insistirá aun más ante la comunidad internacional, siempre tiendo como trasfondo la amenaza de llevar a Israel ante la Corte Penal Internacional de La Haya.