Guatemala, en los últimos años ha estado relegada al olvido, gobernada por corruptos ligados a narcos. En un proceso electoral el ciudadano tiene el derecho de elegir a los funcionarios de los entes estatales y romper con la grave crisis que ha tenido, donde los que han dirigido el ejecutivo, se han olvidado de las promesas que hacen en las campañas. El actual proceso electoral ha sido sometido a críticas a nivel nacional e internacional, por la incapacidad de los funcionarios que dirigen el órgano electoral, que fueron elegidos por el Congreso, por vínculos políticos y que no han tenido la capacidad de actuar con arreglo a derecho, enmarcar sus decisiones lo que indica la Constitución y el artículo 121 de su ley, que dice” es la máxima autoridad en materia electoral.
Guatemala, merece un mejor destino y debemos tener clara consciencia de elegir entre los dos aspirantes que se disputaran la segunda vuelta, el 20 de agosto, si los inconformes con las elecciones del 25 de junio, no promueven otras acciones para entorpecer las elecciones y se prolonguen las funciones de los actuales gobernantes, a pesar que el presidente Alejandro Giammattei, salió al paso diciendo que respetará lo que dice la carta magna. En política hay que tener presente que los cambios pueden ser diferentes para complacer a los grupos que desde el anonimato manipulan a los que dirigen el Estado, para obtener por supuesto, beneficios económicos.
Los grupos conservadores de la derecha recalcitrante, están en una disyuntiva. No saben si es mejor votar por Sandra Torres, que por tercera vez se postuló como candidata presidencial, cuyo pasado tiene una hoja de vida poco recomendable o bien por Bernardo Arévalo, hijo del exgobernante Juan José Arévalo Bermejo, considerado uno de los mejores presidentes que ha tenido en su historia Guatemala. Ambos aspirantes tienen ideología de izquierda y fue una sorpresa que el candidato del grupo Semilla, alcanzara el segundo lugar y que tiene ideas progresistas y sacar a Guatemala de la pobreza, de la corrupción y luchar por una nación diferente de los gobernantes que hemos tenido en los últimos años. Aunque debe entenderse que los políticos para engañar a la población ofrecen de todo, en el poder tienen un cambio diferente. Y de esto hay pruebas y la historia los delata.
Los grupos que perdieron en los comicios del pasado junio, impulsaron acciones de amparo que debieron ser rechazadas, no agotaron la vía administrativa en el TSE y accionaron en la CC que ilegalmente dio trámite a la acción, no obstante no tenía capacidad legal para actuar y le endosó la pretensión en la CSJ que sin mayor argumento ordenó al órgano electoral, que procediera a dictar el decreto de convocatoria para la segunda ronda electoral, sin haber agotado otras instancias que regula la Constitución y ley que norma un proceso electoral.
Se espera que el guatemalteco consciente del rol que debe tener un proceso electoral, actúe con carácter y que vote con libertad entre los dos aspirantes presidenciales; que se cumplan las peticiones que han hecho entidades internacionales y gobiernos para que este proceso electoral que ha sido severamente cuestionado por las acciones espurias y sin fundamento de los perdedores y que Guatemala, se encause a partir del 14 de enero por una genuina democracia y que vuelva a ser la Guatemala que todo ciudadano honrado necesita libre democrática y se expulsen a los diputados y alcaldes corruptos que negocian con narcos.