Grecia Aguilera

Luego de siete años de representar al Gobierno de la República de China (Taiwán) en Guatemala, el Excelentísimo Señor Embajador Adolfo Sun ha concluido su misión diplomática en nuestro país. Su interés por cooperar especialmente en las áreas rurales de Guatemala, lo llevó a trabajar con tenacidad en las comunidades más necesitadas y a conocer casi todo el territorio nacional, convirtiéndose en un auténtico amigo de estos terruños que son como su segunda patria. Con motivo del término de su misión ha recibido merecidos homenajes de parte de instituciones públicas y privadas. El viernes 4 de septiembre de 2015, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala le concedió la “Orden del Quetzal en el Grado de Gran Cruz”, y el pasado lunes 14 de septiembre de 2015 Monseñor Nicolás Thevenin, Nuncio Apostólico de Su Santidad el Papa Francisco y Decano del Cuerpo Diplomático acreditado en Guatemala, le otorgó la “Orden Pontificia de San Silvestre Papa” en el grado de Comendador con Placa por realizar el bien común a las personas más necesitadas. El documento enviado por Su Santidad expone: “Francisco Pontífice Máximo, condescendiendo de buen grado los ruegos que he recibido, por los cuales supe que eres benemérito del bien, del crecimiento de la Iglesia y de la vida católica, para manifestar una clara prueba de mi agradecimiento a ti, Adolfo Sun de Taiwán, te elijo, te constituyo y proclamo: Comendador con Placa de la Orden de San Silvestre Papa y te concedo la facultad de usar todos los privilegios correspondientes a esta dignidad. Dado en Roma junto a San Pedro, el día 20 de julio del año 2015.” La ‘Orden Silvestrina’ fue instituida por el Papa Gregorio XVI en 1841 y reformada por San Pío X en 1905, para honrar a Silvestre I, quien sobresalió por su atención a los más necesitados. San Silvestre fue Pontífice del 31 de enero del año 314 al 31 de diciembre del año 335. Uno de los eventos más importantes de su período fue el Concilio de Nicea en el cual proclamó el símbolo de la Fe. El Embajador Adolfo Sun luego de haber sido condecorado expresó: “Llevo conmigo la satisfacción de haber cumplido dignamente mi gestión y en especial me satisface el hecho de haber trabajado con esfuerzo en la consolidación de los lazos de amistad y cooperación con este hermano país. Guatemala ha sido para mí una linda tierra que me ha dado felicidad.” Don Adolfo Ta-Chen Sun nació el 4 de octubre de 1948 en la República Popular de China. Su nombre en Mandarín significa ‘Gran Éxito’. Cuando tenía cuatro meses de nacido su familia se trasladó a la Isla de Formosa y en su niñez dedicó tiempo para ser monaguillo, es decir acólito. Estudió en la Universidad Tamkang de Taiwán, y realizó una Maestría en Literatura Española en la Universidad de Salamanca. Fue nombrado Embajador de Taiwán en Guatemala el 17 de junio de 2008 y al conmemorarse el Centenario de Fundación de Taiwán, tuvo el honor de cambiar la Rosa de la Paz en el Palacio Nacional de la Cultura, el jueves 27 de octubre de 2011. Está casado con la doctora Julia Su-Ming Sun, a quien apreciamos mucho con mi esposo Carlos-Rafael Pérez Díaz. Su nombre en Mandarín quiere decir: ‘sencilla e inteligente’. En mi libro “Exégesis del Alma”, en la sección “Oriente Milenario/ Biombo bordado de cerezos en flor”, figura mi poema “Sencillez del Existir”, inspirado en su nombre: “Sabia razón/ de la testa/ mente fuente/ virtud del saber./ Minuciosa elegante/ precisa perdurable/ en manuscritos imperiales/ plétora de espíritu/ sencillez del existir./ Madrigales ensoñados/ abren/ corazón de ámbar/ alma de marfil reflejada/ en nube/ de nácar calada./ Lámpara luz de cocuyo/ guía sapiente/ albor de madrugada/ sidérea voz floreciente/ lirio camelia/ en satinada peonía./ Abstracción/ en mágica voluta/ libélula sonrosada/ intuitiva mariposa/ de rocío iluminada.”

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