Rusia tenía los medios, el motivo y la oportunidad para destruir una presa ucraniana que se vino abajo este mes mientras estaba bajo control ruso, según imágenes exclusivas de drones e información a la que The Associated Press tuvo acceso.
Las imágenes de la presa Kajovka tomadas desde el aire y compartidas con la AP parecen mostrar a un vehículo repleto de explosivos en la parte superior de la estructura, y dos funcionarios señalaron que había soldados rusos emplazados en un área crucial de la presa en donde, según los ucranianos, se centró la explosión que la destruyó. El Ministerio de Defensa de Rusia no respondió de momento a una solicitud de comentarios.
La destrucción de la presa derivó en una mortal inundación, puso en riesgo los campos de cultivo de uno de los países de mayor producción de cereales del mundo, amenazó el suministro de agua potable para miles de personas, y desató una catástrofe ambiental. Comandantes ucranianos dicen que también echó por tierra algunos de sus planes de tomar posiciones rusas en una contraofensiva que se encuentra en sus primeras etapas.
Ambas partes se acusan mutuamente de haber destruido la presa, pero las distintas acusaciones rusas — de que fue impactada por un misil o derribada con explosivos — no logran explicar un estallido de tal magnitud que fue detectado por los monitores sismológicos de la región.
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— Diario La Hora (@lahoragt) June 19, 2023
Rusia se ha beneficiado del momento en que ocurrió la enorme inundación posterior a la explosión, aunque algunas de las zonas que ocupa también se anegaron y las consecuencias podrían haber sido más extensas de lo previsto. En la región aledaña a la represa, el río Dniéper forma el frente entre las fuerzas rusas y las ucranianas, y los rusos controlan la presa misma.
Dos comandantes ucranianos que habían estado en el área, pero en sitios distintos, dijeron a la AP que el rápido aumento en los niveles del agua inundó rápidamente sus posiciones y las de los rusos y destruyó equipo, obligándolos a empezar sus planes desde cero y dejándolos enfrentando una distancia mucho más grande que cubrir, toda llena de fango. Uno de los comandantes habló a condición de guardar anonimato a fin de revelar de manera más sincera la magnitud de los problemas que causó el torrente.
«Es una práctica regular hacer estallar (sitios) antes de una retirada», señaló el otro, Illia Zelinskyi, comadante de la Guardia Bugskiy. «En este contexto, sus acciones fueron para afectar algunas de nuestras cadenas de suministro, y también complicarnos cruzar el Dniéper».