Gladys Monterroso
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“El que calla otorga” Anónimo
Dentro del controversial juicio, llevado a cabo contra el primer expresidente, que salió de su renuncia, directamente ante un juez competente, y esto en doble sentido, primero porque es su competencia por materia, y segundo porque es uno de los mejores y más competentes en el área penal.
Leí y escuché a varias personas, exclamar que al escuchar al expresidente, ellos mimos creyeron su inocencia, cuando he leído a los mismos en las redes sociales, pidiendo la renuncia y cárcel de él, estando así las cosas, los argumentos del abogado defensor, a entendidos o no, les pareció excelente, pero el proceso penal no se basa en las actuaciones del abogado, que puede ser bueno o no, se basa en pruebas.
Veamos como lo observo, sin ser penalista, la función del abogado no es dar cátedra abusiva al juez, que por edad, experiencia y al manejo de la judicatura, tiene mucho mayor conocimiento del caso que se está juzgando.
El MP, en su presentación y conclusiones, aunque muchos le criticaron, a mi parecer estuvo bien estructurado, fueron de lo general a lo particular, incluyendo un momento en que la exvicepresidenta entrega sin querer al exmandatario, al mencionar al presidente de la empresa; por experiencia, sé que aún la esposa, cuando se refiere a un funcionario, ante quienes están a sus órdenes, no se le llama por su nombre, se le llama por su cargo, porque se está refiriendo a una persona institucional, en la intimidad sigue siendo el “mismo” más frente a los demás, el trato es como debe ser: De respeto, y lo escribo con amplio conocimiento de causa.
El juez, y todos los que algo sabemos de estructuras paralelas, sabemos, que a nadie se le llama por su nombre, siempre se utilizan sobrenombres por seguridad, y eso lo sabe cualquier penalista, ¿O no era OPM el Comandante Tito? Tiene toda lógica que se le llame el Mero Mero, el Dueño de la Finca, y el Número Uno, porque era la figura jerárquica de mayor relevancia dentro de la estructura, los otros también fueron identificados dentro de su lugar en la misma.
Hasta ahí, puede existir cualquier duda en quienes no saben la forma en que este tipo de estructuras se movilizan en su propio mundo.
Pero el máximo error del abogado defensor fue el siguiente: Después de escuchar la mayoría de las pruebas del MP, y como las fueron relacionado, fue a hacerle un borrador a su defendido, que habló 54 minutos, tratando de desvirtuar todas las pruebas del MP, que si la otra se iba y no se fue, que él hablaba con infinidad de funcionarios, que si acá que si allá, dos deslices tuvo, que son fundamentales para el caso:
a) Aceptar que a uno de los implicados lo llamaron de Casa Presidencial, y que “Se debió haber colgado” ¿Por qué? Una investigación es siempre la verdad por descubrir aunque esa no sea la menos esperada.
b) No contestar las preguntas que pidieron realizar, señores, cuando cualquier ser humano dice la verdad, aún con borrador en mano, lo hace para hilvanar su exposición, pero en base a la misma, porque se trata de la verdad, puede responder cualquier pregunta, porque lo que ha dicho es “Cierto”, ahora cuando no es cierto no puede contestar preguntas, porque el hacerlo, lo puede hacer caer en sus propias contradicciones, la certeza de lo que se dice se traduce, en poder responder cualquier pregunta referente al tema, porque lo que se ha transmitido es “Verdad”.
A mi criterio, aunque el principio constitucional, establece que nadie debe declarar contra sí mismo, en este caso nunca mejor aplicado, hubiese sido que declarara, porque no sería contra sí mismo, si hubiera manifestado toda la “Verdad”.
Derivado de lo anterior, tanto su abogado tratando de dar cátedra, y el expresidente por no contradecirse, se confesó, así de sencilla es la vida, y así de complejo es el proceso penal, y el juez con toda su sapiencia habrá valorado, ya estas y más circunstancias, que por no ser penalista a mí se me escapan.

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