Douglas Aníbal Ruiz Álvarez
Escuela de Historia, USAC
Este artículo es resultado del enriquecimiento y adaptación de la ponencia “La devoción centenaria a Jesús Nazareno de San Juan de Dios, el Protector Perpetuo de Quetzaltenango”. Presentada en el XI Encuentro Nacional de Historiadores, Quetzaltenango, 13 de noviembre de 2019.
Desde la perspectiva de la Nueva Guatemala de la Asunción, la Semana Santa de la ciudad de Quetzaltenango ha cobrado relevante interés por parte de la población capitalina. La solemnidad y fervor quezalteco es único en el país, siendo una de sus grandes características y que le dan un profundo realce a las conmemoraciones de la vida, pasión, muerte y resurrección de Cristo.
En esta oportunidad hablaremos de una devoción bastante conocida y que tiene sus orígenes en los primeros años del siglo XX: el culto y devoción a Jesús Nazareno de San Juan de Dios, obra del escultor hondureño Salvador Posadas. Pero, antes de entrar en detalles de la devoción al Nazareno del Hospital, conozcamos un poco de lo que sucedió antes de la llegada a su templo en Quetzaltenango.
Origen del hospital y templo de San Juan de Dios de Quetzaltenango
La necesidad de un centro hospitalario era una necesidad importante en Quetzaltenango, debido a que años antes, el territorio guatemalteco sufrió la epidemia de colera morbus. Es así como el 8 de marzo de 1844 fue abierto el Hospital San Juan de Dios de Quetzaltenango. En sus inicios contó con seis camas surtidas y estuvo a cargo del cirujano Felipe González.
Por aparte, el primer oratorio data del año 1845, siendo celebrada la primera misa el 21 de octubre de ese año. El primer encargo del recinto religioso fue el vicario eclesiástico Fernando Antonio Dávila. El 2 de junio de 1847 se colocó la primera piedra del nuevo templo, la construcción del mismo fue dirigida por José María Arroyo y sufragada por la herencia dejada por Valentín Cayax. El templo fue solemnemente inaugurado el 8 de marzo de 1854 y durante su edificación contó con el apoyo del gobierno conservador de Rafael Carrera.
Finales del siglo XIX e inicios del siglo XX: el terremoto de San Perfecto y Salvador Posadas
Sabemos que el actual territorio guatemalteco ha sido históricamente afectado por múltiples desastres naturales. El año 1902 fue un extremo difícil para la población quezalteca que vio como dos grandes calamidades cambiaron su vida: el terremoto de San Perfecto y la erupción del volcán Santa María; aunque solo haremos énfasis en el primero.
El 18 de abril de ese año, el altiplano occidental de Guatemala fue afectado por el terremoto de San Perfecto, que dejo en completa ruina a la ciudad de Quetzaltenango. Edificios y edificaciones religiosas fueron destruidos por el embate del sismo; entre estos, el templo de San Juan de Dios que se vio severamente afectado, tal como lo reflejó el antiguo diario de La República:
Al Señor Presidente.
Siento participarle que el Hospital ha concluido, la ruina lo destruyó casi por completo. Sírvase darse sus instrucciones.
Jesús F. Sáenz. (Saenz, 1902)
Luego de la destrucción provocada por el terremoto de San Perfecto, fue necesario emprender la tarea de reconstrucción de la ciudad de Quetzaltenango y de sus edificios más emblemáticos, entre ellos el templo de San Juan de Dios, la cual estuvo a cargo del arquitecto y constructor Luis Luiti, quién fue el precursor de su reparación (Broll, 2019). Asimismo, en periódicos de la época se hizo énfasis de esta labor, principalmente con la colocación de las campanas; dos que fueron fundidas por Timoteo Gómez Sierra en 1906 y la última mandada a fundir en 1908 por sor Gabriela Thouluc, hermana de la Caridad. Esta campana tiene una leyenda que dice: Me regocijo con los que ríen y lloro con el que llora.
Al parecer, la reconstrucción del templo de San Juan de Dios terminó poco antes de 1910, momento ideal para recibir a la escultura que luce actualmente en el altar mayor: el Nazareno del Hospital.
Anteriormente habíamos anotado que el escultor hondureño Salvador Posadas, fue el artífice de la obra del Nazareno de San Juan de Dios. Desde 1895, el artista trabajaba en su taller ubicado en el centro de la ciudad de Guatemala (en aquel entonces 9ª avenida norte, número 1), donde elaboró la escultura del Nazareno hacia el año 1910.
En esos años, la presidencia de la República fue ocupada por Manuel Estrada Cabrera, que al parecer tenía una cercana relación con el escultor Posadas y solicitó la elaboración de la imagen de Jesús Nazareno, la cual fue entregada el 31 de julio 1910 al templo de San Juan de Dios de Quetzaltenango, como habíamos mencionado en párrafos anteriormente, la reconstrucción del edificio religioso fue fundamental para la elaboración y entrega de la escultura.
En octubre de ese año, se dio la visita extraordinaria a Guatemala de monseñor Juan Cagliero, delegado apostólico de la Santa Sede, quién publicó una serie de providencias e instrucciones que dieron como resultado la suspensión de algunos cortejos procesionales de la ciudad de Guatemala, a excepción del cortejo procesional de Jueves Santo de Jesús de Candelaria; la procesión de Viernes Santo de Jesús de la Merced y el Santo Entierro de Santo Domingo (Providencias e instrucciones , 1910).
A pesar de la medida anterior, dictada en contra de agrupaciones de piedad popular de la ciudad de Guatemala, monseñor Cagliero concedió 100 días de verdadera indulgencia a todos los fieles que rezaren el Credo ante la imagen del Nazareno de San Juan de Dios. Esto motivó en gran medida la veneración de la imagen ubicada en el antiguo templo del hospital San Juan de Dios en la ciudad altense.
De 1911 a 1915, la escultura del Nazareno fue procesionada durante Semana Santa, pero sin contar con un grupo específico para su organización. Es hasta 1916 que se decide crear el antecedente de la hermandad dedicada a su culto, siendo llamada “Congregación de Jesús Nazareno”. En 1926, por disposición eclesiástica, cambia su nombre al que conocemos en la actualidad: “Hermandad de Jesús Nazareno”.
Con el paso de los años, el cortejo cobró gran realce, convirtiéndose en uno de los más esperados en calles y avenidas de la ciudad de Quetzaltenango. Uno de los puntos más importantes de su recorrido ha sido el arribo al Parque Centro América, sitio donde convergen gran cantidad de fieles para observar el paso piadoso de Jesús Nazareno frente a la actual Catedral Metropolitana de los Altos.
Desde décadas atrás, varios medios de comunicación escrita, tanto de la ciudad de Guatemala, como de Quetzaltenango, ya se pronunciaban para informar acerca del recorrido procesional de Jesús Nazareno en la mañana de Viernes Santo. Asimismo, sobre su famosa velación que se instituyó como resultado de la consagración de la imagen ocurrida el 9 de marzo de 2003, quedando vigente para el primer domingo de Cuaresma.
Otro detalle muy importante fue la implementación del huerto, el cual se organizó por primera vez la noche del sábado de ceniza, 8 de marzo de 2014, el cual fue sumamente aceptado por la feligresía quedando como una de las actividades tradiciones cuaresmales de Quetzaltenango. El mensaje de dicho altar fue: «El que quiera seguirme, niéguese a si mismo y tome su cruz…».
Y así llegamos a 2016, año del centenario de la Hermandad de Jesús Nazareno de San Juan de Dios. La fecha pactada para celebrar el acontecimiento fue el domingo 17 de abril de 2016. Ese día, Jesús Nazareno tuvo a bien completar un recorrido mayor al acostumbrado del Viernes Santo. La hora de salida fue después de las 10 a. m., finalizando el cortejo hasta altas horas de la noche de dicho día.
La historia del Nazareno de San Juan de Dios se seguirá escribiendo y enriqueciendo con el pasar de los años. Estamos seguros de que la fe y devoción hacia “El Canchito” seguirán fortaleciéndose, tal como fue el deseo de los primeros entusiastas que organizaron su cortejo procesional durante el siglo pasado.
“Solo tu eres santo, solo tú eres digno. En la cruz moriste y resucitaste. ¡Y pronto volverás!
Referencias
Archivo Histórico Arquidiocesano de Guatemala «Providencias e instrucciones» . (1910, Octubre). Guatemala, Guatemala.
Broll, R. (2019, Febrero 17). (D. Ruiz, Entrevista)
Saenz, J. (1902, Abril 23). La República , p. 2.