Edith González

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Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

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Edith González

Siguiendo por la Carretea Interamericana a tres horas aproximadamente a 129 kilómetros, por la Carretera Interamericana/Pan-American Highway/CA-1, se encuentra el maravilloso lago de Atitlán, tan elogiado por los chapines como por los extranjeros que le conocen.

Es un hermoso lugar que se ha ganado su fama por cuenta propia y es casi imposible que un turista que visita nuestro país no llegue hasta él para maravillarse de su vista. Sus microclimas son disfrutados a lo largo de su recorrido, que puede realizarse por tierra o en cayucos o lanchas privadas.

Ya en el siglo pasado el periodista Licenciado David Vela escribió el poema Atitlán letanía en azul cambiante. Ilustrado fotográficamente por su hijo el arquitecto Augusto Vela Mena y su nieto Cristian Vela Aquino, en 2004 y editado por Bancafé, en el que se puede disfrutar de la magia de este maravilloso lugar de nuestra tierra chapina.

Lo lamentable es que de unos años para acá allí se han instalado muchas comunidades de extranjeros, que buscan vivir entre la naturaleza, o esconderse de la justicia. Tal el caso de una pareja que dice ser guatemalteca pero se sospecha que por lo menos la mujer sea extranjera, a quienes se conoce como Roberto Luz y Surunda, quienes llegaron a las riveras del lago y se instalaron allí en una vivienda rudimentaria que con el tiempo han ido transformando.

De ella se sabe que tiene una gigantesca demanda del Bank of American en un juzgado en Estados Unidos por una millonaria demanda de estafa y eso al final de cuentas no es algo que tenga que preocuparnos si a la autoridad no le interesa investigarlos.

Lo que si debe preocuparnos es que esas personas son gente sin escrúpulos que han logrado abrir un restaurante y otros negocios junto a otros extranjeros, aprovechándose y engañando a la comunidad entera a orillas del lago, con el producto y los precios.

El colmo es que ahora expresan en redes sociales y de manera verbal que no quieren que otras personas lleguen al lago a realizar eventos con los que se beneficia a personas locales al brindarles apoyo y trabajo.

Y como dice el dicho, alguien a tu casa vendrá y de ella te echará. Es increíble que ni los lugareños sean respetados y las autoridades no intervengan, especialmente cuando se trata de personas extranjeras y con juicios abiertos por estafa.

Esto se sabe cuando empezamos a conocer a los candidatos a las próximas elecciones, entre los que tenemos una larga lista de estafadores, violadores, ladrones, exconvictos y sin escrúpulos.

Así que medite su voto y evitemos tener autoridades iguales a los invasores, abusadores del Lago de Atitlán.

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