Rodulfo Santizo

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Guatemalteco, migrante, facilitador de procesos para fortalecer el tejido social, visor y monitor del bienestar social, multifacético, persistente, soñador por una Guatemala diferente, gestor en desarrollo.

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Rodulfo Santizo

Nos urge establecer esquemas de confianza entre nosotros los guatemaltecos para hacerle frente a muchas situaciones adversas que se nos presentan, pues llevamos décadas de estar divididos debido a que existen grupos que les interesa que sigamos divididos, ignorantes, distanciados y sin la remota posibilidad de llegar a diálogos que nos lleven a buscar consensos en los temas que nos interesan como sociedad.

Somos una sociedad con muchos recursos naturales, sociales, culturales, éticos, ambientales, turísticos, económicos, entre otros; pero no somos capaces de dar ese paso de concertación que nos posesione entre los países más competitivos en el entorno internacional, talvez porque nos enfocamos más en hablar del pasado y nuestras grandes debilidades y amenazas que pensar en que tenemos grandes fortalezas las cuales se deben potenciar para convertirlas en verdaderas oportunidades de éxito para demostrar que somos personas dispuestas a luchar por una Guatemala próspera con propuestas en proyectos sostenibles y sustentables.

Tenemos todo para triunfar, somos un país estratégicamente y geográficamente bien ubicado, somos la ventana y paso obligado para países que pueden establecer opciones productivas en el territorio y aprovechar esas oportunidades comerciales que demandan de variedad de productos, servicios, mano de obra y profesionales calificados en los vecinos cercanos; siendo un centro de convergencia ideal para atraer mucha inversión para propiciar procesos y producción para importar hacia estos destinos comerciales que consumen a gran escala.

Con todas esas grandes oportunidades presentes y futuras debemos ordenarnos como sociedad para ubicarnos en nuestros espacios correspondientes y empezar ese empoderamiento con sentido de pertenencia para que los gobiernos vayan sintiendo el verdadero peso específico de una sociedad organizada, la cual es capaz de lograr su propio desarrollo.

Estamos perdiendo tiempo porque hay escenarios que no se repetirán y hay oportunidades que se presentan una vez en la vida, como un ejemplo claro están las remesas familiares que los migrantes guatemaltecos están enviando desde el extranjero, a las cuales no le hemos sacado provecho, más se gasta en consumo y cosas suntuosas, gastos que más benefician a los monopolios tradicionales, aporte para datos macro económicos que sirven para dar una buena imagen internacional con un producto interno bruto estable, tasa cambiaria casi invariable, retórica gubernamental que utiliza las remesas para presumir avances económicos, etc.

Con el aporte de los migrantes guatemaltecos a la economía presumen y se apropian las élites “organizadas” de la agroindustria y construcción, quienes sustentan hoy los espacios en la toma de decisiones que les ha favorecido para acrecentar sus fortunas y que la injusta constitución política de Guatemala les otorga por mandato perpetuo por ahora.

Hemos dado ya pasos firmes de organización de apoyo al desarrollo económico, pero no son suficientes, debemos sistematizar un proyecto donde entidades financieras bien estructuradas, empresarios guatemaltecos (nacionales y migrantes), inversionistas internacionales, programas, fondos, organismos y proyectos de otros países le apuesten al ver una fortaleza organizacional bien definida con sustento y sostenibilidad en sus cuadros, apoyada por profesionales expertos en temas de economía, banca, desarrollo para potenciar ese gran capital humano/social, económico, agro/ecológico y estar situado como país en lugar estratégico ante grandes potencias que hoy son demandantes de muchos servicios y productos que tenemos la capacidad para ser sus eternos proveedores.

Estamos dando pasos firmes con el apoyo de expertos que han visualizado una gran oportunidad en un diamante que debemos pulir para que desde el extranjero y en unión con el resto de la población en Guatemala hagamos una diferencia significativa por el bien de las nuevas generaciones, porque no podemos ser únicamente efervescentes como el Alka Seltzer que actuamos solo en procesos electorales o cuando hacemos encuentros, foros, seminarios, entrevistas, tesis, estudios, reuniones con gobierno y funcionarios. Complementariamente la verdadera organización comunitaria fiable debe ser el banco de liderazgos verdaderos para dar el salto a esos cambios político/estructurales de Guatemala, porque viene de personas que han sido parte vivida de los esfuerzos ciudadanos y no de líderes que han surgido luego de haber laborado en puestos de gobierno ganando cantidades exorbitantes, sin un costo beneficio visible de su actuar, sacando además dietas, viáticos y hasta indemnizaciones no merecidas.

Hagamos organización bien intencionada, confiable, procurando el bienestar de todos nuestros aliados sin conflicto de intereses, seamos buenos facilitadores y concertadores; estos esfuerzos no son fáciles porque es trabajar con muchos pensamientos, idiosincrasia, costumbres, tabúes, tradiciones, etc. Nos urge establecer verdaderos esquemas de confianza para que juntos podamos seguir con un modelo de progreso, haciendo un verdadero CODESARROLLO y no sigamos perdiendo el tiempo, porque las remesas un día pasarán a la historia y nos lamentaremos.

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