Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Siempre he creído que el Gobierno se ha visto en la necesidad de negociar con algunos de los candidatos en la contienda electoral y si mañana domingo se confirma que Manuel Baldizón es candidato, difícil no pensar que sea él el gallo tapado con el que Alejandro Giammattei y Miguel Martínez han negociado su futuro.

De ser el testigo A y declarar en contra del mandatario a decir que son amigos con el Presidente, así ha sido el camino que emprendió uno de los hijos de Baldizón lo que ejemplifica el recorrido que ha habido entre quien fue condenado en Estados Unidos por lavado de dinero y quien hoy es inquilino de Casa Presidencial.

Si se llegara a consumar la intención de Baldizón de participar, la brasa para el Tribunal Supremo Electoral (TSE) es enorme porque ya en el 2019 le negaron la participación a Alfonso Portillo alegando su falta de idoneidad tras haber sido, también, condenado en Estados Unidos por lavado de dinero.

Es cierto que las resoluciones del TSE pueden variar con el tiempo, pero creo que quedaría confirmado que en este proceso electoral no se están aplicando los criterios de idoneidad, capacidad y honradez. Difícil entender que apliquen criterios como los del finiquito “al pie de la letra”, pero los vinculados al narco siguen, sin además poder leer claramente cómo han interpretado la Constitución y ahora que resuelvan a la UNE sabremos más.

Hoy el TSE está en el ojo del huracán político por el caso del MLP y VALOR, pendientes de la resolución de lo que vayan a decir con la UNE. El primero está fuera de la contienda, el segundo ya fue confirmado para seguir y del tercero seguramente sabemos hoy sábado en algún momento del día.

Sin duda alguna estos tres casos, junto con uno eventual de Baldizón, llegarán a la Corte de Constitucionalidad (CC) y ahí veremos el rol que el Gobierno jugará en las elecciones 2023 porque no es secreto para nadie el papel que Leyla Lemus juega en la máxima corte y que ella fue puesta por Giammattei ahí con misiones muy claras.

Mucha gente ha dicho que parte de lo que Guatemala necesitaba era tener elecciones en las que todos participaran para que fuera el electorado quien elija y al menos a nivel electoral eso no se dará y ahora será el turno de los jueces que terminarán incidiendo en el proceso electoral porque así es la ruta que establece la ley.

Una vez tengamos definidos quiénes participarán en la contienda podremos ir acomodando las piezas en el tablero pero al día de hoy todavía faltan eslabones para tener más claro el panorama y dependiendo de ello, veremos si hay movilizaciones que puedan afectar el curso de las elecciones.

Siempre cabe la posibilidad que el MLP, por ejemplo, tome las calles y Giammattei ofrezca devolver el orden pero a cambio pida que se cierre filas a su alrededor, de Miguel Martínez y el sistema mismo y que imponga sus condiciones futuras ahora que no viven sus mejores horas.

Y ahí es donde se vuelven claves los acuerdos y pactos que han procurado y que han alcanzado y por eso resulta importante saber qué pasará mañana domingo 5 de febrero en la asamblea de CAMBIO, porque alguien como Manuel Baldizón no saldría a la palestra si no es que algo como todo el tema del testigo A ya fue resuelto y superado en Casa Presidencial.

Todavía sigue habiendo mucha incertidumbre electoral y eso no es bueno para una frágil democracia que lo que necesitaba es consolidarse, no debilitarse.

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