El Gobierno de China ha afirmado que los casos de COVID-19 han seguido en la última semana su tendencia a la baja pese a los viajes y celebraciones asociados a las fiestas de Año Nuevo, lo que lleva a Pekín a dar por superada la emergencia vivida en diciembre tras el levantamiento de las principales restricciones frente a la pandemia.
El Ministerio de Sanidad chino ha asegurado este lunes que la cifra de pacientes que han acudido a clínicas especializadas ha descendido un 40 por ciento pese a las festividades y es ya un 94 por ciento más bajo que la del 23 de diciembre, cuando se registró el pico máximo.
También ha descendido un 30 por ciento en una semana el dato de personas que han acudido a otro tipo de establecimientos médicos, si bien el valor aún supera los 2 millones, según las estadísticas recogidas por medios oficiales.
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— Europa Press (@europapress) January 30, 2023
Un responsable del servicio de atención primaria del Ministerio, Fu Wei, ha asegurado que el sistema funcionó de manera «ordenada» durante la pasada semana, si bien las autoridades se marcan ahora la contención en áreas rurales, que hasta ahora habían quedado en un segundo plano frente a los grandes brotes en megaurbes.
La retirada en diciembre de las principales restricciones en el gigante asiático, que puso fin a su política de ‘COVID cero’, derivaron en un repunte sin precedentes de los contagios. Pekín guardó silencio entonces, pero simulaciones como las del instituto Airfinity, con sede en Londres, muestran que el pico diario de casos pudo ser de 4,2 millones.