La economía de Estados Unidos se expandió a un ritmo anual de 2,9% de octubre a diciembre, y finalizó 2022 con impulso a pesar de la presión de las altas tasas de interés y los temores generalizados de una posible recesión. El Departamento de Comercio dio a conocer el jueves que el producto interno bruto, el indicador más amplio de la producción económica, se desaceleró en el último trimestre comparado con el crecimiento anual de 3,2% que registró de julio a septiembre.
La mayoría de los analistas cree que la economía se desacelerará aún más en el trimestre actual y caerá en una recesión al menos leve a mediados de año. La economía recibió un impulso el último trimestre gracias a la resiliencia del gasto de los consumidores y a que las empresas reabastecieron su inventario. El gasto del gobierno federal también ayudó a elevar el PIB. Pero con tasas hipotecarias más altas afectando el sector inmobiliario residencial, la inversión en vivienda se desplomó a una tasa anual del 27% por segundo trimestre consecutivo.
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— Voz de América (@VozdeAmerica) January 26, 2023
Para todo 2022, el PIB se expandió 2,1% después de crecer 5,9% en 2021. La desaceleración prevista para los próximos meses es parte de la estrategia de la Reserva Federal de elevar agresivamente las tasas de interés. Los aumentos de tasas están destinados a reducir el crecimiento, enfriar el gasto y domar la peor inflación en cuatro décadas. El año pasado, la Fed elevó la tasa de referencia siete veces. Está previsto que lo haga de nuevo la próxima semana, aunque esta vez a menor rango.
La resiliencia del mercado laboral ha sido una gran sorpresa. El año pasado, los empleadores agregaron 4,5 millones de puestos de trabajo, superado sólo por los 6,7 millones creados en 2021, según datos gubernamentales que se remontan a 1940. Y la tasa de desempleo del mes pasado, de 3,5%, empató un mínimo de 53 años.
Pero es probable que los buenos tiempos para los trabajadores no duren. A medida que las tasas más altas encarecen los préstamos y los gastos en toda la economía, muchos consumidores gastarán menos y es probable que los empleadores contraten menos.