Inicia el ciclo escolar. La rutina perdida de hace tres años se está tratando de recuperar en los diferentes campos de acción de la vida diaria que se vieron afectados por el aparecimiento del Covid; en el presente caso, abordo el tema del respeto escolar que como manifestación de conducta se hace presente en el desarrollo de las actividades docentes y administrativas en los diferentes centros educativos del país.
De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el respeto está relacionado con la veneración o acatamiento que se hace a alguien; el respeto incluye miramiento, consideración y deferencia. El respeto es un valor que permite que las personas puedan aceptar, reconocer y apreciar las cualidades del prójimo y sus derechos; es decir, que es el reconocimiento del valor propio y de las demás personas.
Este valor es uno de los más importantes en el desarrollo de la vida diaria del ser humano, que se manifiesta en la conducta de las personas respecto de las leyes, en la interacción con los demás miembros de la sociedad, hacia la autoridad y en el caso especial hacia los alumnos y maestros o los hijos y los padres; por lo que, esta acción obliga a que el respeto sea mutuo.
Es frecuente que las faltas de respeto se presenten en los establecimientos educativos y que se violen las normas de convivencia pacífica, las que se manifiestan en situaciones donde se irrespeta o no a las otras personas como en los siguientes casos: entre alumnos, entre docentes, entre directores y docentes, directores y alumnos, profesores auxiliares y alumnos, padres de familia y docentes. El respeto se manifiesta ante la institución escolar en general y hacia el edificio en particular; un centro educativo donde no se privilegie como valor primordial el ejercicio del respeto, será un lugar donde la convivencia será caótica y afecte de manera directa el proceso de la enseñanza.
El hogar en primer lugar y la escuela en segundo lugar, tienen la gran responsabilidad de inculcar ese y otros valores al ser humano, en este caso a los hijos que están en la etapa preescolar en sus residencias y posteriormente a quienes asisten a los centros educativos en su período escolar. Desde esta perspectiva el respeto en las aulas es completamente esencial para la formación de personas que sepan respetar a su prójimo en un futuro próximo.
Existen centros educativos nacionales y privados donde funcionan los departamentos de orientación a cargo de psicólogos, éstos usualmente atienden a los estudiantes problemáticos o a quienes manifiestan algún trastorno emocional; sin embargo, bien valdría la pena que parte de sus actividades las dirigieran a programar acciones en base a estrategias concebidas como parte de la acción integral de su formación académica para ir inculcando el valor del respeto hacia sí mismo y hacia la colectividad.
Esas actividades ayudarán a los estudiantes a reflexionar sobre las consecuencias positivas y negativas de su conducta. El tema del respeto hacia la diversidad cultural nos muestra la importancia de construir una convivencia basada en el respeto y la tolerancia, pues todos tenemos capacidades distintas para desenvolvernos en la vida diaria.
¿Quiénes se han beneficiado de los “planes y programas” del ministerio de educación en estos últimos tres años? Es de suponer que las oligarquías financieras, quienes comercian y acumulan sus fortunas con las diferentes modalidades de la “educación” pues ellos como dueños de la “finca” deciden que políticos administrarán durante cuatro años el ministerio, aunque no sepan NPI de lo que verdaderamente es la materia educativa en su estricto sentido de la palabra. ACLARACIÓN: NPI=ni peregrina idea.