Autoridades investigan procedencia de una de las pinturas encontradas ayer en los allanamientos realizados por los robos en Carretera El Salvador. Foto: La Hora / @ProcesionesGuat (Twitter).

 

Sumamente extraña resulta la localización de valiosas obras de arte antiguas, que habían sido robadas hace más de ocho años en la Iglesia El Calvario, de Antigua Guatemala, dentro de las pesquisas realizadas para dar con los integrantes de la banda de El Barranco que es buscada por la sucesión de asaltos en zonas residenciales en los últimos meses. En dichos robos actuaron de manera violenta y se tiene certeza de un asesinato, así como de varias violaciones cometidas por quienes, desde barrancos aledaños, penetran en residencias de varias zonas o colonias de la capital.

Y decimos que es extraño el hallazgo porque podría implicar que los ladrones tienen años de estar dedicados a ese tipo de fechorías, pero, además, que no son muy hábiles para vender el producto de sus robos porque no pudieron ganar mucho teniendo refundidas costosas pinturas religiosas de la época colonial.
Por ello queda abierta otra posibilidad, resultando probable que en alguna de las casas recientemente asaltadas los dueños tuvieran dichas obras de arte, situación que daría sustento a la tesis de que hay personas muy acomodadas que compran o encargan reliquias que son parte del patrimonio cultural del país para hacerlas parte de su patrimonio personal.

Lamentablemente el operativo no dio los resultados que se esperaban porque antes trascendió que la PNC realizaba una investigación sobre esos delitos, pero que, por alguna misteriosa razón, el tribunal retrasó las órdenes de allanamiento y captura que habían sido solicitadas por los investigadores que habían logrado dar con suficientes detalles como para desmantelar la banda. Ello significó que los bandidos pudieran ponerse a resguardo y dejaran tiradas, aun en terrenos baldíos, esas importantes obras de arte sustraídas en su momento de una Iglesia antigüeña.

Con ello se diluye la posibilidad de averiguar quién realmente estaba en posesión de las antigüedades que habían desaparecido desde el 2014 y que fueron halladas en un terreno y en una vivienda abandonada durante los allanamientos que, al fin, fueron autorizados por la autoridad competente, con la característica especial de que al llegar las fuerzas del orden ya no estaban los sospechosos que pudieron escapar, quizá gracias a un conveniente soplo que se les dio oportunamente.

Volvemos a señalar el terrible daño que le hace al país y a la seguridad ciudadana esa tendencia tan obvia y burda a generalizar la impunidad de cualquier clase de criminales, ya no solo los corruptos y ladrones, sino hasta quienes además de hacerse con propiedad ajena no vacilan en violar mujeres y asesinar a quien se les ponga enfrente.

Redacción La Hora

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