Víctor Hugo Godoy

…”Desde hace algunos meses, en discusión de alto nivel en el gobierno, se mantuvo la tesis de no otorgar el permiso para su funcionamiento como Comité pro partido político, desde el Presidente hasta casi todo el organismo ejecutivo (como es natural). La argumentación sostenida por mi sobre la base que era conveniente dar permiso por una serie de razones, que someramente le expongo, se aceptó y con la desaparición de los dirigentes del Partido Guatemalteco del Trabajo (Partido comunista de Guatemala), yo fui de los que forcé que se diera el permiso. Las ideas eran primero: ver el grado de fuerza que podría tener Manuel Colom Argueta. Segundo: fomentar división entre la izquierda ya que su afiliación la tendría que obtener de los partidos de izquierda, quitándole gente a la democracia cristiana y Partido Revolucionario. Tercero: conocer quiénes eran los elementos públicamente. Cuarto: hacerlos gastar dinero y esfuerzos, y Quinto: teniendo siempre la posibilidad de que al llenar el cupo de cincuenta mil afiliados en los seis meses, el Registro Electoral en la depuración del cotejo, podría pararlo y ahí obstaculizarlo definitivamente. Estas razones y una exposición completa que hice, provocó que prevaleciera mi opinión ante la atención que puso el Presidente Arana a quien noto con mucho más, pero mucho más sentido de sensibilidad política que otrora…”

Lo importante de poder trasladar a ustedes este panorama en los dos primeros artículos es porque los obstáculos y situación descritos fueron la causa de que algunos grupos buscaran el poder del Estado por medios violentos (la insurgencia armada), así como, poder hacer una valoración sobre los intentos de modificar esta situación a través de la reforma política que inicia en 1982 y se concreta en la elección de una Asamblea Nacional Constituyente en 1984 y la elección de Vinicio Cerezo en 1985 y, como esta apertura democrática involuciona y de qué manera, a partir del intento de Golpe de Estado de Jorge Serrano.

Se puede afirmar que la reforma política permitió un gobierno demócrata cristiano independiente del “poder económico”, aunque no tanto del “poder militar”; y de igual manera un Serrano Elías, que aunque conservador, cambió los mandos del Ejército sin consultarles y por su participación anterior en la Comisión Nacional de Reconciliación, inició las pláticas directas con la guerrilla sin pedir permiso al poder económico, ni a los militares, ni a los Estados Unidos. ¿Cuáles fueron las reglas y las condiciones que permitieron estos desafíos? Veremos las principales en la próxima entrega.

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