FECI anunció que los brasileños que declararon en el caso Odebrecht tendrán que presentarse el año entrante en los tribunales de Guatemala porque, a juicio de Consuelo Porras y Curruchiche, el procedimiento inicial estaba viciado. Foto La Hora.

 

Ayer la nueva FECI, que debiera cambiar su nombre porque ya no está contra la impunidad, anunció que los brasileños que declararon en el caso Odebrecht tendrán que presentarse el año entrante en los tribunales de Guatemala porque, a juicio de Consuelo Porras y Curruchiche, el procedimiento inicial estaba viciado, según una serie de enredados argumentos. Es difícil, sin embargo, que esos ejecutivos de la corrupta empresa brasileña acudan al llamado de la justicia de Guatemala si ya se les eliminó el beneficio de la colaboración eficaz.

Sin embargo, hay que entender que es una jugada maestra que pretende matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, se inicia otro proceso en contra de Juan Francisco Sandoval (enemigo número uno del Ministerio Público) y de quienes trabajaron con él en la Fiscalía cuando todavía era Contra la Impunidad y, además, se elimina la declaración que implicó a los funcionarios guatemaltecos señalados en el caso Odebrecht porque, anulada esa declaración inicial, los que soltaron la sopa no volverán a hablar del tema y, ahora sí, todo quedará simplemente como un Papelito Shuco.

El objetivo esencial de todo este complejo entramado es evitar que quienes pudieron recibir sobornos de la empresa brasileña tengan que ir a juicio por ese crimen y dejarlos tranquilos porque el mismo Ministerio Público se encargó de eliminar la declaración inicial de quienes relataron cómo fue que se hicieron de contratos en Guatemala. No olvidemos que aparte de Alejandro Sinibaldi también hubo señalamientos contra diputados que vendieron su voto para aprobar aceleradamente la disponibilidad de fondos para garantizar ese proyecto que nunca llegó a ser ejecutado y en el que se gastó un platal.

Cualquier funcionario de Odebrecht que haya dado colaboración para relatar cómo se fraguó el negocio sabe que sin que sea colaboración eficaz, esa declaración los tiene que llevar a la cárcel y su obligación de venir a declarar, impuesta por el juzgado a propuesta del Ministerio Público, implicaría que sean ligados al proceso.

Por ello es que no habrá quién suelte la sopa como se hizo antes y con ello la Fiscalía Especial Pro Impunidad garantiza que no haya nada más que la declaración sobre el Papelito Shuco como elemento para armar uno de los más complejos y amplios procesos por el tema de la corrupción. Odebrecht es una empresa que corrompió a muchos en multitud de países y en ninguno ha sido fácil el expediente legal porque si algo sabían hacer esos brasileños, era encubrir la corrupción que generalizaron en tantos lugares.

Redacción La Hora

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