Berlín
Agencia dpa
La nueva temporada de la Bundesliga comenzará el viernes con todas las miradas puestas en el Bayern Múnich, al que todos ven de nuevo campeón, y en su técnico, el español Josep Guardiola, que sueña con alzarse con la Liga de Campeones en el que podría ser su último año en la capital bávara.
Desde que llegó al Bayern en 2013 con un contrato de tres años, Guardiola se marcó dos objetivos claros: primero, renovar la plantilla del club alemán hasta lograr el «súper Bayern» y, segundo, ganar la Champions y a poder ser, en un triplete.
Las últimas estrellas incorporadas a la galaxia bávara, el chileno Arturo Vidal y el brasileño Douglas Costa, se engloban dentro de estos objetivos.
«Gracias a la adquisición de Arturo Vidal y Douglas Costa, el Bayern se ha vuelto incluso más flexible. Josep Guardiola dispone de unos jugadores con una calidad inaudita», comentó el seleccionador alemán, Joachim Löw, en una entrevista con la Federación Alemana de Fútbol (DFB) publicada hoy.
Guardiola quiere alcanzar por fin una final de la Champions con el Bayern después de que cayera en las semifinales de 2014 con el Real Madrid y en las de 2015 con el Barcelona. «Vamos a volver a intentarlo en el futuro», anunció después de perder contra su ex equipo.
Los inicios de Guardiola en Baviera no fueron fáciles. El primer año tuvo que luchar por liberarse de la pesada sombra de Jupp Heynckes, que le dejó un equipo campeón de Liga, Copa y Liga de Campeones. Y en el segundo se vio obligado a hacer frente a una plaga de lesionados que dejó al equipo sin sus principales estrellas en la fase decisiva.
Junto con la máxima competición europea, el Bayern espera ingresar en los anales de la historia como el primer equipo de fútbol alemán que coseche cuatro títulos de Liga consecutivos.
«No es fácil, pero es una buena meta para nosotros y algo que mis jugadores pueden conseguir por primera vez», declaró el catalán.
El Bayern no comenzó con buen pie la temporada al caer en la Supercopa alemana ante el Wolfsburgo, en el que fue el tercer intento infructuoso de Guardiola de hacerse con este esquivo trofeo y quizás el último.
Esa derrota llevó al diario alemán «Bild» a asegurar que los jugadores alemanes no entienden al técnico. Mientras, los ex futbolistas Lothar Matthäus y Stefan Effenberg, leyendas del Bayern, señalaron que el mejor técnico del mundo es el portugués José Mourinho.
Guardiola contestó a las críticas asegurando que no está en el Bayern «para ser el mejor del mundo», sino para dar «lo mejor» de sí mismo al equipo. «Si ganamos, somos buenos, pero si no, hay teatro y los jugadores no me entienden. Todo depende de los resultados», indicó.
Junto las críticas, los rumores sobre una posible salida de Guardiola al final de temporada llevan semanas acaparando la atención. «Aún no me he decidido», reconoció a finales de julio.
Sin embargo, lo que más desconcertó fue cuando aseguró no estar «del todo convencido» de ser el entrenador «correcto para este club». Ello hizo sonar las alarmas de una posible salida del técnico.
Guardiola negó en todo momento haber recibido oferta alguna, a pesar de los rumores que hablaban de una megaoferta del Manchester City por 100 millones de euros (110 millones de dólares). Ese rumor quedó descartado con la renovación del contrato del técnico chileno Manuel Pellegrini hasta 2017.