No es primera vez que la FIFA se ve envuelta en escándalos de corrupción y aún representantes de países pequeños, como Guatemala, han recibido las correspondientes coimas que se reparten sin contemplaciones. Foto: La Hora/AP

Estamos a las puertas del que posiblemente sea el más esperado espectáculo deportivo alrededor del mundo, la Copa Mundial de Fútbol que se disputará en esta inusual época del año porque el verano es insoportable en el país organizador, Qatar, que obtuvo la designación pese a ello, y sin tener tradición futbolera, pero con dinero para comprar a la FIFA. Hay certeza de que el favorito para organizar esta Copa del Mundo, Estados Unidos, quedó fuera por los sobornos que salpicaron no solo a Joseph Blater sino a toda la pandilla que, junto a él, dirigía la Federación Internacional.

Poco les importó que otros financistas de la Federación, fabricantes de cervezas y bebidas alcohólicas, no puedan vender su producto en Qatar por decisión de las “puritanas” autoridades que tampoco aceptan a las mujeres ni, mucho menos, la diversidad sexual. Las principales ligas del mundo tuvieron que suspender sus competencias antes de llegar a la mitad de los campeonatos para acomodar sus torneos, de manera que las más grandes figuras, seleccionadas por sus países, puedan participar en la que tradicionalmente ha sido una verdadera fiesta deportiva.

Tristemente, la corrupción no es problema de unos cuantos países, sino que es un mal que se ha ido extendiendo y generalizando a lo largo y ancho del mundo, cada vez con menos recato porque la desvergüenza va de la mano con la ambición y aquellas antiguas apariencias que muchos se cuidaban de guardar, ahora salen sobrando ante ese poderoso caballero que es don dinero.

No es primera vez que la FIFA se ve envuelta en escándalos de corrupción y aún representantes de países pequeños, como Guatemala, han recibido las correspondientes coimas que se reparten sin contemplaciones. En el caso de Qatar, aparte del tema del clima y la inusual fecha, lo que más se ha criticado es el irrespeto a derechos humanos elementales que resultan burdos y odiosos a muchos ciudadanos del mundo.

La fiesta deportiva, empero, se anticipa interesante y a pesar de la podredumbre de la FIFA, la afición se apresta para seguir cada uno de los partidos a partir del próximo domingo, embelesada por el papel que puedan desempeñar sus equipos favoritos y las grandes estrellas que se dan cita en el evento. Se trata de la actividad deportiva que más gente ve a través de la televisión en todo el mundo, lo cual es otro gran negocio de la misma FIFA, y las próximas semanas todo girará alrededor de la Copa del Mundo, de las selecciones, las jugadas y el papel de las grandes estrellas.

Redacción La Hora

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