BOGOTA, Colombia
AP
La caída de dos aeronaves militares, que dejaron 27 muertos, ha generado una fuerte polémica entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la oposición sobre las causas de los supuestos accidentes.
Mientras el gobierno insiste en que se trató de dos siniestros, la oposición liderada por el expresidente Álvaro Uribe (2002-2006) insinuó que las aeronaves fueron derribadas. Para ello se basa en una grabación, cuya procedencia se desconoce, en la que un oficial se comunica con sus superiores y explica que el helicóptero Black Hawk que se precipitó el martes había sido alcanzado desde tierra por un proyectil lanzado desde una bazuca casera.
El helicóptero se estrelló contra una ladera en una región selvática junto al Golfo de Urabá, de difícil acceso, y 16 policías murieron y dos resultaron gravemente heridos.
El general Rodolfo Palomino, director general de la Policía Nacional, sostuvo que no se trata de un audio oficial ni una comunicación realizada a través de la emisora de la policía y que el agente que habla no estaba en el lugar donde se estrelló el helicóptero sino cargando combustible a otra de las cinco aeronaves que formaban parte de la misión de captura de los líderes de la clan Úsuga, el cártel más poderoso del país, contra quienes se había puesto en marcha el operativo.
La noche del martes Santos y su ministro de Defensa Luis Carlos Villegas sostuvieron que el accidente fue culpa de la alta nubosidad en la zona. Sin embargo, horas más tarde Palomino no descartó ninguna hipótesis. «Sólo digo que había una leve condición meteorológica adversa pero no digo que fue la causa del accidente ni la única. No puede descartarse ninguna hipótesis», manifestó a medios locales.
Por su parte, Uribe insinuó en su cuenta de Twitter, sin aportar pruebas, que el helicóptero fue derribado. «Escucho un audio, al parecer de Fuerzas Armadas, que habla de que el helicóptero fue impactado por tatucos (bazucas caseras). Allí delinquen FARC y Bacrim (bandas criminales)», escribió.
El senador de su partido, Centro Democrático, Alfredo Rangel dijo a The Associated Press que «hay versiones de indígenas de alguna comunidad cercana que también están señalando y afirmando que el helicóptero fue impactado. Eso es lo que nos hace pensar que las hipótesis que está barajando el gobierno no tienen ningún fundamento y fueron totalmente apresuradas».
Santos respondió las especulaciones pidiendo «responsabilidad» y descartando la participación algún grupo ilegal.
El experto en seguridad y ex piloto del ejército John Marulanda cuestionó el origen de la grabación. «Por lo que se escucha en el audio está junto a un helicóptero que está parqueado, entonces ¿cómo pudo saber lo que ocurrió? ¿Estaba en la jungla y alguien lo esperaba para preguntarle lo sucedido? ¿Quién grabó a este hombre?», explicó a AP.
Según Marulanda es poco creíble que un proyectil casero hubiera impactado al Black Hawk «porque tienen que tener una muy buena precisión y los tatucos son totalmente impredecibles, más aún con un blanco en movimiento y segundo porque es casi imposible lanzar un tatuco en medio de la espesura de la selva».
El viernes un avión de la Fuerza Aérea se precipitó a tierra y sus 11 ocupantes perdieron la vida. En esa ocasión el ministro de Defensa atribuyó la caída a un accidente por el hielo que se formó en uno de los motores del aparato.
La región de Urabá, donde cayó el helicóptero el martes, está controlada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que negocian un acuerdo de paz con el gobierno. Uribe y sus senadores son muy críticos de los diálogos que se llevan adelante en Cuba.