Danilo Santos

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Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

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Danilo Santos

Para saber cómo se comporta la movilidad social en Guatemala, especialmente en el norte del país, es necesario observar la “…ocupación como factor determinante del nivel de bienestar de las personas”.  Es decir, a qué se dedican las personas para generar ingresos, a través de la venta de su mano de obra como jornaleros, como técnicos profesionales en servicios, obreros de las empresas en la región, cuadros técnicos administrativos, de gerencia y/o dueños de empresas (pequeñas, medianas o grandes).  Es a partir de lo anterior que se pueden graficar las clases sociales.

Guillermo Díaz, en su investigación “Estratificación y movilidad social en Guatemala, 2011”, nos dice que “Para conocer la magnitud de este fenómeno, se realizan estimaciones sobre movilidad educativa y ocupacional, así como sobre sus diferencias en función de sexo, edad y grupo étnico”. Y uno de sus resultados indica que, “…Guatemala tiene una estructura social muy jerárquica, con una reducida élite social y una clase media incipiente, ambas de carácter urbano, así como baja movilidad educativa y ocupacional.  La movilidad educativa es mayor en hombres que en mujeres, así como en el grupo étnico no indígena que en el indígena”.

Según Díaz, la clase dominante reside en su mayoría en el departamento de Guatemala, y acá salta a la vista que la región donde menos presencia existe dicha clase es, el norte del país, Izabal incluido.  La clase media también radica en su mayoría en la región central, respondiendo esto a lo centralizado del país en cuanto a poder económico y político. Inversamente proporcional, la clase trabajadora tiene menor presencia social en el departamento de Guatemala, no así la clase de trabajadores calificados. Y, la “fracción de clase de trabajadores no calificados tiene su mayor presencia en la región norte, (incluido Izabal) que se caracteriza por población viviendo en condiciones de pobreza.

A la luz de todo lo anterior, la pobreza es alimentada por las barreras que impiden la movilidad social, educativa, especialmente en el norte del país.  Los números de población que logran acceder a educación superior o técnica, se mueven lentamente, mientras que los números de población sin formación se mantienen de manera sólida.  Esto, a la larga se vuelve en causalidad de pobreza y migración, de mano de obra barata, crecimiento macroeconómico pero una redistribución de riqueza que solo ahonda las diferencias y perpetúa un sistema que no permite el progreso, pero que maquilla con desarrollo la infamia de ser el primer país de Latinoamérica en cuanto a personas que viven bajo la línea de pobreza.

¿Cuál es la propuesta?  Transformar la actual pirámide sostenida en su base por una gran masa de trabajadores no calificados, esto significa mayor educación y cambio de modelo de desarrollo del país, toda vez se siga demandando mano de obra barata, la pirámide no cambiará, pocos en la cima, muy pocos, y los demás en la parte media y baja.  Si cambiamos de modelo, la pirámide podrá volverse un rombo, donde la clase media es mucho más amplia y los trabajadores no calificados son menos. Esto, atacaría de raíz la pobreza y la exclusión de oportunidades para la población.  Es vergonzoso que las remesas alcancen los números que han alcanzado en el país y, que lo que más exportemos sea productos de maquila: he ahí una fotografía del sistema.

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