CARACAS, Venezuela
AP

Las recientes críticas que se han dado desde el gobierno venezolano contra la OEA y su secretario general presagian que volverán los tiempos de tensiones entre ambos, los cuales podrían poner en duda la participación de la organización hemisférica como observadora en las elecciones parlamentarias de diciembre.

La oposición venezolana rechazó ayer los cuestionamientos contra la Organización de los Estados Americanos y el anuncio que realizó el presidente Nicolás Maduro de que Venezuela no será «monitoreada por nadie» en las elecciones parlamentarias de diciembre.

Maduro ha realizado en los últimos días algunos duros cuestionamientos hacia la OEA, a la que llamó un «traste viejo» y una «guarida de conspiración» contra los gobiernos progresistas, y abogó por la eliminación del organismo, propuesta que Caracas ha respaldado desde hace tiempo al promover la creación de la Celac y Unasur. Durante los últimos años Venezuela ha mantenido duras posturas contra la OEA y el ex secretario general de la organización, el chileno José Miguel Insulza.

A las críticas de Maduro se sumó la víspera el ministro de las Comunas y excanciller venezolano, Elías Jaua, que acusó al secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, de tener una postura «antivenezolana».

Los cuestionamientos de las autoridades venezolanas coincidieron con el encuentro que tuvo a principios de la semana el líder opositor y gobernador del estado central de Miranda, Henrique Capriles, con Almagro en Washington.

Hasta el momento el secretario general de la OEA no ha emitido comentarios en relación a las críticas de las autoridades venezolanas, ni sobre la reunión que tuvo con Capriles y que detonó las fricciones con Caracas.

El embajador de Perú en la OEA, Juan Jiménez, salió ayer en defensa de la organización durante una plenaria, y dijo, en alusión a las críticas que han surgido desde Venezuela, que «estamos tratando de levantar esta organización, apoyarlo a usted secretario general, pero queremos también un ambiente democrático, de tolerancia, de diálogo».

Capriles consideró como «inaceptable» y «sospechosa» la declaración de Maduro sobre la observación internacional en los comicios parlamentarios, y señaló, durante un acto en el estado Miranda, que «sí el mundo quiere ver el proceso electoral el gobierno tiene la obligación de darlo a conocer a todos».

El politólogo venezolano Carlos Romero afirmó que era previsible que pudieran surgir fricciones entre el gobierno de Maduro y Almagro debido a que éste «tiene un criterio más imparcial sobre la situación venezolana» que el que tuvo su antecesor en el cargo.

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