Al norte de Petén, Guatemala y al sur de Campeche, México, dentro de la última selva tropical de la región, una inmensidad de vegetación rodea la cuenca Mirador-Calakmul, así como otros cientos de sitios arqueológicos de la civilización maya, descubiertos por los estudios de la Fundación para la Investigación Antropológica y Estudios Ambientales (FARES) como parte de El Proyecto Cuenca Mirador.
Casi 2000 años antes de Cristo, sobre tierras guatemaltecas las comunidades nativas desarrollaron sistemas hidráulicos, de siembra y numeración, al mismo tiempo que estudiaban la estructura y composición de los astros para comprender el mundo que los rodeaba y expresaban su espiritualidad con rituales ceremoniales.
Más de 500 años después, los descubrimientos científicos de la época aportaron para crear tecnologías de punta que lograron dimensionar el alcance de la cultura mesoamericana y sus valiosos aportes históricos, conocidos a través de los trabajos multidisciplinarios de arqueología, geología, geomorfología, hidrología y las disciplinas biológicas de la flora y la fauna que realiza el programa de El Proyecto Cuenca Mirador.
UN PROYECTO PARA SALVAR EL ÁREA
Así como hace miles de años los nativos de las tierras chapinas se unieron para desarrollar ciudades y culturas, ahora es vital que quienes albergamos este espacio en estos tiempos unamos fuerzas para preservar y mantener el legado de la cuenca Mirador-Calakmul.
Recientes estudios de Light Detection And Ranging (LiDAR) de casi la totalidad de la cuenca han confirmado que el impacto de la tala de árboles en el área tendrá un efecto devastador, problemática que se agrava con las actuales tendencias peligrosas como la caza furtiva, saqueo de artefactos arqueológicos, quemas a gran escala y la creciente presencia del narcotráfico.
Por esa razón, FARES y su equipo de científicos liderados por el reconocido arqueólogo Richard Hansen, crearon la iniciativa de El Proyecto Cuenca Mirador, que, además de realizar investigaciones arqueológicas, se dedican a unificar esfuerzos con otros sectores para brindar alivio económico a cientos de familias empobrecidas de las comunidades aledañas.
Uno de los objetivos de este programa, es la promoción de alternativas económicas más sostenibles, para mitigar la migración irregular a los Estados Unidos y neutralizar la amenaza del crimen organizado responsable de la deforestación masiva, de esa forma, las comunidades pueden prosperar en sus tierras de origen como en su momento lo hizo la civilización maya.
UNA INICIATIVA QUE NECESITA EL APOYO DE LA POBLACIÓN
Sin embargo, darle a la cuenca Mirador-Calakmul el lugar que le corresponde en la historia, no ha sido una tarea fácil, pues al ser una organización sin fines de lucro, FARES depende en gran medida de las donaciones, la recaudación de fondos y el trabajo voluntario para mantener a flote el proyecto y poder descubrir esas ciudades mayas que aún se esconden entre los gigantescos árboles de Petén.
Hansen ha comentado que la operación arqueológica es costosa y requiere de muchos recursos, pues solo la estructura metálica que protege los frisos del místico Popol Vuh supera los US$400 mil.
Además, para trazar las metas de la iniciativa, se requiere de un equipo multidisciplinario, gracias a que la organización ha incluido a guatemaltecos locales para generar empleo y un desarrollo integral en la región, hoy en día cuenta colaboradores desde arqueólogos, excavadores, arrieros y guías hasta cocineras, guardias y médicos.
Lo anterior, también se debe a que, dentro de El Proyecto Cuenca Mirador puede dedicarse también al desarrollo de las comunidades relacionadas. Al brindar empleo, educación, sistemas de agua, tecnologías informáticas, servicios de salud y capacitación vocacional.
TECNOLOGÍA SATELITAL PARA LAS EXPEDICIONES
Cuando pensamos en una expedición arqueológica, creemos que herramientas como el paletín, las brochas y los punzones es lo único que se necesita, pero en realidad comprender los orígenes, la dinámica y la desaparición de la civilización maya requiere de exhaustivos trabajos de campo acompañados de tecnología y por ende, de los recursos financieros para llevarlo a cabo.
¿CÓMO SE EXPLORÓ “EL MIRADOR”?
La tecnología de Sensores Remotos y Sistemas de Información Geográfica (SIG) fue primordial para registrar y dirigir las exploraciones del sitio El Mirador-Calakmul; además, se utilizaron datos de varias instituciones locales como IGN, CEMEC, e imágenes de satélite de compañías como SPOT, Aster y LandSat.
Para el levantamiento del sitio, se utilizó un método de radiación y medida realizado con instrumentos de medición como estación total, GPS, tránsito-brújula, distanciómetro y clinómetro; además de imágenes vía satélite. Mientras que los datos del levantamiento fueron procesados en los softwares: Base Camp, Google Earth Pro, ArcGIS, Autodesk Land Desktop, ERDAS, entre otros.
LA VIDA DE LOS MAYAS DE “EL MIRADOR”
Entre los rasgos más impresionantes identificados durante la expedición, fue el suburbio Sacalero, uno de los más importantes de El Mirador durante el período Preclásico Medio.
El patrón de asentamiento sugiere que los antiguos mayas desarrollaron desde actividades agrícolas y de subsistencia hasta actividades políticas y administrativas que controlaron el acceso de los bienes y recursos de los sitios ubicados en el norte.
EL MIRADOR: UN DIAMANTE EN BRUTO
Para continuar comprendiendo los orígenes de esta antigua ciudad de maya, sus primeros pobladores y de igual forma, preservar los ecosistemas megadiversos en flora y fauna, es vital que El Proyecto Cuenca Mirador pueda mantener sus estudios científicos y su apoyo a las comunidades cercanas.
El Mirador-Calakmul aún es un diamante en bruto que, además de poder expandir nuestros conocimientos, tiene el potencial de incentivar el ecoturismo en Guatemala. Esto refuerza el anhelo de declararlo como un Santuario Natural y Cultural por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
UNA GENERACIÓN QUE LUCHA POR LA HISTORIA
A pesar de las adversidades que rodean el área, esta generación guatemalteca puede marcar la diferencia, así como lo hizo la civilización maya en su momento, al garantizar la conservación de un legado millonario en cultura y naturaleza.
Respaldando El Proyecto Cuenca Mirador, los chapines pueden reforzar con valentía su compromiso con la última selva tropical de la región, el actual hogar de miles de especies de animales y vegetación.
A través de una participación directa podremos garantizar con eficiencia y transparencia el futuro del Corazón del Mundo Maya,
¿Contamos con tu apoyo?
Aquellos que deseen aportar a la permanencia y desarrollo de la cuenca Mirador-Calakmul y sus comunidades aledañas, deben acceder al sitio web: miradorbasin.com