Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
Muchos guatemaltecos atraviesan un momento especial. Saben que las cosas pueden y deben ser mejores en muchos aspectos, pero no desean enojar al presidente Alejandro Giammattei y su Jefe de Jefes.
La gente los ha ido conociendo y saben que las decisiones, por muy pensadas que sean, se toman con el hígado en medio de enojos y de situaciones ajenas a un estadista que está velando por el bien de su país y por el bienestar de su gente.
Pero aprovechando esa realidad, la relación que hoy se manifiesta en esa famosa actividad que organizó Citi para el Gobierno de Guatemala, ojalá existan voces sensatas que planteen la necesidad de ajustes, reformas y cambios necesarios para iniciar una ruta sostenida que despierte interés genuino en los inversionistas.
En un país como el nuestro, hay tanto por hacer y necesitamos de los mejores, de la gente más capaz y honrada para echar a andar todo lo que se nos demanda si deseamos dar saltos cualitativos como sociedad. Necesitamos tener la capacidad de saber que quien cumple con lo que manda la ley no encontrará tropiezos en su inversión porque a alguien se le ocurre que si no “se ponen firmes” no hay tales.
Siempre he dicho que no se trata de pelear con el Gobierno de turno, si no de sentar las bases claras y mandar los mensajes correctos y en ese sentido muchos tienen la oportunidad de plantear al Gobierno la necesidad de que ciertas cosas se hagan de manera diferente, pensando ampliamente en el país y no solo en el plan de VAMOS de repetir en el poder y que el señor Martínez se acumule más poder y fortuna.
Nuestras autoridades no quieren voces disonantes en nada, pero construir así mejores rutas para un país como Guatemala es casi imposible y por lo tanto es necesario que haya quienes tengan la sensatez para plantear el Gobierno que la ruta que han emprendido no es sostenible.
Giammattei, Martínez y Cía. plantean que ellos tienen las llaves de las inversiones en Guatemala, pero no explican que es porque controlan todas las instituciones y eso hace que no haya sostenibilidad. Todos los empresarios que participarán en los eventos del y para el Gobierno saben que, si no hay procesos y reglas claras, quedamos supeditados a las voluntades de personas en particular y eso resulta insostenible en el tiempo.
Necesitamos poder agregar valor en el proceso, ratificarles a los inversionistas que una vez cumplan con lo necesario, Guatemala es un país que debería recibir las inversiones honradas con los brazos abiertos. Siguiendo esos pasos, es más fácil empoderar a la gente que debe enfrentar a los radicales de ambos lados que no quieren inversiones que trasciendan porque les resulta negocio que el país siga en complicadas situaciones.
Sé que no es fácil ser la voz disonante y menos cuando se conocen las reacciones de Giammattei y Martínez, pero ojalá algunos puedan hacer ver que las inversiones en el país son vitales pero que necesitamos mejores condiciones para hacerlas sostenibles, que nos agreguen valor y nos ayuden a generar oportunidades para rendir más y cerrar brechas.
