ATENAS
AP

El gobierno izquierdista de Grecia lanzó un esfuerzo frenético de 24 horas ayer para sacar adelante más medidas de austeridad en el Parlamento y cumplir las exigencias de los acreedores europeos mientras enfrenta creciente oposición en el país.

Las medidas de austeridad, que incluyen recortes a las pensiones y mayores impuestos a todo, desde los condones hasta las carreras de caballos, fueron pactadas con líderes de la eurozona para evitar que la economía griega se viniera abajo y pudiera recibir un tercer rescate por 85 mil millones de euros (93 millones de dólares).

Esto significa que los griegos, de por sí castigados por la recesión, tendrán que pagar más por todo lo que compren a partir del fin de semana.

Los políticos de línea dura en el Partido Syriza del primer ministro Alexis Tsipras están en una rebelión abierta, y los sindicatos y asociaciones comerciales que representan a empleados del gobierno, dueños de farmacias y otros han exhortado a irse a la huelga o las han extendido para que coincidan con una votación del miércoles en el Parlamento.

Panagiotis Lafazanis, ministro de Energía y uno de los miembros de línea dura en Syriza, dijo que Alemania, el principal acreedor de la eurozona, y sus aliados actúan como «asesinos financieros» al obligar a Atenas a aceptar el acuerdo, y exigió al primer ministro que lo rechace.

«El acuerdo es inaceptable», afirmó Lafazanis en un comunicado. «Es posible que el Parlamento lo apruebe, pero el pueblo nunca lo aceptará y estará unido contra él».

En una entrevista en la televisión estatal, Tsipras dijo que no renunciará, a pesar de la evidente disidencia dentro de su propio gabinete y partido.

«No huiré de mis responsabilidades», manifestó.

Criticó también el acuerdo, pero dijo que fue lo mejor que Grecia pudo obtener.

«Las políticas que nos impusieron fueron irracionales», denunció Tsipras. «Enfrentamos una posición dura y punitiva de parte de nuestros socios», agregó, pero el acuerdo «ofrece una forma de salir de la crisis».

Partidos opositores simpatizantes de la Unión Europea han prometido respaldar las propuestas de ley del rescate, pero Tsipras podría perder su mayoría en el Parlamento, lo que debilitaría su capacidad de impulsar medidas a las que él se había opuesto vehementemente hasta hace unas semanas.

Indicó que la deuda griega alcanzaría en los próximos dos años el equivalente a 200% de la producción económica del país, luego de que anteriormente había dicho que la carga de la deuda alcanzaría su nivel máximo el año pasado en 177%.

Ahora el FMI dice que Grecia necesita más alivio de su deuda y 85.000 millones de euros en nuevo financiamiento (un incremento de un cálculo anterior de unos 60.000 millones de euros) hasta 2018.

El FMI indicó que «ahora la deuda de Grecia sólo puede hacerse sustentable a través de medidas de alivio deudor que van mucho más allá de lo que Europa ha estado dispuesta a considerar hasta ahora».

Grecia enfrenta el lunes un pago de deuda por 4.200 millones de euros (4.600 millones de dólares) al Banco Central Europeo. También está retrasada en el pago de 2 mil millones de euros al FMI.

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