Jóvenes por la Transparencia

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Aparicio López de León
apariciolopezde@gmail.com
fcccmarcodeaccion@gmail.com
Estudiante de Derecho, landivariano, ex becario del departamento de estado en políticas públicas y gobernanza.
IG / TW @apariciolopezde

A pocos meses para el inicio del proceso electoral 2023, comenzamos a sentir la tensión en el aire, reaparecen caras conocidas, con videos o post tratando de llamar nuestra atención. En Guatemala, los políticos son como el conejo en el sombrero del mago: aparecen cada cuatro años y desaparecen los otros tres.

Ahora más que nunca, los políticos no pueden negar el papel que tienen las redes sociales en los procesos electorales. Hasta 2015, las redes sociales no habían sido un factor decisivo o un factor importante para muchos de los políticos guatemaltecos; para muchos eran un elemento útil en la ciudad, pero no influyente en el resto del país. En las elecciones de 2019, algunos políticos se adentraron al mundo digital un poco más. Para todos era importante, pero pocos tenían las herramientas y los conocimientos necesarios para explotarlo.

En 2019, entra en la mesa un jugador que cambia las reglas del juego, o, más bien, demuestra el poder que tienen las redes sociales cuando se las toma en serio, con estrategia e inversión. Hablamos de Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, que se volvió un referente de la comunicación política digital efectiva. Bukele aprovecha al máximo las redes sociales, las conoce, entiende su papel en la democracia y en la política; conoce las reglas de juego, se siente cómodo jugando y sabe controlar su narrativa.

Próximos a las elecciones 2023, vemos muchos políticos intentando adentrarse en el mundo de las redes sociales, utilizando podcasts, contenidos en TikTok, y cualquier medio por el que puedan tener alcance. La realidad es que para algunos este adentramiento intenso a las redes se ve muy forzado, Sin embargo, para otros nuevos referentes las redes son su cancha de juego, se sienten cómodos, agarran como propia la narrativa más que de un político con redes, la de un influencer que quiere ser político.

Este es un reto, primero, porque la gente en nuestro país necesita ubicar a las personas en un área específica: “Antonio el abogado, Ana la doctora, Omar el ingeniero”. Pero qué pasa con estos nuevos políticos que pretenden ser influencers, modelos, pilotos, policías y cuantas cosas más. Claro, la política exige conocer muchas áreas para hacer un buen trabajo, pero el problema de identidad de muchos políticos guatemaltecos hace difícil que la población los tome en serio para cuestiones importantes. Será un reto para ellos dar el salto de influencers a políticos.

Su calidad de influencers hace que tengan un alcance importante en redes. En especial, redes como TikTok, que son la principal red social utilizada por muchos jóvenes. También es importante señalar que son los mismos jóvenes los que tienen los menores índices de empadronamiento por grupo etario. Los estrategas de redes primero identifican su público objetivo y después deciden a qué red social deben redirigir todos sus esfuerzos, ¿Será vinculante en las próximas elecciones los seguidores que tiene cada candidato en redes como TikTok?

Hace unas semanas, Emerson Salguero decía en una entrevista para Guatevisión una frase que me quedó todo el día en la mente: “Un like, no es un voto” Y, es que, por supuesto, la misma calidad de influencer que gozan estos políticos puede hasta cierto punto confundirlos. Así que cuidado con construir sobre la arena, porque como bien sabemos no funciona. Deben comparar su engagement en redes con su capacidad de convocatoria real. Además, hacer que la gente te dé un like es muy fácil. El reto es hacer que las personas participen y voten.

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