Un aumento generalizado y sostenido en el precio de los bienes y servicios, la pérdida de poder adquisitivo de la moneda, la caída del poder de compra de los consumidores o el aumento del costo de los insumos son las causas principales que llevan a algunas empresas a reducir el tamaño de sus productos para no elevar tanto los precios y así pase inadvertida la inflación por los clientes.
Este fenómeno en la economía se conoce como “reduflación”, y según expertos consultados por La Hora está tomando auge en mercado internacional y local, tanto en los bienes de consumo masivo, como en la industria inmobiliaria y automotriz.
De acuerdo con el diccionario de la Universidad de Oxford, la “reduflación” se define como la reducción del tamaño o peso de los productos de venta al por menor, especialmente de los alimentos envasados, sin la correspondiente reducción del precio de venta al público.
Ricardo Rodríguez, economista del Central American Business Intelligence (CABI), indica que la reduflación es el equivalente a subir el precio, pues este se mantiene, pero la cantidad se reduce.
“Hablemos de un alimento que se mide en gramos: antes costaba Q1 los 100 g. y ahora cuesta Q1 los 80 g.; al sacar el costo por gramo sale más caro. Intrínsecamente es un aumento de precios, mercadológicamente es una estrategia más adecuada para subir el precio de forma que no sea tan perceptible para el consumidor”, explicó el profesional.
Por su parte, el economista David Quan señala que esta medida no es común, ya que “deriva de una coyuntura específica como la actual, en la que se visualiza una inflación mayor a lo normal”.
¿REDUFLACIÓN EN GUATEMALA?
Según Héctor Yumas, experto en comercio internacional, la reduflación se puede percibir en la actualidad en Guatemala en productos como el aceite, pues su presentación se encuentra en botellas pequeñas y hasta bolsas; también con el shampoo y artículos de higiene, entre ellos el papel de baño.
“Otros productos básicos son el pan y las tortillas, pero en este caso la reduflación se dio a nivel de cuántos panes dan por Q1. Antes se compraba una fila a Q2 y hoy a Q3. Es el mismo concepto de reduflación, pero en otro formato, sigue la teoría de un producto con un precio aún accesible, pero están dando menos producto”, explicó.
También advierte que cuando la reduflación empieza a ser expansiva en la mayoría de productos, significa que “estamos a punto de que haya un proceso inflacionario severo en el país”.
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— Diario La Hora (@lahoragt) August 11, 2022
LA PERCEPCIÓN DE LA POBLACIÓN
La Hora Economía recopiló testimonios de guatemaltecos que han percibido la reduflación en los comercios que frecuentan.
Yolanda Tórtola cuenta que algunos negocios elaboran las tortillas más pequeñas al tamaño que era usual, pero cobran lo mismo o más. En su caso, dan tres unidades por Q1, contra las cuatro de antes.
Otro alimento esencial en la dieta diaria que ha sido afectado es el pan, según Ninoshka Secaida, aunque el tamaño no ha sido modificado drásticamente, en la zona donde reside venden dos unidades de pan francés o de manteca por Q1.
En su momento, el panadero de oficio Leobardo Antonio Madrid, comentó para este medio que, tras el aumento de las materias primas para elaborar el pan, adoptó la decisión de bajar el volumen de los productos, pero “la gente está renegando” tal medida.
Según Christian Morataya las bolsas de Tortrix no han subido de precio; sin embargo, “son mucho más pequeñas ahora”. Una percepción similar tiene la usuaria @jimenaaaam_.
Desde cuándo los tortrix se volvieron tan pequeños 😮
— Jimena. (@jimenaaam_) July 21, 2022
Otro ejemplo de esa medida se observó en los Doritos. La compañía que produce estas famosas chips, Frito-Lay, informó en marzo de este año que debido a las presiones de la pandemia y la inflación, retiraron cinco unidades de la bolsa para mantener el mismo precio.
De acuerdo con Víctor Matías, los pasteles de una cadena local antes eran más grandes y ahora más pequeños en cada presentación, pero además de reducir el volumen, los precios aumentaron hasta Q15 por pastel.
En EE. UU., país en donde la reducción silenciosa de productos es legal, el conglomerado PepsiCo reconoció el encogimiento de las botellas de Gatorade de 32 a 28 onzas.
En Guatemala, si la empresa etiqueta en el producto el nuevo volumen no se considera una práctica ilegal; sin embargo, si la cantidad etiquetada en el artículo no coincide con su volumen puede considerarse estafa publicitaria como lo establece el artículo 20 de la Ley de Protección al Consumidor y Usuario.
REDUFLACIÓN EN LA VIVIENDA Y LOS AUTOS
Si bien el concepto nació enfocado en productos de consumo masivo, con el tiempo ha extendido a otros segmentos de mercados, tomando auge en el país en el sector de bienes raíces.
De acuerdo con Yumas, a nivel local la reduflación también se refleja en apartamentos y casas cuyo tamaño se reduce considerablemente cada año, mientras el precio por metro cuadrado es mucho más caro.
“Hay apartamentos que están vendiendo en zona 9 de 40 metros cuadrados, cuando se compara con lo que costaban antes el precio se duplicó. Están construyendo un apartamento que en teoría es más accesible, pero en realidad su costo es mayor que el de una casa o un apartamento ordinario”, comentó.
Según su criterio, el mercado de bienes raíces guatemalteco está cerca de llegar a un punto crítico que origine una recesión económica para dicha industria, es decir que genere pérdidas monetarias, ya que aunque el producto habitación sea “más accesible”, muchas personas no tendrán la capacidad de comprarlo.
Además de las viviendas, se han empezado a fabricar vehículos con un tamaño más reducido, pero a diferencia de otros productos, el precio es incluso mayor al promedio.
“Por ejemplo, había una camioneta con un motor 1600 y cuatro cilindros a un precio alrededor de los Q60 mil, ahora vienen en presentación de tres cilindros con un motor 1200, pero con un precio de Q74 mil”, ilustró Yumas.
CON ORIGEN EN EL 2000
De acuerdo con Yumas, la reduflación nace en la primera década del 2000 como una respuesta a la inflación y a la pérdida del poder económico de la población.
Agregó que la industria estadounidense de bebidas carbonatadas y de jugos concentrados es una de las pioneras. Además, en aquella época se acostumbraba vender estos productos por galón, pero con la falta de poder adquisitivo muchas familias dejaron de comprarlos.
“Con el fin de que los consumidores continuarán adquiriendo dichos artículos, los productores americanos pensaron en la estrategia de producir el mismo producto, pero en presentaciones más pequeñas. Basado en eso, seguían llegando a su población objetivo”, describió.
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WEF: LOS CONSUMIDORES NO NOTAN CAMBIOS SUTILES
Este año el Foro Económico Mundial (WEF) publicó el artículo “Shrinkflation: cómo la inflación está reduciendo algunas de sus comidas favoritas”, en donde se detalla que las empresas encogen los productos debido a “que los consumidores son sensibles al precio, pero es posible que no noten cambios sutiles en el empaque ni lean detalles sobre el tamaño o el peso”.
El artículo del WEF detalla que las empresas generalmente quieren mantener contentos a sus clientes sin aumentos directos en el precio de un producto, al mismo tiempo que buscan mantener sus costos competitivos con las compañías que venden productos similares.
“No todos los cambios de tamaño nacen de la búsqueda de ganancias. Las nuevas regulaciones que limitan las calorías o la cantidad de azúcar en un producto pueden hacer que cambie el tamaño del producto”, señala el documento.
Por su parte, Edgar Dworsky, abogado de derechos del consumidor que ha documentado el fenómeno reduflación en su sitio web “Consumer World” durante décadas, indica que cuando esta táctica crece con popularidad durante periodos de escasez e inflación existen tres opciones básicas: subir el precio directamente, sacar un poco del producto o reformular el producto con ingredientes más baratos.