Marco Tulio Trejo

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Soy periodista, comunicador social y un soñador creador de opinión pública, para hacer conciencia que permita mejorar los problemas sociales, económicos y políticos que nos aquejan y nos mantienen inmersos en una sociedad con pocas oportunidades de vida para las nuevas generaciones. Estoy convencido de la importancia que tiene la prensa, en el fortalecimiento de la democracia, para coadyuvar a la consolidación de un Estado de Derecho con una certeza jurídica y el lema de mi señor padre siempre fue: “la pluma no se vende, ni se alquila”.

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Marco Trejo

Sentarse detrás de un volante es una gran responsabilidad y cada año ocurren más de ocho mil accidentes viales y mueren más de 2 mil personas, una cifra que va en aumento (8.2 por ciento anual), porque cada año aumenta el número de vehículos que circulan por las calles y avenidas del país.

El parque vehicular cuenta con más de 1.9 millones de motocicletas, es decir cerca del 44 por ciento. Le siguen los automóviles con 837 mil 446 unidades y los picops 680 mil 260; las camionetillas y paneles con 595 mil 435 unidades que hacen un total de más de 4 millones 400 mil de parque vehicular.

De acuerdo con las estadísticas que maneja el Observatorio Nacional de Seguridad del Tránsito, en 2021 se produjo un total de 2 mil 230 muertes ocasionadas con arma de fuego, ese número fue seguido por 2 mil 154 muertes ocasionadas por accidentes de tránsito, lo cual hace que los percances viales se hayan convertido en la segunda causa de muertes en el país.

Algo que debería de preocuparnos como sociedad y lamentablemente las autoridades viales, se comportan pasivas, ante tales números que nos afectan como sociedad y prefieren cobrar un cheque, sin hacer su trabajo y pasan a convertirse en corruptos activos.

El Acuerdo Gubernativo Número 273-98, en su capítulo X, habla de las advertencias de las maniobras del conductor, pero no es una acción vial que le permite hacer el viraje libremente, porque se me ocurrió o porque necesito pasar, se debe esperar la cortesía de los otros conductores que viajan en el mismo sentido.

Mientras tanto el artículo 168, de la Ley de Tránsito, nos da la obligación de advertir las maniobras que se hacen en carretera: “el conductor obligatoriamente advertirá al resto de los usuarios de la vía, de las maniobras que efectuará con su vehículo. La advertencia se hará utilizando la señalización luminosa del vehículo, el brazo o la bocina, con antelación suficiente y adecuada hasta que termine la maniobra. Finalmente, la advertencia se efectuará con antelación suficiente y adecuada hasta que terminen las maniobras”.

Pero el artículo 169, que habla del desplazamiento lateral, es el que me interesa describir y dice: “Todo movimiento de desplazamiento lateral, sea giro o viraje o cambio de sentido y cambio de carril, será advertido utilizando la luz direccional o pidevías correspondiente al lado hacia el cual se efectuará la maniobra y/o con el brazo en posición horizontal, con el antebrazo hacia abajo si va a ser hacia la izquierda o hacia arriba si va a ser hacia la derecha. La advertencia deberá concluir tan pronto como el vehículo haya adoptado su nueva trayectoria.

Pero en el caso de los guatemaltecos, la mayoría de los conductores tienen la cultura de que el pidevías es una señal luminosa, que les permite virar y esa es una de las causas de mayor prevalencia que ocasionan los accidentes, algo que debe cambiar, porque muchas personas valiosas pierden la vida por la falta de educación vial.

Las Policías Municipales de Tránsito (PMT), están “adiestradas” a poner multas, pero no a educar a los pobladores, esto también debe cambiar y los alcaldes deben pensar más en el bien común, que lograr una entrada de dinero para el presupuesto. Los servidores públicos no están para afectar, están para ayudar y lograr desarrollo.

Para reducir estos números negativos se requiere que los entes viales implementen la vigilancia del respeto y aplicación de la norma; que se aplique la ley de una manera integral y pareja, capacitar sobre la Ley de Tránsito y señales a quienes conducen vehículos livianos y de transporte colectivo y pesado. Pero sobre todo combatir la corrupción y evitar la extensión de licencias sin cumplir los pasos que enmarca la norma.

Mientras que nuestras autoridades sean nombradas a dedos y no llenen calidades y se verifiquen capacidades, no tendremos un cambio y los muertos seguirán en la cinta asfáltica.

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