Juan José Narciso Chúa

No se puede negar que el país tuvo un remezón a partir de aquél famoso 16 de abril, y su muestra más palpable fue la masiva manifestación del inolvidable 25 de abril. Las movilizaciones no se han detenido desde esa fecha y han cambiado sus formas, sus expresiones y sus horas, la última resultó emotiva, bajo las sombras de la noche, la luz de las antorchas y con expresiones similares a todas las anteriores. Todas estas movilizaciones han ocurrido en paralelo a movimientos organizativos buscando plasmar los cambios más importantes en la Ley Electoral y de Partidos Políticos.

Sin embargo, hasta hoy, todas han tenido motivaciones y propósitos diferentes. La del Congreso de la República y el Ejecutivo es la más oportunista y por ello menos creíble y seria. Los partidos políticos buscaban allanar el camino con cierta intención de traducir el malestar ciudadano, pero apremiando el tiempo para reducir la tensión, pero sin dejar de pensar en mantener la reelección de muchos de ellos y ellas. La comodidad de la curul y sus ventajas adicionales, son las motivaciones principales y “jugarle la vuelta al pueblo” es la cobertura.

La propuesta del Tribunal Supremo Electoral es seria, sin duda. El Supremo buscó incorporar diferentes propuestas provenientes de diferentes personas e instituciones, pero apremiado por su responsabilidad en la organización de las elecciones y de ahí su distancia con propuestas como la reprogramación de las elecciones y los listados con nombres para romper con los listados nacional y metropolitano.

La Plataforma propuesta por la Usac, posiblemente sea la más representativa por su carácter multisectorial y la que se tomó mucho más tiempo para la discusión, posiblemente es la que mejor traduce justamente las demandas de la población. El apremio de esta instancia ha sido las demandas del candidato que mayor prisa tiene por que se realicen las elecciones generales, para evitar no solo una reprogramación, sino además evitar ciertas propuestas que a su partido e integrantes no les convienen para nada.

El Congreso de la República, principalmente representado por los partidos mayoritarios no se ha quedado inmovilizado. Eligieron rápidamente al Magistrado Titular del Congreso ante la Corte de Constitucionalidad, reconociendo que ante la salida de Alejandro Maldonado Aguirre, la composición de dicha corte quedó en un balance positivo para el pueblo, pero en contra del sistema, por ello se movieron rápido para nombrar a dicho magistrado, para recuperar el control de la corte. Una jugada que dibuja con claridad, la persistencia del sistema a dejarse morir y con ello la desfachatez de los partidos Patriota y Lider.

Ciertamente a la sociedad civil nos tomó la restricción de las elecciones como un elemento que afectó la posibilidad de llegar más lejos, pero no se puede negar que todos los cambios también demandan procesos que poco a poco se irán incorporando y que seguramente la forma de gobernar, nunca más será la misma. La auditoría social será permanente, la sociedad no dejará que nos pase lo que hoy nos llevó a la crisis con un partido y unos gobernantes irresponsables y corruptos.

Debemos seguir presionando, no se puede dejar de seguir manifestando a favor de cambios de fondo para el sistema, las elecciones y la asunción de un nuevo gobierno será un hecho soso, gris y sin sentido en las actuales circunstancias, pero la ciudadanía debe de seguir siendo el soberano y continuar con la lucha por otros medios. La protesta debe continuar.

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