Flaminio Bonilla

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Flaminio Bonilla Valdizón

Ya se empezó el bombardeo publicitario y propagandístico para las elecciones generales de 2024. Y como siempre los cínicos políticos, que saben que tenemos una Ley Electoral y de Partidos Políticos, sumamente débil y sin fuerza coercitiva, que ellos No han tenido la pinche intención y decisión de un reforma real y correcta, ¡HACEN LO QUE LES VIENE EN GANA!, afirmando que NO es campaña política, sino procesos de acercamiento y de afiliación. Ya empezaron los medios de comunicación social y en las redes sociales nos vemos obligados a sufrir la saturación, de una campaña electoral invadida de falsedades, de desprecio, de desfachatez y de inmoralidad. Plagada y cargada de los «atributos» propios de los máximos dirigentes de los poderes fácticos que hoy nos gobiernan y que tienen sumido al país en la más aciaga y cruel de sus crisis.

Hace muchos años describimos el perfil psico‑social de los políticos de antaño, pero los actuales son iguales o peores que aquellos, ya que se sienten como peces en el agua con sus embustes, mañas y mentiras: Sandra Torres (UNE), Zury Ríos (VIVA) y Manuel Conde Orellana (Pan–Vamos–Podemos), el TSE debe a investigar por la propaganda ilegal, es una prohibición por parte de la Ley Electoral y de Partidos Políticos “establece que no será inscrito como candidato quien haga campaña a título individual a cargos de elección popular, publicitando su imagen en los diferentes medios de comunicación social y antes de que se haga la convocatoria oficial a elecciones”. Ahora solo decir AFÍLIATE, es un claro ejemplo de una campaña anticipada y que el TSE no hace nada para detener. Y faltan casi 20 políticos que quieren ser Presidente y salgan a la palestra, se sienten plenamente identificados con su audacia con su desfachatez, su hipocresía e impudicia, inmoralidad e insolencia.

Todos son una caterva de políticos falsos y mojigatos, aduladores, deshonestos, ladrones, corruptos, venales y lacayos. Que son taimados, cuya prédica moralizadora y su impropia posición de censores de conductas ajenas, les coloca como los más grandes embusteros, ya que en su vida y en sus acciones y omisiones, demuestran un falso puritanismo y un fingido compromiso. Esta es la actitud de vida típica de muchos políticos de finales del siglo pasado y de este siglo, con sus soberbias, sus mentiras, sus desmanes, sus corruptelas y quién nos gobierna actualmente, con la conducta propia de un tirano. Un cínico que como decía J. Garland Pollard: “Es un hombre que conoce el precio de todo y no conoce el valor de ninguna”.

Hoy vemos que de años para acá ningún político y partido político han variado su estilo de hacer política y de gobernar. Todos han demostrado que les interesa más el dinero que el BIEN COMÚN general de todos los guatemaltecos. Todos son partidos políticos, aprovechados de la ocasión y de la circunstancia histórica que tristemente los situó y situará un día en la conducción de la Nación guatemalteca. Partidos y políticos PLAGADOS de la INDIGNIDAD de aquellos que cambian de conducta ante el poder, el dinero, la vanidad y el lujo. Manejan unos recursos retóricos publicitarios y propagandísticos que dan grima y risa. Esta es otra vez, la campaña política propia de los calculadores, los hipócritas, los rastreros, los falsos predicadores y los corruptos.

Todos manejan un EGOCENTRISMO burdo, absurdo y estúpido. Son incapaces ellos y sus equipos de publicidad, imagen y propaganda de variar de estilo, porque ello equivaldría a cambiar su ególatra personalidad. Las campañas siempre tratan de elevar la imagen del mediocre y del inepto. El estadista inglés Winston Churchill, lanzó esta ironía: “El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha ocurrido”.

La democracia como expresión política y sistema de vida, no es solamente un círculo de teoría y pensamiento, sino movimientos políticos de acción, cuyos miembros, si vamos al plano de la discusión teórica, deben restaurar el humanismo, optar por los pobres y desposeídos; implementar la auténtica democracia y la cultura democrática y, tener como principios fundamentales la dignidad de la per­sona humana, la primacía del bien común y la perfectibilidad de la sociedad civil. Al ser nominados los partidos como democráticos, únicamente se acentúa una posición de filosofía y de actitud en la vida. La democracia es un con¬cepto abstracto, pero es una forma de vida y como bien dice Humberto Cerroni, «la única esperanza de convertir nuestro planeta en una comunidad humana». Una forma de vida que se sustenta en la comprensión, la cooperación y la solidaridad. La democracia como un principio que legitima el poder, pero con virtud e integridad. Todos los políticos deberían ser forjadores y sostenedores de la primacía de lo moral sobre lo inmoral, de la inteligencia sobre la ignorancia, de lo bueno sobre lo malo, de lo digno sobre lo abyecto. De lo ético como norma siempre de su conducta. Por ello debemos, exigimos y urgimos tener partidos políticos con un fondo ético, no con las oscuridades de bajeza, abyección y servilismo como hasta ahora se han manejado. Porque en política se debe actuar correcta y éticamente; así lo distinguen los tratados de la ciencia política, así lo enseñan los libros y los politólogos. Pero, ¿cómo actúan nuestros líderes políticos nacionales? Todo lo contrario; desfasan la ética, atropellan la moral, conculca el derecho, pisotean la justicia, abusan de la libertad y mantienen comportamientos y actitudes intransigentes con el orden social que debe privar en comunidades civilizadas, porque no aceptan jamás, que el problema social de nuestros pueblos es antes que todo un problema moral.

Dejemos ya hasta aquí la crítica y el análisis de la propaganda electoral. Y preguntémonos, ¿a dónde nos conduce hoy el partido gobernante de Giammattei su Partido VAMOS con las élites oligárquicas y lo que es peor, cooptados por el crimen organizado? Porque hoy, todos los partidos políticos y los políticos han agotado un sistema político naciente, un sistema político que no merece que la falta de escrúpulos, la avaricia, la deshonestidad, la desvergüenza y la ignominia de sus dirigentes hundan a la Nación, y continúen resquebrajando el débil edificio institucional de una democracia, que apenas empezamos y principiamos a construir hace 36 años. Lo que se inició a reconstruir para las futuras generaciones, ¡SE HA DESTRUIDO!

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