ATENAS
AP

Grecia y su membresía en la zona euro enfrentan un futuro incierto el lunes, con el país presionado para lograr un acuerdo con los acreedores tan pronto como sea posible después de que los griegos rechazaran tajantemente la noción de más austeridad a cambio de ayuda.

Con los bancos quedándose sin dinero y enfrentando el peligro del colapso en días si no reciben nueva ayuda, el gobierno en Atenas está contrarreloj.

En un esfuerzo por facilitar las negociaciones, el ministro de Finanzas Yanis Varoufakis, quien había chocado con los representantes europeos en las negociaciones, renunció hoy.

Grecia y sus acreedores se reunirán nuevamente mañana para buscar formas de mantener al país en la zona euro, aunque se mantienen distanciados en temas clave, particularmente en el punto del alivio de la deuda.

Las negociaciones se complicaron luego del triunfo del primer ministro Alexis Tsipras en el referendo de ayer. Más de 61% de los griegos dijeron «no» a los recortes presupuestales que los acreedores proponen a cambio de la ayuda financiera que el país necesita, aunque esas propuestas ya no estaban en la mesa.

Tsipras habló por teléfono hoy con la canciller alemana Angela Merkel y le informó que mañana presentará las propuestas de Grecia para reanudar las negociaciones en una reunión con los acreedores en Bruselas, informó un representante del gobierno en Atenas que no dio su nombre porque no se ha hecho el anuncio oficial.

Muchos partidos de oposición y autoridades europeas vieron esa consulta como un referendo sobre si Grecia debe seguir usando la moneda comunitaria. Posteriormente, muchos funcionarios bajaron el tono y dijeron que las negociaciones debían reanudarse, aunque las posibilidades de Grecia de permanecer en la eurozona se ven cada vez más tambaleantes.

Mientras tanto, los griegos se despertaron el lunes ante la dura realidad de la creciente crisis del país, con los bancos cerrados y cajeros automáticos escasos de efectivo. Por sexto día, el gobierno está limitando el retiro de los ahorros.

Ahora todas las miradas están sobre el Banco Central Europeo para ver si proporciona más liquidez a los bancos griegos para compensar la fuga de dinero. Los analistas creen que el BCE no dará más ayuda el lunes, lo que significa que los griegos tendrán que limitarse a retirar o transferir los 60 euros (67 dólares) establecidos por día.

Si el BCE no aumenta la ayuda a los bancos, será imposible para Tsipras cumplir con su promesa de restaurar rápidamente el sistema bancario nacional.

El referendo «permanecerá en la historia como un momento único en el que una pequeña nación europea se alzó contra la atadura de la deuda», dijo Varoufakis al anunciar su salida. Por el momento no se ha nombrado a su sucesor.

Tsipras fue elegido en las urnas con la promesa de revocar la austeridad exigida a cambio de un rescate de otros países de la eurozona y el FMI, y las negociaciones se derrumbaron tras cinco meses de conversaciones infructuosas.

Ahora, algunos analistas se preguntan si Grecia está tan falta de efectivo que podría verse obligada a empezar a emitir su propia moneda y convertirse en el primer país que abandona la eurozona, establecida en 1999.

TSIPRAS HABLA CON MERKEL

El primer ministro griego Alexis Tsipras habló por teléfono con la canciller alemana Angela Merkel un día después de un referendo en Grecia donde fueron rechazadas las propuestas de los acreedores a cambio de más ayuda financiera.

Tsipras dijo a Merkel que presentará las propuestas de Grecia para reanudar las negociaciones en una reunión con los acreedores en Bruselas, informó un representante del gobierno en Atenas que no dio su nombre porque no se ha hecho el anuncio oficial.

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