Sandra Xinico Batz

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Sandra Xinico Batz

Tener certeza de nuestro origen, de dónde y de quiénes provenimos es fundamental para nuestra vida social y política, porque nuestra raíz está vinculada a nuestra identidad e historia personal y colectiva. Tener conciencia de donde descendemos es parte de reconocer cómo llegamos hasta acá, lo que esto implicó para las generaciones que nos antecedieron, sus condiciones de vida, sus luchas y devenires.

Hasta hoy miles de personas. como consecuencia del Conflicto Armado Interno, cargan una incertidumbre permanente tras haber sido arrancadas de su origen, de su entorno cultural y familiar, para ser dadas en adopción ilegalmente y en la mayoría de casos sin el consentimiento real de sus familias, a quienes de forma engañosa o forzada les fueron arrebatadas sus hijas e hijos, obligándolas a no saber más de ellas y ellos, porque los responsables de estos vejámenes al mismo tiempo que sustraían a miles de niñas y niños iban borrando cualquier huella o indicio de su procedencia.

Son más de cinco mil las niñas y los niños que fueron desaparecidas y desaparecidos durante el Conflicto Armado Interno en Guatemala y se sabe de la responsabilidad del Estado en la red criminal que durante años operó en el país, en el que estaban involucrados funcionarios y familiares de estos, quienes se valieron de la institucionalidad y aprobación del Estado para cometer estos crímenes.

Hasta hoy miles de personas viven con la angustia de no saber el paradero de sus familiares, tanto quienes se quedaron acá como quienes viven ahora en otro país. La búsqueda de una persona desaparecida es una lucha dolorosa y compleja. El silencio del Estado frente a esto es perverso y desolador, su nula voluntad a reconocer y rectificar estos delitos continúa afectando a centenares de personas que siguen buscando a sus familiares con sus propios y escasos recursos.

El 9 de junio de este año, el Parlamento Federal de Bélgica reconoció la existencia de adopciones ilegales de guatemaltecas y guatemaltecos que fueron separas y separados de sus familias, por lo cual pidió perdón a las víctimas; un logro de personas que en su niñez fueron víctimas de estos crímenes y que ahora, adultas, luchan por encontrar y reencontrarse con sus familias, una de ellas es Mariela-Coline Fanon fundadora de la organización Raíces Perdidas que en 1987 fue secuestrada del Hospital Roosevelt y dada en adopción ilegalmente.

Francia, Estados Unidos, Canadá, España, Bélgica son algunos de los países a donde fueron vendidas y vendidos miles de niñas y niños guatemaltecos, que, aunque no todos los casos están vinculados directamente con el Conflicto Armado Interno, de una u otra forma hay una relación, ya que la forma de operar desde entonces se mantuvo.

El pasado 24 de junio, Ignacio Segura se reencontró con su familia después de 38 años; el día que nació fue robado y dado ilegalmente en adopción a una familia canadiense. Su historia es la historia de miles y hay quienes quizá hasta hoy desconocen que también fueron víctimas de este mismo crimen.

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