Factor Méndez

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Defensor Derechos Humanos. Catedrático. Periodista/Escritor. Estudió Derecho, Derechos Humanos y Trabajo Social en Guatemala, Honduras y Costa Rica. Catedrático San Carlos y Rafael Landívar. Fundador Centro de Investigación, Estudios y Promoción de Derechos Humanos CIEPRODH. Autor de ensayos y artículos sobre temas sociales, políticos, memoria histórica y Derechos Humanos.

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Factor Méndez Doninelli

Hace pocos días, el viernes 8 de julio del presente año para ser más preciso, el presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, ordenó conmemorar el centenario del nacimiento de Yuri Knórozov, para preservar la memoria histórica, así como, reconocer los méritos científicos y académicos de este lingüista ruso que descifró la escritura maya. Knórozov nació el 19 de noviembre de 1922 en la ciudad de Yuzhni, Ucrania. Inició estudios de historia en la Universidad de Járkov y luego continuó en la Universidad de Moscú.

El decreto presidencial indica que, «Señalando la destacada contribución del científico, etnógrafo y mayista ruso Yuri Valentinovich Knórozov en el desarrollo de la ciencia nacional y mundial y en relación con el centenario de su nacimiento, ordenó al Gobierno de la Federación de Rusia, en un plazo de tres meses, asegurar la elaboración y la aprobación de un plan de eventos principales para perpetuar la memoria de Y. V. Knórozov, así como preparar y llevar a cabo la celebración de los 100 años desde su nacimiento.»

Los estudios minuciosos de este lingüista ruso, permitieron rescatar los escasos testimonios de la antigua civilización Maya y descifrar los jeroglíficos presentes en esculturas y manuscritos que se preservan para la posteridad. Knórozov, trabajó con equipos internacionales en especial con académicos estadounidenses, con quienes intentaron descifrar la escritura maya. Pero fue Knórozov quien después de analizar textos antiguos, determinó que contenían 355 signos y en 1952 pudo comprobar el modo de leerlos. Su obra más reconocida publicada en 1963, se denomina “La escritura de los indígenas mayas”.

Aunque durante sus estudios nunca visitó Guatemala, aseguró, «Soy un científico de despacho. Para trabajar con los textos no es necesario correr sobre las pirámides.» Pero en 1989 por invitación del entonces presidente guatemalteco Vinicio Cerezo, visitó el país y tuvo la oportunidad de conocer en persona los vestigios materiales de la grandiosa civilización que existió en Mesoamérica hace más de dos mil años. Knórozov falleció en 1999 en la ciudad de San Petersburgo, Rusia.

Sin duda hay motivos suficientes de carácter históricos, académicos, científicos y culturales para conmemorar el centenario del nacimiento de Yuri Knórozov, por sus aportes valiosos e inéditos en relación a la hazaña lograda al descifrar los jeroglíficos de la escritura Maya, que constituyó un potente avance científico que sirve a los estudiosos para conocer y entender mejor la ancestral cultura Maya.

El Estado de Guatemala, los gobernantes, las instituciones académicas, las organizaciones científicas y culturales, los pueblos originarios y las autoridades indígenas ancestrales, deberían sumarse a esta conmemoración para no olvidar los aportes que este científico ruso hizo en el rescate de la milenaria cultura Maya, que floreció en Mesoamérica hace más de dos mil años.

Ya los mexicanos han hecho lo propio, en 1994, Knórozov recibió la Orden del Águila Azteca por su trabajo, más tarde en el 2000 se construyó un monumento en Mérida, Yucatán y en 2012 en la ciudad de Cancún se inauguró otro, todos dedicados en su honor y para rescatar la memoria histórica.

Esperamos que el Ministerio de Cultura y Deportes del Gobierno de Alejandro Giammattei, tenga la iniciativa y proponga algún programa conmemorativo que, exprese la gratitud y reconocimiento del pueblo guatemalteco a este excepcional científico ruso que hizo valiosos aportes culturales e históricos.

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