Roberto Arias
La corrupción en Guatemala ha penetrado, como virus maligno en todas las venas de nuestra Guatemala. Toda esta corrupción está eslabonada y se ha regado dentro de la mayoría de estratos públicos, privados y autónomos, interrelacionándose, bifurcándose y haciendo metástasis como el peor de los cánceres malignos dentro de nuestra impávida sociedad. Los más listos son los ganadores; no son los más inteligentes ni los más estudiosos.
De esta idea se desprende que muchos funcionarios públicos, diputados, jueces y magistrados guatemaltecos están descaradamente a la venta sin rubor y sin escrúpulos. Viene a la mente la conducta profesional de la juez de Quezaltenango Vilma Patricia Rodríguez de Láinez al darle un sesgo malintencionado al juicio penal que lleva el Lic. Isaías Armas contra la Cooperativa Salcajá, R.L.; su exgerente Gregorio Rumualdo Pisabaj Flores; el Consejo de Administración de la época y el actual gerente Vairo Jacob de León López, único ligado a proceso… por de pronto.
En cinco oportunidades el MP presentó ante los tribunales el proceso en el que se les imputan ocho delitos de gravedad: USURA, ESTAFA, APROPIACIÓN Y RETENCIÓN INDEBIDA, LAVADO DE DINERO U OTROS ACTIVOS, HURTO, HURTO AGRAVADO, CONSPIRACIÓN, ESTAFA MEDIANTE INFORMACIÓN CONTABLE; todos cometidos en forma continuada, habiendo más de mil pruebas que sustentan los delitos.
La juez Rodríguez de Laínez, probablemente en contubernio con la Cooperativa y su mafia, en la Resolución del 14 de octubre de 2014 evidencia que la juez ni siquiera se tomó el tiempo para leer la denuncia o bien, no sabe ni entiende cuál es el origen de la USURA. Lo peor en este caso es que la desaparición de Q1,090,765.70 que la Cooperativa tomó sin la autorización del Lic. Armas y lo acreditó a cuentas ajenas. El M.P. califica la acción como ESTAFA, HURTO Y HURTO AGRAVADO. La juez dice que con esta acción se cometió el delito de USURA (¿?).
La juez Rodríguez de Laínez tiene ideas similares a las del juez anterior, Félix Magdiel Sontay Chávez, quien en este proceso de carácter financiero, fue tan valiente de pedir un informe al Inacif para estar seguro de cerrar todas las alternativas judiciales. La juez, al decir que la denuncia es de carácter civil, de un plumazo quiere quitar todos los delitos a la mafia de la Cooperativa… ¡Vaya impunidad!
Con este pequeño ejemplo, podemos ver cuán podrida está la justicia, particularmente en el interior de la República, en donde las personas generalmente no son letradas y, en consecuencia tienen temor de denunciar las arbitrariedades cometidas contra ellas.
El Lic. Isaías Armas tiene más de cuatro años de estar denunciando estos delitos y no ha habido forma de que se le proporcione justicia pronta y cumplida como manda la Constitución de la República. Ahora que la población ya tomó cartas en el asunto… ¡Hay esperanza! Porque sabemos que también existen jueces y magistrados sumamente honestos y honrados.