Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
María Consuelo Porras está en la cuerda floja. Ella presiona, amenaza y hace lo imposible por ser reelegida, pero Alejandro Giammattei y Miguel Martínez aún no se convencen por las consecuencias que traerá con nuestros aliados comerciales volver a designar a quien les ha permitido empoderarse con la paz que da la impunidad.
Y hay un grupo de “amigas” de Porras entre las que se encuentra Silvia Patricia Valdés que trabajan para lograr la reelección de la fiscal, pero que también maniobran para que cierre algunos chorros en caso no sea reelecta y de esa cuenta es que debemos entender la repentina captura del exagente fiscal de la Fiscalía contra la Corrupción, Eduardo Pantaleón.
Resulta que Pantaleón, junto con Stuardo Campo, adelantaron investigaciones contra el Instituto de la Víctima y la Presidenta de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) es “relinda” con quienes mandan en la entidad y ahora Valdés se aseguró que antes que Porras pueda dejar el MP, dejarán tras las rejas a un fiscal que se volvió muy incómodo.
A través de los medios, personas que conocen cómo operan los negocios han dado a conocer los hechos en virtud que la investigación en el MP fue detenida de golpe con la salida de Campo y Pantaleón de la Fiscalía y el hecho que se vaya sabiendo cómo operan las cosas, no ha sentado bien en nadie porque saben que si se sigue escarbando saldrán muchos trapos sucios.
Usaron de excusa la llamada de atención que la jueza Silvia de León le hizo a la fiscal que acudió a la audiencia “cuando se entregó José Luis Benito”, pero en ese caso lo que alegó la juzgadora es que la actuación del MP en la audiencia fue muy malo. El exministro quedó ligado porque según dijo la jueza, ella conocía el expediente, pero dedicó tiempo para enjabonar a la fiscal del MP.
Burdamente, con esa excusa, van contra Pantaleón a quien no lo dejaron seguir con la investigación porque estaba llegando muy cerca y ahora, encima de todo, lo quieren hacer responsable de las acciones de quienes se quedaron guardando el caso en la gaveta de la impunidad.
Sé que mucho del personal que está ahora en la Fiscalía contra la Corrupción no es parte de la jugada shuca de Porras y sé que piensan en su sustento y el de sus familias, pero la Fiscal General los pone en un enorme brete porque se tienen que exponer a hacer cosas que no deben con tal de salvar su pellejo. Quienes han guardado el caso en la caja impune, han declarado contra los Fiscales y eso ha usado como herramienta contra Pantaleón.
Tanto que dicen que la declaración testimonial no puede ser la madre de las pruebas, pero ya en la desesperación y en las ligas de impunidad que juega Consuelo Porras, no les queda nada más que aferrarse a las declaraciones aún y cuando no tengan nada más para soportar lo que dicen.
Peor que un agente de impunidad, es un agente que se siente traicionado como ahora pasa con Porras que no sale de la sorpresa que le ha causado saber que Giammattei y Martínez se plantean tirarla abajo del bus. Peor que actuar contra la ley, es usar la religión para justificar fechorías.
Nadie en Guatemala debe tener escudo de impunidad, todos debemos rendir cuentas. Dicho lo anterior, aquí no se está buscando la verdad y alcanzar el anhelo de la justicia sino que se está optando por venganzas, por acallar voces que saben y por mandar mensajes a quienes no se alineen, especialmente fiscales del MP.
Quienes han apoyado a Porras, pongan sus barbas en remojo porque así como hoy agarran por venganza a quienes han investigado, lo mismo harán con ustedes cuando ya no les sean útiles, cuando no acepten que se roben las elecciones y no quieran que los amos de hoy sigan en el poder 4, 8 o 12 años.
Pocos días quedan para el 18 de mayo y sabremos la verdad sobre el futuro de Santa Consuelo Porras, la Santa de la Impunidad.