POR GRECIA ORTIZ
gortiz@lahora.com.gt
Oscar Sacahuí contó que la vida le cambió cuando su madre, Elisa Reyes, falleció a causa de una bala perdida, y por eso fundó junto a otras personas la “Elisa Reyes Asociación (ERAS)”, en contra de los disparos al aire en Guatemala, con el fin de crear campañas de concientización y cambiar la cultura sobre el uso de armas de fuego.
¿Cómo nace este proyecto?
ERAS surge en el año 2009 por la muerte de mi madre, la licenciada Elisa Reyes. La causa de su muerte fue un disparo al aire efectuado el 24 de diciembre, a la media noche.
Este suceso, originó que familiares, amigos y colegas de la profesional nos reuniéramos y tratáramos de ejecutar acciones para que un caso como este no se repitiera. Aunque este fenómeno casi no se visibiliza, por la alta tasa de violencia que hay en la sociedad, es uno de los causantes de víctimas mortales en el país y creemos que se puede evitar fácilmente, con solo que ya no se hicieran disparos al aire.
¿Tienen un estimado de cuántas muertes ocurren de esta manera?
Se tiene un subregistro muy grande, pues cuando una persona fallece, el sistema de salud solamente la registra como “herido de impacto de bala”. De hecho, el acta de defunción de mi madre dice: impacto de bala en el cráneo, pero no menciona mayores datos al respecto.
El sistema de salud está sobresaturado, así que los médicos no tienen tiempo de llevar un registro de cuándo ingresa un herido o de preguntarle cuál fue el motivo de su ingreso. Hemos detectado un subregistro de más o menos el 75 por ciento y es que uno de cada 20 casos se está registrando.
¿Existe alguna fecha en que ocurran la mayoría de los incidentes?
En los meses de enero a noviembre se detectan de dos a tres casos al mes en Guatemala, y en diciembre esta cifra aumenta de diez a veinte casos. Eso es solamente lo que se percibe.
Son muchos casos y no existe un registro adecuado. Si nosotros descubrimos estos casos, no sabemos cuántos más pueden haber. Navidad y Año Nuevo es cuando más disparos se realizan y por ende cuanta más gente los recibe, por tanto, puede ser en cualquier momento.
¿Todos estamos expuestos?
Cualquier persona que no esté protegida puede ser una víctima potencial de un disparo al aire. Hemos tenido a la vista casos de niños que estaban dormidos en su cuna y que fallecen, personas que estaban haciendo tareas en el hogar, personas que estaban almorzando.
¿Por qué no hay conciencia, al accionar un arma y efectuar un disparo al aire?
Ya no se puede alegar desconocimiento, pues antes una persona podría decir que no sabía que la bala impactaba en alguna persona y podría ocasionar daño. Esto es falso. Las personas lo hacen en total impunidad y esto se relaciona al consumo de drogas y alcohol.
¿De qué forma trabajan, en cuanto a campañas de prevención?
Somos una organización totalmente de trabajo ad honórem. Todos los miembros hacen trabajo voluntario y tenemos voluntarios de comunicación, diseño gráfico, trabajadores sociales, de diversas carreras.
¿Considera que sí han sido efectivas las campañas?
El principal logro de las campañas es que hay un aumento en la denuncia. Es realmente difícil cuantificar si ha disminuido o aumentado, porque ahora tenemos más denuncias de las que había. Creemos que hay menos temor a decirlo. Esperemos que eso se refleje en mayores capturas o menor incidencia a los disparos.
¿En un futuro se esperaría erradicar esta práctica?
La idea es que no existan disparos al aire. La meta sabemos que es un trabajo arduo y extenuante, muy difícil, pero estamos dispuestos a seguir el tiempo que sea necesario para que no le pase a nadie más, lo que le sucedió a mi mamá.
“El sistema de salud está sobresaturado, entonces los médicos no tienen tiempo de cuándo ingresa un herido, preguntarle cuál fue el motivo de su ingreso”.
OSCAR SACAHUÍ
ERAS
“Son muchos casos, no existe un registro adecuado, si nosotros detectamos estos no sabemos cuántos más habrán”.
OSCAR SACAHUÍ
ERAS