POR VIRGINIA CONTRERAS
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Bajo la premisa de que la salud reproductiva es un derecho fundamental, recientemente el Gobierno inauguró una clínica que ayudará a las personas de escasos recursos a someterse a tratamientos de fertilidad para poder concebir, ya que según cifras del Ministerio de Salud (MSPAS), el 17% de matrimonios en el país tiene algún problema de esta índole. Sin embargo, es de resaltar que la fertilización asistida se enfrenta a dilemas no solamente emocionales sino muchas veces económicos. Opiniones encontradas se dan en torno al tema.

Tener un hijo es el deseo de muchas mujeres y hombres en el país. Para unos representa trascender más allá de su vida y dejar un legado en el mundo; para otros significa un objetivo de vida personal, dejar de pensar en uno mismo y sus necesidades. Y para otros más, un hijo es la consolidación de la unión de la pareja.

Pero al margen de la percepción social de la reproducción, el aspecto biológico, que empieza con la fecundación de un óvulo por el espermatozoide, no siempre sigue la misma evolución debido a los problemas de infertilidad, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la incapacidad de una pareja de concebir y llevar un embarazo a término luego de un año de mantener relaciones sexuales sin protección.

Esta enfermedad tiene una causa orgánica. De acuerdo con la OMS, el 33% de los casos ocurre en la mujer, un 20% en el hombre y mixta un 39%, trayendo como consecuencia una serie de conflictos emocionales y sociales, que requiere de abordajes diversos que pueden ir desde la prevención primaria, la detección precoz y el estudio de la pareja.

En este sentido, la ciencia y la tecnología han proporcionado distintos métodos que han ido solucionando los problemas reproductivos, a través de los tratamientos de patologías específicas y fertilización asistida de baja y alta complejidad, pero con un alto costo económico que no todos pueden pagar.

Por esta razón, el Ministerio de Salud creó la primera clínica de fertilidad y reproducción humana en Guatemala para el servicio público.

UNIFER

El 21 de mayo fue inaugurada la Unidad Nacional de Fertilidad y Reproducción Humana (Unifer), en el anexo al Área de Maternidad Periférica, en la zona 13 capitalina. La misma cuenta, entre otras cosas, con laboratorio, quirófano y farmacia, así como sala de espera.

Según el MSPAS, la creación de esta clínica obedece a la necesidad de brindar atención especializada a las parejas de escasos recursos para el correcto diagnóstico y tratamiento oportuno de problemas reproductivos e infertilidad, así como dar seguimiento a cada embarazo logrado con técnicas de reproducción asistida hasta su alumbramiento.

En esa ocasión el titular del MSPAS, Luis Enrique Monterroso, expresó que el 15% de la población tiene alguna complicación para concebir, por lo que la asistencia, orientación y tratamiento a estas parejas para tener familia es una tarea que se atenderá en dicho lugar.

“Era un aspecto que estaba pendiente en el Ministerio y ahora se logra un avance importante, además, en esta clínica se va a poder hacer la verificación de las razones fisiológicas por las que una pareja no puede tener hijos, se realizarán evaluaciones y en concreto se tiene el equipamiento para efectuar el tratamiento adecuado para cada uno de los casos”, indicó el funcionario.

Para otro tipo de situaciones, como intervenciones quirúrgicas, la clínica será asistida por el Hospital Roosevelt, dijo el Ministro y añadió que la inversión de la infraestructura, equipamiento y operación fue de Q75 mil. Además, la atención de las parejas estará a cargo de una especialista a nivel internacional.

Paulina de Mata, directora de Unifer, manifestó que la clínica cuenta con el servicio de prueba de ultrasonido, que será utilizada para iniciar los estudios de diagnósticos de los pacientes, ya que tanto los hombres como las mujeres deberán ser examinados. Asimismo, destacó que dentro del equipo médico se contará con especialistas en ginecología, obstetricia y anestesiología, además de enfermeras.

Mata indicó que por el momento solo se dedicarán a realizar tratamientos de inducción de ovulación, el cual se puede efectuar con medicamentos ya sea orales, inyectados o las inseminaciones intrauterinas, pero teniendo el apoyo de un centro de reproducción de otra área, ya que se deben hacer las capacitaciones espermáticas (técnica a la que se somete el semen en el laboratorio para obtener una muestra rica en espermatozoides móviles y sin plasma seminal ni restos celulares), las cuales son necesarias para este tipo de tratamientos.

En cuanto a tratamientos de mediana y alta complejidad, la Directora señaló que la capacidad de la clínica es limitada y que ningún hospital nacional cuenta con laboratorios de embriología o andrología como para hacer una fertilización in vitro (una técnica de laboratorio que permite fecundar un óvulo con un espermatozoide fuera del útero), lo que se planea implementar a largo plazo.

De acuerdo a la especialista, las principales causas de la infertilidad pueden ser la endometriosis, cuando las células del revestimiento del útero crecen en otras áreas del cuerpo, adherencias pélvicas que causen algún tipo de obstrucción tubárica, las cuales involucran la cicatrización de las trompas de Falopio y siendo a su criterio el factor más grande, el endocrino ovárico, es decir alteraciones hormonales del ciclo y de la ovulación.

FACTORES INFLUYENTES

Para la socióloga Margarita Castillo, el abordaje de la fertilización asistida debe ser integral tomando en consideración el tema de los derechos humanos en términos de optar o no, en el caso específico de una asistencia médica para un embarazo, pero más allá existen otros factores, por ejemplo, el que se traiga a un hijo al mundo con carencias precisamente por la falta de recursos, como es el caso de los pacientes que acudirán a la clínica pública.

Castillo destacó que el abordaje que se haga con las personas que soliciten este tipo de servicio deben incluir los elementos necesarios, en donde se analicen cuáles son las concepciones culturales, afectivas y emocionales de ellas, puesto que serán padres en las condiciones que no son las propicias o más adecuadas.

Por otro lado, agregó la socióloga, pudieran tener gran influencia los programas sociales que se han venido implementando desde el gobierno de Óscar Berger, los cuales prosiguieron con el gobierno de la UNE y están presentes en el actual gobierno. “Estos programas envían un mensaje equivocado a las personas en términos de que las familias pueden obtener un recurso económico o en alimentos por los hijos menores de edad”, señala.

La entrevistada reiteró que estos programas desincentivan el espíritu de lucha de las personas involucradas en proyectos productivos para mejorar su nivel de vida, lo que quiere decir que los programas asistencialistas en los países estimulan mucho más el no esforzarse.

Otro factor influyente, relató la aludida, puede ser la religión, la cual indica que la finalidad de una mujer es casarse y procrear.

“La religión manipula mentalmente a las mujeres enseñándole a que ser madre es su única finalidad en el mundo y en las sociedades conservadoras como la guatemalteca, limitan el pensamiento y tienen menos capacidad de ruptura con la tradición”, refirió.

De acuerdo con María del Carmen Aceña, directora del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), el MSPAS debería implementar este tipo de ayuda, siempre y cuando estén acompañados de un sistema de información, educación y capacitación a las parejas que soliciten el servicio, para evitar el abuso. Agregó que también debe existir una política de gobierno que estudie a fondo el tema.

“Las normas y protocolos específicos que se implementaron para la creación de esta clínica deben ser profundamente revisados; esto no quiere decir que se excluyan a las familias que deseen engendrar uno o dos hijos de este derecho; pero tomando en cuenta los sistemas y protocolos. Así como analizar si se está incluyendo el que las mujeres puedan procrear sin tener pareja, como sucede en algunos países desarrollados”, indicó.

Aceña añadió que no se debe proceder de forma mediática, ya que salud pública tiene muchos desafíos y, en ese sentido, debería empezar por priorizar asuntos tales como la desnutrición crónica.

En cuanto al planteamiento de este tema, la Directora señaló que lo ideal sería buscar una fundación, un apoyo privado a nivel internacional para que auxilie al Ministerio con las parejas que tengan estos problemas, puesto que los fondos destinados para salud son muy escasos.

CUESTIÓN DE DERECHOS

En contraparte, Mirna Montenegro, secretaria técnica del Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (OSAR) destacó que el procrear se encuentra dentro de los derechos de los hombres y las mujeres; no obstante existen algunos obstáculos para poder tener acceso a la calidad médica y poder realizar un embarazo asistido, dentro de los que se encuentran el alto costo y los tratamientos largos a los que ambos deben enfrentarse, así como la realización de varios exámenes.

Montenegro aseguró que este tema no tiene relación con la pobreza, pues ésta se debe atacar con estrategias integrales en donde quien piense que entre las personas de escasos recursos no deba engendrar, está violentando los derechos humanos, ya que deben existir más procesos en educación integral, acceso a información sobre los métodos de planificación familiar más que una prohibición a reproducirse.

A criterio de la experta, la creación de este centro asistencial es un avance más en el marco de las políticas públicas y la Ley de maternidad lo tiene dentro de sus componentes, el acceso a la tecnología médica moderna y el acceso tanto a la paternidad como a la maternidad.

“En la sociedad guatemalteca no existe ningún marco legal que ligue la pobreza, como tampoco hay políticas de natalidad que rija el número de hijos que se deba tener, lo que si mencionan es que hay que informar y ampliar el horizonte de las niñas y adolescentes para que se puedan realizar, así como hablar de la educación integral en sexualidad”, enfatizó.

En tanto, Adrián Chávez, encargado del Área de Salud del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (Ipnusac), coincidió con Montenegro en que la reproducción es una cuestión de derechos.

Chávez refirió que en el país ha existido una combinación de transiciones que hoy por hoy lo que han causado es la modificación de los patrones incidiendo en la salud reproductiva de la población por medio de los problemas de infertilidad. En donde los avances tecnológicos, de alguna u otra forma, han estado vinculados al acceso de la población que tiene la capacidad del pago de lugares privados restringiendo a la población con problemas económicos.

“El acceso a este tipo de recursos precisamente por la escasez genera inequidades, ya que todos tienen derecho a la salud y el tema de no tener dinero para poder costear estos tratamientos restringidos en entidades privadas es una cuestión de desigualdad”, explicó.

Según el analista, la incorporación del nuevo servicio público es un esfuerzo que puede reducir las inequidades existentes, por lo que vale la pena valorar y tomar como un avance en la sociedad guatemalteca.


EVALUACIÓN

El presidente de la Asociación Guatemalteca de Psicología (AGP), Leslie Sechel, consideró que el MSPAS debería realizar algún tipo de evaluación para evidenciar la capacidad de la madre y el padre, para hacerse cargo y brindarle los recursos necesarios al futuro bebé, tanto en términos materiales como médicos. Lo que debe incluir que ambos padres puedan ofrecer un crecimiento sano y emocional al infante.


INFERTILIDAD

33%
de los casos ocurre en la mujer

20%
de casos corresponde al hombre

39%
de los casos el problema es mixto

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