El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador no obtuvo los votos suficientes el domingo por la noche para aprobar una reforma constitucional que limita a las empresas privadas y extranjeras en la industria de la energía eléctrica.
Las reformas habrían anulado gran parte de la apertura del mercado en la generación de energía llevada a cabo por su predecesor en 2013, pero también causaron preocupación entre funcionarios y compañías estadounidenses. El lunes, López Obrador llamó traidores a los congresistas de la oposición que votaron en contra de la reforma, alegando que las firmas extranjeras «compraron a los legisladores».
La cámara baja del Congreso votó 275 a 223 a favor de la medida, pero el resultado estuvo muy por debajo de los 333 votos necesarios para los cambios constitucionales. La votación marcó uno de los pocos reveses legislativos que ha sufrido López Obrador desde que asumió el cargo a finales de 2018.
«El día de ayer se cometió un acto de traición a México por parte de un grupo de legisladores que en vez de defender los intereses del pueblo de la nación, en vez de defender lo público, se convirtieron en francos defensores de empresas extranjeras. Que se dedican a medrar, a robar y estos diputados los respaldaron a los saqueadores», sostuvo López Obrador.
#ConferenciaPresidente. Destaca @lopezobrador_ que en este sexenio no habrá otra iniciativa de reforma energética, pero le corresponderá al siguiente gobierno consultar si continúan los bloques petroleros que se entregaron a extranjeros desde 2014. pic.twitter.com/UN4CNkGJsx
— Jenaro Villamil (@jenarovillamil) April 18, 2022
Alejandro Moreno, líder del antiguo gobernante Partido Revolucionario Institucional, replicó «los traidores de la patria son ellos y no han resuelto los problemas de seguridad y han abandonado a las mujeres», en referencia al aumento de feminicidios en México.
Pero López Obrador ha prometido presentar por separado un proyecto de ley que nacionalizaría la minería del litio, que formaba parte del proyecto de reforma que fracasó el domingo. El proyecto de ley presentado a debate el lunes crearía una empresa estatal para la minería de litio, algo que López Obrador dijo que «nacionalizaría el litio».
Solo una mina de litio en México, operada por una empresa china, está cerca de iniciar la producción. Eso presumiblemente será asumido por el gobierno en caso de que el proyecto de ley sea aprobado por mayoría simple.
La reforma eléctrica busca limitar las plantas de energía renovable construidas por extranjeros y garantizar que al menos 54% de la electricidad se compre de plantas generadoras propiedad del gobierno, que son más sucias. Se habría permitido a las empresas privadas y extranjeras, que han construido plantas generadoras a gas natural y eólicas, quedarse con hasta el 46% del mercado.
El debate del domingo comenzó con casi todos los 500 diputados presentes. El partido gobernante y sus aliados necesitaban una mayoría de dos tercios para aprobar la reforma constitucional.
Algunos legisladores a favor del gobierno corearon «traidores» a la oposición, que objeta la reforma. Los legisladores de la oposición gritaron: «¡no pasará!». Dada la atmósfera, el partido Morena de López Obrador no pudo ganarse a un número importante de legisladores de la oposición.
Los detractores señalaron que la reforma afectaría a los inversionistas y su confianza en México. Las empresas podrían haber buscado medidas cautelares en los tribunales y el gobierno de Estados Unidos podría haberse quejado con base en un tratado de libre comercio y luego imponer aranceles compensatorios a los productos mexicanos. Los legisladores progubernamentales de antemano aprobaron una ley que otorga a la empresa de servicios públicos estatal más discreción para decidir a quién comprar electricidad, pero sigue recurrida en los tribunales.